Comunicado: Foro sobre cultura

Celebra el MUS un importante foro sobre la cultura

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Cumpliendo su objetivo de educar al País sobre los problemas que le afectan y sus posibles alternativas de cambio, el Movimiento Unión Soberanista (MUS) celebrará un importante foro sobre el candente tema de la cultura, que tendrá lugar el miércoles 18 de septiembre a las 7:00 pm en el Colegio de Abogados.

El panel del foro “Perspectivas de la Cultura” estará integrado por la doctora Margarita Ostolaza, ex senadora y profesora universitaria; el doctor Miguel Rodríguez, Rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y El Caribe; el Profesor Roberto Ramos-Perea, dramaturgo, actor y Director General del Archivo Nacional de Teatro y Cine del Ateneo Puertorriqueño; y el economista, músico y Profesor de Gerencia Cultural en la UPR, Javier Hernández. El moderador del foro será el reconocido humorista, escritor y motivador, además de músico y compositor, Silverio Pérez.

Los panelistas discutirán el tema de la cultura desde diversas perspectivas, a tono con la necesidad de establecer una política cultural coherente, que contribuya a nuestro desarrollo sostenible. La doctora Ostolaza hablará de la cultura como fuerza de resistencia y reafirmación nacional, seguida del Profesor Hernández, quien disertará en torno a las empresas creativas necesarias para lograr ese desarrollo sostenible. Por su  parte, la ponencia del Profesor Ramos-Perea ha de girar en torno a las “Instituciones autónomas ante el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP)”; mientras que la del doctor Rodríguez será sobre la “Afirmación y diversidad cultural: un proyecto para el Siglo XVI”.

“En este momento histórico, la cultura juega un papel muy importante como elemento de resistencia y reafirmación nacional, ante los intentos de transculturacion a que nos han sometido los políticos de turno”, expresó la licenciada María de Lourdes Guzmán, Presidenta del MUS. “Cumpliendo su misión educativa, el MUS ha organizado este encuentro entre gestores culturales para abonar a esa discusión tan necesaria en torno a la urgencia de establecer una política cultural coherente que contribuya a nuestro desarrollo sostenible”, sostuvo la licenciada Guzmán.

 

Fecha: 11 de septiembre de 2013

Contactos: Josean Ramos (787) 667-8183

María de Lourdes Guzmán (787) 391-4899

Entrevista a Javier Hernández en Coolturéate

La Dra. Wanda Pacheco entrevista a Javier Hernández en el programa Coolturéate de Bonita Radio. La entrevista gira entorno al informe sobre el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico", documento que recoge los últimos datos disponibles sobre la aportación económica de las industrias creativas. La entrevista discute los conceptos básicos sobre las industrias creativas, su impacto en Puerto Rico y recomendaciones de política pública.

El tamaño de las empresas creativas en Puerto Rico

Por: Javier J. Hernández Acosta

Incluido en el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico".

Disponible en http://inversioncultural.com/?page_id=1121

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            Unas de las características principales de las industrias creativas es que se componen principalmente de microempresas. El objetivo de este informe es describir la composición de las principales industrias creativas de acuerdo al total de empleados por empresa. Este análisis es importante por varias razones. Por un lado, los responsables de política pública tienen una herramienta adicional para entender los subsectores y desarrollar incentivos apropiados para su desarrollo. Por otro lado, las empresas y organizaciones tiene la oportunidad de incorporar este análisis a sus estudios de viabilidad y modelos de negocios.

En el documento principal sobre el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico” se analizó la economía creativa utilizando los modelos de la UNCTAD y del análisis de las industrias creativas en Estados Unidos. Sin embargo, se realizó un análisis adicional inclinado a entender la composición de las principales industrias en el contexto puertorriqueño. Para este análisis se utilizan tres subsectores principales: las Artes (que incluyen el componente de patrimonio), los Medios y el Diseño. En total se incluyeron 45 industrias de acuerdo al código NAICS desagregado a 6 dígitos. En total existen 23 sectores en las Artes, 8 en Diseño y 14 en Medios. En análisis se llevó a cabo utilizando los datos del “County Business Patterns 2011”. De acuerdo a esta información, existen 844 negocios que generan 6,877 empleos con una nómina anual de $243 millones.

Impacto por sector

El sector de las Artes incluye áreas como las artes escénicas, artes musicales, literatura y publicaciones y artes visuales. El sector de Medios incluye prensa escrita, televisión, cine y radio. Finalmente, el sector de Diseño incluye arquitectura, diseño gráfico, de interiores, industrial, internet y desarrollo de “software”. De acuerdo a la información disponible, el sector de las Artes genera aproximadamente 1,847 con una nómina de $39.1 millones. El sector de Medios genera 6,877 empleados con una nómina de $150.1 millones y el Diseño genera 1,382 empleos con una nómina de $53.8 millones.

En términos de la cantidad de empleados promedio, el sector de las Artes es el más pequeño con 7 empleados, Diseño con 9 (aunque en el caso del “Software” son 34 empleados) y en los Medios con 20 empleados (aunque la Televisión tiene un promedio de 57 empleados por empresa).

El tamaño

            La gráfica 1 muestra el tamaño de los negocios en las industrias creativas por sectores. Como se ha establecido, el 63% de los negocios son microempresas que emplean entre 1-4 empleados, mientras que el 19% emplean entre 5-9 empleados. En total, solamente el 2% de los negocios emplea sobre 100 personas, equivalente a 17 empresas. Del total de 45 sectores industriales solamente 10 tienen al menos una empresa grande. Estos sectores son una tienda de libros, una editora de libros, un promotor de eventos con instalaciones físicas, dos empresas de “software”, una de arquitectura, cuatro de prensa escrita, una de producción de cine, una de salas de cine, una de radio y cuatro de televisión.

En términos de los sectores, en las Artes y el Diseño el 70% son microempresas, mientras que en sector de Medios las microempresas representan el 46%. Si analizamos el porcentaje de empresas que tienen menos de 10 empleados, encontramos que representan el 91% en el Diseño, el 87% en las Artes y el 67% en los Medios. En total existen 532 empresas microempresas y 158 que emplean entre 5 y 9 empleados. La gráfica 2 presenta la distribución por sector de los distintos tamaños de empresas.

industrias creativas Puerto Rico

 

 

Comentarios finales

            Este informe confirma que en el caso de Puerto Rico la gran mayoría de las industrias culturales y creativas son micro-empresas. Como se mencionado, es de gran importancia a la hora de diseñar estrategias de apoyo al emprendimiento y administración en áreas como la formación e incentivos económicos. De igual forma, el informe demuestra algunas diferencias entre los sub-sectores principales, siendo el sector de Medios donde existen mayor cantidad de grandes empresas.

Utilizando una análisis de correlación entre el tamaño de las empresas y el cambio en el total de establecimientos entre 2007 y 2011 no se pudo determinar una relación directa. Sin embargo, la literatura empresarial plantea que la presencia de grandes empresas puede suponer una barrera de entrada para nuevos competidores por el factor de economías de escala. Claramente, en el sector de Medios esto se refleja en la industria de la televisión, las salas de cine y la prensa escrita.

La información provista en este informe permite hacer análisis posteriores sobre el nivel de concentración de la producción en las industrias culturales y creativas, algo de gran importancia para definir la política pública. Por ejemplo, en el sector de las salas de cine y la televisión plantean una gran preocupación por su importancia con otros sectores como las artes. Por otro lado, el sector de Diseño demuestra que a pesar de ser un grupo de industrias de alto valor añadido, no resulta ser intensivo en mano de obra. Por esta razón, es necesario establecer los vínculos económicos con otros sectores como la manufactura y ventas al detal.

Datos Tamano

Comentario sobre la presentación del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”

Comentario sobre la presentación del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”

Casa de Cultura Ruth Hernández Torres – Río Piedras, Puerto Rico

19 de junio de 2013

Por: Javier J. Hernández Acosta

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La presentación oficial del informe sobre el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico” fue una excelente oportunidad para establecer preocupaciones, reflexiones y una agenda de temas de investigación en torno a las industrias creativas. En este documento pretendo hacer un recorrido por algunos de esos planteamientos y preocupaciones según mi mejor apreciación y memoria. Definitivamente, y en gran medida es uno de los propósitos del estudio, la presentación del informe generó más preguntas que respuestas.

Es importante señalar que la actividad contó con una importante diversidad en la audiencia. Estuvieron presentes emprendedores creativos, académicos, legisladores, investigadores, responsables de política pública, gestores culturales y representantes de otras iniciativas para estimular la agenda en torno a la economía creativa. En términos de los sectores, habían representantes de los sectores de diseño, cine, televisión, prensa, artes escénicas, música, danza y museos, entre otros.

La primera oportunidad de comentar el informe fue de la Dra. Mareia Quintero, directora del programa graduado en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico. La Dra. Quintero destacó la importancia de hacer disponible estos datos y concentró su intervención en poner el tema de la economía creativa en el contexto de la relación entre cultura y desarrollo. Este análisis es de suma importancia porque precisamente, el discurso de las industrias creativas se ha planteado como un “alternativa viable” para los países en desarrollo. Sin embargo, existen grandes críticas a esa visión, algo que la Prof. Quintero discutió desde cuatro vertientes: la cultura como obstáculo para el desarrollo, el paradigma de la preservación, la cultura como recurso y la cultura y capital social. Sobre este recorrido sobre los discursos en torno a la relación cultura y desarrollo, se cuestiona cuáles pueden ser los indicadores de un desarrollo sostenible.

El Prof. Alfredo Nieves comentó la importancia del informe en términos del reconocimiento de una actividad económica real de estas industrias, algo que estaba pendiente por demostrarse. Destacó la importancia de que el sector creativo se reconozca como gremio y la necesidad de entender las dinámicas que se reflejan en el informe. También comentó sobre la importancia de incorporar este tipo de información a los modelos de negocios y análisis de las industrias creativas, logrando llenar esos puntos críticos y debilidades en la cadena productiva de la economía creativa.

A partir de estos comentarios, se plantearon varias inquietudes sobre los datos que de alguna forma de incorporan a la agenda de investigación. Por ejemplo, la Dra. Quintero hizo preguntas relacionadas a determinar que porcentaje de esas industrias son de capital local, cuántas corresponden a conglomerados y cuáles representan empresas privadas con o sin fines de lucro. En esa misma dirección, Jairo Gómez Arcila hizo un planteamiento muy importante sobre la composición del sector creativo. Planteó que por lo general las grandes empresas se convierten en barreras de entrada para el desarrollo de micro y pequeñas empresas, un área que todavía no se ha investigado en Puerto Rico y específicamente en el sector creativo.

El Prof. Angel “Chuco” Quintero hizo una intervención que fue directamente a cuestionar la naturaleza de la composición de las industrias creativas. En términos generales, su planteamiento iba dirigido a reconocer las dinámicas laborales en este tipo de actividad, algo imposible de recoger en los modelos de empleo e impacto económico. También habló sobre la necesidad de utilizar nuestras propias definiciones y ser cuidadosos con el análisis que se genera a partir de esa información. Otros asistentes manifestaron preocupaciones con los sectores, ya que naturalmente no resulta fácil identificarse en categorías agregadas. Esto es uno de los problemas detrás de las estadísticas oficiales pero sobre con un problema de identidad profesional. Las personas difícilmente se identifican como empresarios o trabajadores creativos, sino que esas identificaciones se dan con su sector específico, entiéndase la danza, música, diseño gráfico, arquitectura, etc. Sobre este tema se generaron algunas preocupaciones particulares de los distintos sectores.

Posterior a la presentación, la Dra. Indira Luciano, directora del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico hizo varios comentarios de gran importancia para el proceso de investigación. Primeramente, plantea que es importante mirar la economía creativa como una actividad más allá de una industria. Ocurre algo similar con el turismo, que se compone un grupo de actividades en distintas industrias. Por esta razón, resulta difícil medirlo de esta manera. Esto recuerda el estudio del Profesor Angel Ruiz sobre el tema en 1991. Dicho estudio también habla de la “actividad cultural” y describe este mismo planteamiento. Por ejemplo, en el caso de Colombia, cuando se habla de industrias culturales se incluye todos aquellos emprendimientos donde el contenido principal sea simbólico y de naturaleza cultural. Bajo este escenario, no toda la arquitectura o el diseño se incluyen, solamente en los casos de alto contenido cultural. Adicional a este planteamiento, la Dra. Luciano plantea la importancia de la ubicación geográfica de estas industrias. De igual forma, plantea que un análisis de insumo-producto permite establecer las relaciones del sector creativo con otras industrias.

Todos estos comentarios están siendo analizados para incorporarlos a la agenda de investigación.

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Foto Informe

 

Ecosistema creativo: Un modelo de política pública basado en un portafolio de inversión

Por: Javier J. Hernández Acosta javihernandez@yahoo.com

Incluido en el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico": http://inversioncultural.com/?page_id=1121 

Este informe de alguna manera refleja la complejidad de manejar el concepto  de industrias creativas. Todavía resta segmentar el análisis a través de sectores para poder intervenirlos apropiadamente. Existen diversos modelos y experiencias para incentivar el desarrollo de empresas e industrias creativas. Sin embargo, como se ha comentado anteriormente, es necesario adaptar los modelos al contexto puertorriqueño.

Es un principio, el enfoque de toda estrategia de desarrollo económico es potenciar la creación de empleos y riqueza, sobre todo mediante la exportación como herramienta principal. Esto supone estudiar, identificar e implementar una serie de incentivos para lograr que empresas creativas puertorriqueñas despunten en los mercados internacionales. Pero aunque esto suena lógico y deseable, la realidad de estos sectores en Puerto Rico es muy distinta. Por lo general, estos mecanismos funcionan en economías desarrolladas donde ya existe una infraestructura y una base sólida de ese ecosistema creativo. En Puerto Rico esa no es la realidad, por lo cual es necesario dar un paso hacia atrás y basar la estrategia en el ecosistema en vez de simplemente en las empresas e industrias creativas.

El caso de Puerto Rico presenta un gran problema adicional. Las industrias creativas son probablemente el sector menos regulado por el marco legal de los Estados Unidos, al cual Puerto Rico está sujeto. Esto se debe a que para los Estados Unidos representa uno de los principales productos y servicios de exportación. Por lo tanto, existe una desventaja natural en relación a otras economías emergentes en el tema de la economía creativa, ya que muchos de estos países han logrado establecer mecanismos adecuados de protección y desarrollo de sus industrias creativas, incluyendo el acceso al consumidor final.

Las empresas no operan de manera aislada. Por lo general forman parte de un ecosistema donde distintos participantes aportan a través de diferentes roles. Contrario a la visión tradicional, el crecimiento económico y el volumen no necesariamente son el indicador principal. Partiendo de este análisis, se propone mirar el rol de las empresas creativas dentro del ecosistema como principal indicador de los incentivos a otorgar.

El modelo presenta tres roles principales: empresas de insumo, de competitividad y de innovación. La forma de pirámide permite establecer que lo que normalmente se incentiva es realmente un pequeño grupo de empresas que a su vez se nutre de lo que pasa en los niveles bajos. Esto quiere decir, que surgen cuando se han dado unas condiciones de competitividad en el mercado local, y ese mercado a su vez es el resultado de unas empresas que proveen los insumos creativos con las destrezas necesarias para desempeñarse en los niveles superiores. Entonces, la condición óptima del ecosistema depende de la condición de cada etapa.

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Aunque es natural que exista movilidad de las empresas entre cada etapa, no siempre es así, por lo cual su rol puede ser únicamente el de proveer insumos mediante la experiencia y desarrollo de destrezas laborales y emprendedoras. En resumen, el hecho de una empresa no tenga un rendimiento económico sobre el promedio, no significa que no sea elegible para incentivar. Existen varios análisis para fortalecer el modelo. Por un lado, mientras se amplíe la base se fortalece el ecosistema, lo que deberá facilitar las etapas posteriores. Por otro lado, la rivalidad entre las empresas es fundamental para que se dé la etapa más alta de la pirámide. En este caso, si no se hace correctamente, los incentivos podrían debilitar la competitividad del sector en relación con el exterior.

Esto nos lleva a un planteamiento que hemos desarrollado en los últimos años en torno al “rendimiento cultural”, en este caso, el “rendimiento creativo”. Se trata de un modelo de análisis que permite identificar la contribución de una empresa a todo el ecosistema. Y esa contribución es complementaria a su desempeño económico. En el caso de las organizaciones culturales, el modelo opera tanto en la oferta como en la demanda. Para el contexto de las empresas creativas, ese análisis estará concentrado en el lado de la oferta. Las preguntas claves son: ¿En qué medida la empresa contribuye a fortalecer las destrezas laborales y emprendedoras de los empleados creativos? ¿Qué magnitud tienen los eslabonamientos productivos con otros sectores creativos y fuera de las industrias creativas? ¿Cómo contribuye la oferta de la empresa a la diversidad de bienes y servicios creativos? Y finalmente, ¿En qué medida la operación de la empresa contribuye a la aglomeración geográfica de las industrias creativas? Estos criterios pueden convertirse en una rúbrica de evaluación y el modelo provee los indicadores para analizarlo. En cierta medida, se trata de incluir al análisis lo que normalmente se considera como externalidades (spillovers) y no se mide adecuadamente.

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         Además del rol de la empresa en el fortalecimiento del ecosistema creativo, es necesario mirar los tipos de incentivos a otorgar. Un segmento de las industrias tiene grandes necesidades de financiamiento, ya sea a través de inversión o de deuda. Otro segmento tiene una gran necesidad de apoyo técnico a la gestión empresarial, algunos de incentivos que contribuyan a equilibrar los altos costos de operación y otro segmento específicamente sobre el tema de comercialización.

Cuando hablamos de un portafolio de inversión, se busca plantear la necesidad de poner sobre la mesa las propuestas a través de esos indicadores, tanto en el plano estratégico de política pública, como en la demanda de los empresarios. Se debe analizar no sólo el rendimiento individual sino su contribución sobre la sostenibilidad del sector en el cual opera la empresa. En resumen, se pueden utilizar indicadores como el sector creativo, el tipo de incentivo, los eslabonamientos inter o intra-industria, su contribución al mercado laboral (sobre todo cualitativamente), la etapa en la cadena de valor y en el ciclo de vida que se encuentra la empresa. Es necesario buscar herramientas de análisis precisas y convenientes para el difícil contexto de Puerto Rico en materia económica y empresarial.

AIMAC 2013 - Algunos comentarios sobre la conferencia

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Durante los próximos días estaremos participando de AIMAC 2013, la Conferencia Internacional sobre Administración de las Artes y la Cultura. Esta conferencia es el principal foro internacional para la discusión de la investigación más reciente dentro del enfoque empresarial de la cultura. La asociación que organiza AIMAC también publica el International Journal of Arts Management, uno de las principales revistas en el tema. La conferencia se celebró por primera vez en Montreal en 1991 y se celebra cada dos años, normalmente con una edición en América y otro en Europa. Sin embargo, es la primera vez que una de estas conferencias se celebra en Latinoamérica, y la sede será la ciudad de Bogotá.

La Universidad de los Andes es la entidad organizadora de esta edición, que durante tres días discutirá temas relacionados al mercadeo, desarrollo organizacional, recursos humanos, gerencia, financiamiento y aspectos de política cultural, entre otros. La conferencia contará con cerca de 100 ponentes de alrededor de 40 países. En nuestro caso, presentaremos los últimos hallazgos del proyecto de rendimiento cultural, bajo el título de “El rol de las organizaciones artísticas en la política cultural”. El que Bogotá sea la sede de este evento supone algo muy especial, ya que por primera vez se pondrá la atención en la gestión cultural y las particularidades de sus dinámicas en América Latina. Sobre todo, este contexto presenta la oportunidad de compartir las experiencias de la gestión cultural en nuestros países.

En los próximos días estaremos reseñando cada uno de los días y compartiendo las ideas más interesantes desde nuestro punto de vista.

Día 1:

En la mañana se discutieron varios temas relacionados al tema de la participación en las artes. Una de las perspectivas fue cómo los jóvenes definen la reputación artística. En este caso, se habló de tres variables importantes según identificadas por los jóvenes. La primera es el reconocimiento que tiene un artista (awareness), promovido por el “boca en boca”, redes sociales, etc. Luego está el elemento de “performance” y por último las cualidades personales. Esta investigación estuvo a cargo de Carole Martínez, Florence Euzeby y Jeanne Lallement.

Vecco Marilena y Paola Muñoz presentaron una investigación cualitativa sobre el desempeño de la política cultural desde los ojos de los directores de teatro. Ciertamente el teatro es uno de los sectores con mayor necesidad de incentivos del estado. En este caso, para los directores existe una gran brecha entre el diseño y la implementación de la política pública. De igual forma, los directores plantean la necesidad de poner mayor énfasis en la educación, sobre todo por su influencia en la formación de públicos.

Se dedicó una sesión al tema de la gestión cultural en Latinoamérica. El Prof. Jaime Ruiz Gutiérrez, organizador de la conferencia, presentó una comparación entre los enfoques de la gestión cultural en los países desarrollados. Mencionó contrastes como la empresa vs la comunidad, pensamiento racional vs experimental, la metodología deductiva vs el “trial al error” y el impacto económico vs el social, entre otros. La Prof. Ahtziri Molina completó la sesión con otras perspectivas de la gestión cultural en Latinoamérica, haciendo énfasis en la experiencia de Veracruz, México. A pesar de que el tema de los contrastes en la gestión cultural en Latinoamérica no recibió la atención esperada, al menos quedaron sobre la mesa algunas perspectivas generales.

La Dra. Suzette Major de Nueva Zelandia presentó una interesante investigación sobre plantea la preocupación de la investigación en administración de las artes se ha concentrado principalmente en las organizaciones y en cierta medida ha dejado afuera al artista individual. Esto supone una gran preocupación ya que gran parte de la gestión cultural la realizan los artistas individualmente. La Dra. Major utilizó para su presentación un análisis de las publicaciones en el tema en revistas especializadas.

En un tema poco usual, la Prof. Teresa Kirchner de Estados Unidos presentó la ausencia de planes de contingencia y rehabilitación antes desastres en las organizaciones culturales. Estos desastres podrían ser naturales, tecnológicos y hasta de recursos humanos. Ciertamente se trata de un tema nuevo que tendrá que incluirse en la agenda de los administradores culturales. Finalmente, el Prof. Enrique Saravia presentó el caso de la formación en gestión cultural en Brasil, el cual incluye colaboración en varios niveles, desde el Ministerio de Cultura hasta iniciativas privadas y ONGs.

Día 2:

En proceso

Hacia un mapa de nuestras industrias creativas

Publicado originalmente en El Nuevo Día - Edición impresa Lunes, 24 de junio de 2013

Cultura, pág. 52-53

 

Por Ana Teresa Toro

Una de las principales críticas que se le han hecho a las distintas administraciones que ha tenido el país es que siempre han observado el sector cultural como un espacio para subvencionarlo y no para estimular su desarrollo como industria. Se habla de cultura como el espacio lúdico que es, pero muy pocas veces se vincula al plan de desarrollo económico del país.

Y si bien es cierto que un Estado está llamado a atender sus instituciones culturales y su patrimonio, también lo es que si la cultura se continúa viendo como un sector que solo puede subsistir si recibe toda su plataforma de apoyo del Estado, cualquier iniciativa empresarial en esa dirección esta avocada al fracaso.

Aun así, en medio de ese panorama, cada año continua surgiendo diversidad de proyectos que desafían esa realidad. Y con el ánimo de que sean más, el músico, profesor y gestor cultural Javier Hernández se ha dado a la tarea de crear un documento vivo – fruto de su investigación – en el que ha sentado las bases para que se comprenda cuál es el rol de las industrias creativas en Puerto Rico. Preguntas como: ¿Cuántas hay? ¿Cuántos empleos generan? ¿Cuál es su aportación al Producto Interno Bruto?, entre otras, son la base de esta exploración que constituye el primer perfil sobre la economía creativa en Puerto Rico que se realiza a tono con las nuevas tendencias y sobre todo en el contexto global.

Pues, cuando se habla de industrias creativas, hace falta entrar en discusiones como: ¿Cuáles son las profesiones que aplican? ¿Cómo compara nuestra realidad con la de otros países y el modo en que sus gobiernos lo han interpretado? En esa línea, Hernández toma los modelos de Austria, Inglaterra y los estados del sur de Estados Unidos, entre otros. Para la recopilación de la información principal se valió del Censo Económico 2007 de los Estados Unidos y el Country Business Patterns 2011 sobre el total de negocios y empleos, el volumen de negocios y la nómina anual.

Utilizó además como referencia el modelo de industrias creativas que elabora el Informe de Economía Creativa 2010 de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo) y el análisis del informe Creative Industries in the South, que agrupa las industrias creativas en seis subsectores para nueve estados del sur de los Estados Unidos.

Según recopila en su investigación, los datos del  Censo y las clasificaciones dela UNCTAD indican que en Puerto Rico existen 2,355 negocios en las industrias creativas que emplean 18,181 personas. La nómina anual fue equivalente a $564 millones, para un salario promedio de $31,011. El volumen de negocios total de las industrias creativas se estima en $2.37 billones. Esto equivale al 3.61% del PIB, el 1.69% del empleo total, un 3.42% de la nómina total privada y un 5.3% del total de negocios en Puerto Rico. Del total de 2,355 negocios en las industrias creativas, 1,378 (59%) corresponde a la categoría de Creaciones Funcionales, 550 (23%) a Medios, 404 (17%) a las Artes y 23 (1%) en el sector de Patrimonio.

“No había una noción clara de cuántas industrias creativas hay. Es querer decir en términos concretos, aquí hay una actividad económica que se genera en estas industrias. La información estaba ahí, pero no nos habíamos sentado a organizarla y esto es  muy importante porque son herramientas para la toma de decisiones informadas”, expresa Hernández, quien ha publicado el contenido de su investigación en el portal de inversioncultural.com, pues es su interés de que la información se continúe integrando al documento de manera que sea un proyecto vivo.

Más allá de esta investigación, Hernández ha laborado durante años en diversos proyectos culturales. Además de ser músico, fue el administrador durante cuatro años de la Cooperativa de Cantautores, Taller Cé, y trabaja con proyectos exitosos como Abracadabra, Teatro Breve y Cambio en Clave.

Organizar el debate

Con relación a la definición y las profesiones que aplican, el modelo cambia de país en país. Algunos integran áreas como la ingeniería y la joyería, mientras que otros se ciñen a especialidades como el diseño, las artes, los medios, la moda, la arquitectura y el desarrollo tecnológico web, entre otros campos.

“La definición de por sí es bien confusa, pero básicamente se trata de todos aquellos sectores que pueden generar empleos y riqueza a través de propiedad intelectual”, define.

Su intención, además de compartir este conocimiento y ponerlo en función, es que esta información sirva de puente entre los dos mundos que están en tensión en estas industrias. “Están los que vienen del negocio puro y los que vienen de las artes puras. Son roles distintos y pueden encontrarse”, dice sobre el debate que se suscitó en la presentación de su investigación, que contó con los comentarios de los profesores Mareia Quintero y Alfredo Nieves.

Igualmente es un llamado al Gobierno para que, antes de proponer nueva legislación, se tenga un panorama claro del sector y sobre todo de romper con las ideas preconcebidas de que los artistas no saben administrar sus proyectos y no tienen nada que aportar al mundo de los negocios tradicional.”

“Los artistas son emprendedores, tienen todas las características de los empresarios, saben manejar escenarios de incertidumbre, toman decisiones con poca información, saben improvisar, tienen un pensamiento no lineal. Es un conocimiento básico que puede ser muy útil y que podría estar al servicio de empresarios en industrias más tradicionales”, finaliza el estudioso del tema, que mañana parte a Bogotá y a Cali para formar parte del AIMAC – XII Congreso Internacional de Administración del Arte y la Cultura, donde espera entablar lazos colaborativos y nutrirse de los modelos económicos y gubernamentales de otros países en torno a este sector.

 

creative economy Puerto Rico, industrias creativas

 

Profile of the Creative Economy in Puerto Rico (Summary)

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By: Javier J. Hernández Acosta

Creative Economy has become a topic of great interest in Puerto Rico. Its potential contribution to economic development should promote public policies oriented toward this important sector. There is a need to develop research that aims to provide tools to strengthen and promote growth in the creative industries in Puerto Rico. The data obtained through the Economic Census allow establishing a general profile throughout sectors for the case of Puerto Rico.

In order to contribute to the public policy agenda for the creative economy in Puerto Rico, Inversión Cultural have developed the report: “The Profile of the Creative Economy in Puerto Rico” using the latest data from the Economic Census for Puerto Rico. The findings in this report demonstrate the need to initiate a broader research agenda, using a multidisciplinary approach, to help understand the dynamics and contributions of the creative sector in Puerto Rico.

We used data from the 2007 Economic Census and the 2011 "Country Business Patterns", through the UNCTAD classifications (Creative Economy Report 2010) and an analysis by sub-sectors of the creative industries. According to these data, in Puerto Rico there are about 1,889 businesses in the creative industries that employ over 14,715 people. The annual payroll for the creative industries is $436 million, for an average salary of $26,632. The estimated economic contribution of creative industries for the year 2011 was approximately $1.74 billion. This represents 4.29% of total businesses, 2.65% of the total annual payroll, 1.37% of total employment and 2.67% of the GDP for 2011.

From the 1,889 businesses in the creative industries, 36% (726) were in the Film and Media sector, 24% (446) belonged to the Visual Arts and Crafts, 15% (293) in Design, 12% (222) in the Performing Arts, 10% (188) in Literary and Publishing, and 1% (14) in Heritage and Museums. The Film and Media sector generates 47% of the jobs with 6,889, followed by 2,729 in Literary and Publishing, which represents a 19%.

The Visual and Performing Arts sectors represent 24% and 12% of the total creative industries in Puerto Rico; however, in terms of employment, it only generate 14% and 6%, respectively. The total revenue has the same trend, with the Film and Media sector with 48% of the total, equivalent to $832.8 millions. The Literary and Publishing sector has total revenue of $336 million, the Visual Arts and Crafts of $234 million, $214 million for Design and the Performing Arts and Heritage contributed with another $130 million between both.

The main creative industries in terms of employment are Electronic Equipment, Press, Jewelries, Advertising and Television. Between 2007-2011, following the sub-sectors classification, there was a reduction of approximately 11% in the economic activity of the creative industries. The reduction in total businesses was 1%, although the sector of Literary and Publishing had a reduction of 29%, and 10% in Design. The Film and Media sector had an increase of 13%. The Literary and Publishing sector had the highest reduction in employment with 33% and 30% in annual payroll. The Performing Arts sector had a reduction of 29% in the total jobs. The only sector that experiment an increase in the employment indicator was the Film and Media with 4%.

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El rumbo que debe tomar la cultura (artículo Claridad)

Por: Perla Franco Publicado en el periódico Claridad del 13 al 19 de mayo de 2013: http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=434020C1E8B152F7BAB86BBDAEC7FC9A

En medio de la gama de nombres que se manejan para dirigir el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP), habría que preguntarse si el proceso se queda en la lucha por el nombramiento, o si trasciende hacia la meritoria discusión del desarrollo que deben tener las instituciones culturales del país.

Ese debate, que hasta el momento ha mantenido un tono de bajo perfil público, tiene en jaque al gobernador Alejandro García Padilla, de quien se dice que tiene listo un proyecto de ley, -preparado por sus asesores-, que quisiera presentar a la Legislatura pero que parece estar reñido con otras propuestas. El contenido del proyecto es desconocido hasta al momento.

Así las cosas, consultamos a varias personas vinculadas a la gestión cultural del país para que nos dieran su opinión sobre el panorama cultural actual y las necesidades que debería cubrir cualquier legislación al respecto.

 

Necesario el diálogo social para repensar la cultura y su institucionalidad actual

Para la directora de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Mareia Quintero, la percepción que tiene sobre el supuesto proyecto del Ejecutivo es que hay quienes gestionan para que no se presente, con lo que ella está de acuerdo. Y es que no está de acuerdo en que una propuesta como esa deba salir del gobierno y sus asesores, sino de un diálogo social sobre el tema, del que deberá surgir el “repensar totalmente la cultura”.

“La importancia de las políticas culturales es que deben darse como parte de un diálogo social que incida en toda la política pública” afirmó Quintero. Con relación al nombramiento de un director o directora del Instituto de Cultura, para el cual han estado sonando diferentes nombres, opinó que “ese nombramiento estaría enmarcado en ese diálogo social y me parece que eso es lo correcto”.

“A mí lo que me preocupa”, añadió, “son los precedentes”. Se refirió a que bajo las administraciones de los exgobernadores Sila Calderón como Aníbal Acevedo Vilá, se elaboraron sendos informes sobre el tema cultural que nunca trascendieron. Se refirió a ambos informes como “incompletos”, aunque reconoció que tuvieron “elementos importantes. “Pero no se hizo nada con eso. Por eso me parece que fueron insuficientes”.

En el caso del informe que se realizó bajo la administración de Acevedo Vilá, -que fue preparado por el Instituto de Política Pública-, explicó que éste llegó a tener unas 100 ponencias que no se hicieron públicas. En el caso del informe bajo la administración de Calderón, “ése sí se hizo público por el ICP, pero no llegó mas allá”.

Quintero está conciente de que los procesos de diálogo social son intensos, transversales y requieren de mucha participación. Sin embargo, reconoce su vital importancia en este proceso. Por ello, simpatizó con la idea de que se inicie ese “amplio proceso de consulta social y consenso” que permita “reevaluar esa institucionalidad de la cultura”. Identificó su necesidad debido a la inercia gubernamental que existe ante la necesidad de “articular una política cultural coherente” que conecte las diversas agencias culturales. Reconoció en la participación ciudadana el eje vector del proceso de diseño, implementación y evaluación de las políticas culturales. Hizo referencia a la necesidad de una red de puntos de cultura. Habló de alianzas estratégicas con las instituciones educativas para integrar las artes en el proceso educativo. También la inclusión social “a través de la experiencia creativa”. Considera que el proceso se debe dirigir hacia una economía de cultura sostenible. Planteó la necesidad de enriquecer el capital cultural nuestro con políticas de residencias culturales que promuevan creación artística innovadora; que se fomente a nivel internacional y regional, que tenga intercambio con la diáspora boricua y que fomente la documentación, investigación y crítica cultural.

 

Reclamo de un Departamento de la Cultura

Otra de las propuestas culturales importantes es la que insiste en que se cree de una vez y por todas un Departamento de Cultura. Uno de los que viene haciendo ese reclamo hace años es el reconocido artista plástico Antonio Martorell.

Martorell dijo desconocer si el Gobernador tiene o no un proyecto de ley preparado para presentarlo a la Legislatura relacionado a la cultura, pero insistió en que lo que se debe hacer es crear ese Departamento de Cultura a nivel del gabinete del Gobernador “para darle la importancia que amerita” la cultura, y para que “se le asigne un presupuesto igual que se hace con los demás Departamentos como el de Educación, Turismo, o Recreación y Deportes, entre otros. Un Departamento de Cultura con voz, con voto y con presupuesto”, insistió.

Aunque reconoció que hay quienes se oponen a que se cree ese Departamento bajo el argumento de que el gobierno tendría injerencia política directa que le haría perder la “independencia” que le atribuyen al ICP, indicó que “bajo esa supuesta independencia al ICP casi lo destruyen. ¿De qué independencia es que hablan esas personas?”, cuestionó.

 

Por un Ministerio de Cultura

Otro de los que hace años viene haciendo un reclamo relacionado al tema de la cultura Ángel Collado Schwarz, reconocido empresario en la industria de las comunicaciones y quien fuera miembro de la Junta de Directores del ICP en 1985 y del Museo del Barrio en Nueva York.

Collazo Schwarz reconoció la importancia del ICP y “la gran labor que realizó en un país colonizado donde los colonizadores han ignorado la cultura”. Pero opinó que ya es momento de trascender y crear una “Secretaría de la Cultura”, similar al modelo que existe en Francia “para democratizar la cultura, que fue lo que se hizo en ese país. Ese modelo debe incluir el acceso a la cultura”, indicó. Otro de los ejemplos que utilizó para favorecer ese modelo fue la orquesta juvenil de Venezuela, que ha utilizado la música como antídoto a la educación musical elitista y a la delincuencia.

Collado Schwarz dijo estar convencido de que es “absurdo” que en el siglo XXI en Puerto Rico existan ocho instituciones culturales, dos de ellas “independientes”, y que en su lugar debería existir un Ministerio de Cultura. Ese Ministerio de Cultura, señaló, debería tener tres objetivos importantes: educar, maximizar la creatividad del puertorriqueño y su autoestima, y ser herramienta para generar empleo. Lo visualiza como el ente rector de la política pública cultural, con un presupuesto centralizado y que trabaje “bien de cerca” con las secretarías de Educación, con la Universidad de Puerto Rico y con el Departamento de Desarrollo Económico. Porque, añadió, ese modelo puede generar más dinero que lo que le asigne el gobierno, como sucede en la ciudad de Salzburgo (en Austria), según indicó. Por lo tanto, aclaró que ese Ministerio debe verse “como una inversión para generar ingresos y no como un gasto”.

Collado Schwarz opinó que luego de radicado un proyecto como ese en la Legislatura, en el proceso de vistas públicas es donde el tema se abriría a discusión.

 

La cultura como motor económico

Un ángulo novedoso en el tema cultural es el que propone el joven músico, gestor de empresas culturales, trabajador en distintos proyectos de iniciativas privadas de autogestión para generar empleo seguro en la cultura, y quien tiene estudios en Administración de Empresas, Javier Hernández.

Su planteamiento incluye el hecho de que existe una generación que ha trabajado la cultura al margen de la institucionalidad cultural y que por lo tanto ha tenido que gestionar sus propios recursos financieros para desarrollarlo. Por ello, plantea que éste puede ser un buen momento para que todos los sectores relacionados a la cultura comiencen a converger en una mesa y a conversar sobre el tema. Ello, debido a que “se debe entender” que el apoyo de las agencias de gobierno dedicadas a la cultura no necesariamente tiene que ser económico, sino de recursos y facilidades. Cree que el gobierno debe tener un rol directo en la producción cultural, para garantizar una política pública cultural.

Hernández criticó que en los últimos años, “por la situación política que conocemos, el rol del gobierno no ha sido mucho”. Planteó que el diseño de las instituciones culturales que existen no está adaptado al siglo XXI y que es muy rígido. Mencionó que además, se ha creado “mucha legislación que no es cultural, pero que ha afectado la cultura”. Dio como ejemplo el asunto de la colegiación compulsoria de productores de espectáculos y los descuentos de 50 o 75 por ciento en el costo de los boletos para las personas de edad avanzada, “impuestos de manera desorganizada sin pensar en las consecuencias que iba a tener para el sector cultural”, principalmente el emergente que se desarrolla con pocos recursos. “Eso supone que si yo soy un pequeño empresario puertorriqueño que quiere hacer una producción entre artistas independientes, tengo los mismos requisitos de un productor que produce en el Choliseo con un presupuesto millonario. Eso es totalmente desproporcional. Esas son cosas que afectan y yo creo que se debe a que no hay una política cultural que canalice esos esfuerzos y que ayude. Que todo el mundo sepa a la hora de legislar qué es lo que queremos hacer, cuáles son los lineamientos y qué nos propusimos a nivel nacional en cuanto a la cultura”, acotó.

Reconoció que existe la necesidad de convocar a todos los sectores culturales, vinculados a su vez al sector comunitario, para crear un Plan Nacional de Cultura que tome en cuenta las particularidades geográficas y demográficas. Ese plan debe establecer lo que debe ser consenso de lo que se quiere proteger, incentivar y lograr a nivel cultural. Igualmente propuso trabajar con el acceso a la cultura y con lo que llamó los tres ejes de un nuevo diseño organizacional que deben darle flexibilidad a la institucionalidad gubernamental cultural. Éstos ejes son: el patrimonial, que debe encargarse de la conservación y preservación; el de la vinculación cultural a la educación, y el de las industrias culturales y cómo en ellas se estimula la demanda cultural que a su vez se utilice como motor de desarrollo económico.

Será la creación clara y coherente de un proyecto cultural de país en el que aporten todos los sectores vinculados a la cultura, los que a su entender logrará conformar la institucionalidad necesaria. “Y así, quien dirija esa institucionalización deberá seguir esos lineamientos”, argumentó.

A report on the creative economy in Puerto Rico

The creative economy is an issue of great interest in Puerto Rico. At a time when we discuss its importance and development potential, you need to make a snapshot of these industries to understand their dynamics and economic contribution. As part of that effort, Inversión Cultural will present the first report on "The profile of the creative economy in Puerto Rico". This will be done by a presentation on Wednesday, June 19 at the Casa de Cultura Ruth Hernández in downtown Río Piedras. The activity will be held at 7:00 pm and will feature the participation of Professor Javier Hernández Acosta, author of the report and the comments of Professor Alfredo Nieves, Associate Dean in Communications from Metropolitan University and Dr. Maria Quintero, Director of the Master in Cultural Agency and Administration at the University of Puerto Rico.

Creative industries are defined as "those activities which have their origin in individual creativity, skill and talent and which have the potential to generate wealth and employment through the generation and exploitation of intellectual property".

The concept include the activities in the arts and culture and add sectors such as architecture, design and advertising. "This is a group of very large and diverse sectors. For that reason it is necessary to understand its composition to design incentives properly" says Javier Hernandez, author of the report.

"There are no generic formulas. Puerto Rico has a particular political, economic and social situation that needs to put in context when discussing the issue. "

The discussion is part of a series of activities aimed at facilitating access to information and discussion on the topic of creative industries organized by Inversión Cultural (Cultural Investment), a project to promote cultural and creative entrepreneurship in Puerto Rico.

For more information about the event and the report access www.inversioncultural.com, through 787-396-9118 or via Twitter" @inversioncultur.

Presentan informe sobre las industrias creativas en Puerto Rico

  Flyer

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La economía creativa es un tema de gran interés en Puerto Rico. En momentos en que se discute su importancia y potencial de desarrollo, es necesario hacer una radiografía de estas industrias para entender sus dinámicas y contribución económica. Como parte de ese esfuerzo, se presentará el primer informe sobre “El perfil de la economía creativa en Puerto Rico”. Esto se llevará a cabo mediante un conversatorio el miércoles, 19 de junio de 2013 en la Casa de Cultura Ruth Hernández en el pueblo de Río Piedras. La actividad se llevará a cabo a las 7:00pm y contará con la participación del Prof. Javier Hernández, autor del informe y los comentarios del Prof. Alfredo Nieves, Decano Asociado en Comunicaciones de la UMET y la Dra. Mareia Quintero, Directora de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la UPR.

Las industrias creativas se han definido como “aquellas actividades que tienen su origen en la creatividad individual, destrezas y talento, y que tienen el potencial de generar riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual”. El concepto parte de las actividades en las artes y la cultura y añade sectores como la arquitectura, el diseño y la publicidad. “Se trata de un grupo de sectores muy amplio y diverso. Por esa razón es necesario entender su composición para poder incentivarlo adecuadamente”, comenta Javier Hernández, autor del informe. “No existen fórmulas genéricas. Puerto Rico tiene unas particularidades políticas, económicas y sociales que es necesario poner en contexto al discutir el tema”.

El conversatorio es parte de una serie de actividades que buscan facilitar el acceso a la información y discusión sobre el tema de las industrias creativas que organiza Inversión Cultural, un proyecto orientado a fomentar el empresarismo cultural y creativo en Puerto Rico. Para mayor información sobre el evento y el informe pueden acceder a www.inversioncultural.com, a través del 787-396-9118 o a través de twitter: @inversioncultur.

 

 

Hoja resumen - informe: Perfil de la economía creativa en Puerto Rico. Por. Javier J. Hernández Acosta by Javier Hernandez

Comunicado de Prensa by Javier Hernandez

Hacia una política nacional para la economía creativa

Hacia una política nacional para la economía creativa

Por Javier J. Hernández Acosta[1]

Publicado originalmente en la primera edición impresa de la revista de cultura PRVoice: http://prvoice.com.pr/nota-tapa/hacia-una-politica-publica-nacional-para-la-economia-creativa

Es momento de hablar de economía creativa en Puerto Rico. Sabemos que se trata de una corriente que se discute alrededor del mundo pero hasta hace muy poco no habíamos decidido adentrarnos en el tema. Sin embargo, comenzar la discusión requiere establecer unos supuestos y diagnóstico del contexto puertorriqueño para lograr un enfoque efectivo que realmente contribuya a fortalecer las áreas relacionadas a este concepto. Ya sabemos que la copia directa de otros modelos casi nunca funciona, y esta no es la excepción.

Antecedentes y fundamentos

El concepto de economía creativa se utiliza por primera vez en Australia en 1994, cuando el primer ministro Paul Keating presenta el informe Nación Creativa, el primer esfuerzo amplio del gobierno australiano para desarrollar una política cultural. Más allá de la promesa de inversión económica en la cultura, el informe definía al sector cultural de manera más amplia, incluyendo industrias como la radio y el cine y destacando su potencial de desarrollo económico e impacto en el turismo. Posteriormente, en el año 2001, el Departamento de Cultura, Medios y Deporte del Reino Unido publica un informe definiendo las industrias creativas como “aquellas actividades que tienen su origen en la creatividad individual, destrezas y talento, y que tienen el potencial de generar riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual”.

Las Naciones Unidas, a través de la UNCTAD, ha puesto una gran atención sobre este sector económico, publicando dos importantes informes sobre el alcance internacional de la economía creativa. Según este organismo, el sector creativo se compone de cuatro categorías: patrimonio (arqueología, museos, bibliotecas, festivales, etc.), artes (plástica, música, teatro, danza, etc.), medios (libros, prensa, cine, televisión, radio, etc.) y creaciones funcionales (moda, diseño, artes gráficas, arquitectura, publicidad, etc.). De acuerdo a este informe, se trata de una economía que representa $592 billones en el comercio internacional. Entre el 2002 y el 2008, el sector creció a un ritmo del 14.4% anual.

Una vertiente importante del fenómeno de la economía creativa es el desarrollo del concepto de ciudades creativas. A partir del trabajo de Richard Florida, se comenzó a identificar indicadores que facilitaran y promovieran una concentración geográfica de la actividad creativa. Florida estableció su modelo a base de las 3T (talento, tecnología y tolerancia). Bajo este modelo, los gobiernos locales deberían hacer diagnósticos de sus recursos y modificar aquellos con deficiencias para tener un balance que promueva la atracción de ese talento. La idea de las ciudades creativas, en términos de desarrollo económico, consiste en aglomerar la producción industrial y empresarial en sectores de alto valor añadido. De igual forma, se plantea la importancia de atraer a estos espacios geográficos a personas con las características de lo que llama “clase creativa”.

 

Algunos debates o conflictos

No existe consenso sobre el fenómeno de la economía creativa. Como gran parte de los debates en las ciencias sociales, el problema radica en la pertinencia de los modelos producidos en economías desarrolladas y su aplicación a los países Sur. El primer debate parte de las razones detrás de la utilización del concepto en el Reino Unido. Definitivamente, incluir sectores como el diseño, videojuegos, publicidad y arquitectura en el sector cultural inflaría las estadísticas y serviría para justificar las inversiones en el sector. Por supuesto, el gran miedo está en que poner toda la atención en el impacto económico de lo cultural, hace perder el enfoque en su principal valor: fortalecer las identidades, modos de vida, cohesión social, diversidad y libertad de creación. Por eso algunos académicos como Stuart Cunningham ha llamado a la precaución por el efecto del “caballo de troya”.

Otro debate muy fundamentado plantea que gran parte de las políticas y medidas que proponen los organismos internacionales responden a las condiciones e infraestructura de las economías desarrolladas. Por lo tanto, pedir a países con economías más débiles que implementen este tipo de políticas puede ser un error y tener los resultados opuestos a lo esperado. De igual forma, se ha hecho un alerta al peligro de las políticas de liberalización y apertura de los mercados y los mecanismos de protección de la propiedad intelectual como requisito para entrar en la economía creativa. Sobre este particular corresponden algunas palabras. En términos del comercio internacional, ha quedado demostrado que las economías desarrolladas no han abierto sus mercados a los países en desarrollo y cada vez más implementan mecanismos no arancelarios para proteger sus industrias locales, en clara contradicción a los acuerdos internacionales. Por otro lado, en términos de la propiedad intelectual, también se ha demostrado que el alto nivel de concentración entre los grandes conglomerados, así como las dificultades que representa para los países en desarrollo proteger y beneficiarse del conocimiento tradicional y colectivo, ya que los únicos mecanismos reconocidos protegen únicamente la creación individual.

Otro debate importante sobre la economía creativa está relacionado a los planteamientos de Florida sobre las ciudades creativas y la clase creativa. A pesar de su reconocimiento en la academia y entre los países que ha consultado, este discurso ha sido muy cuestionado porque no atiende el desarrollo local desde las comunidades y la ciudadanía. A pesar de que sus indicadores son pertinentes e importantes en el desarrollo urbano, lo cierto es que se trata de un análisis muy simplista que puede llevar a acciones erróneas como desplazamientos urbanos, encarecimiento del costo de vida y desarrollo de infraestructuras que no se integran a su complejo entorno social y económico.  Por esta razón muchos expertos en el tema han destacado la importancia de hablar de comunidades y sociedades creativas en vez de ciudades creativas.

 

El contexto puertorriqueño

Sobre estas complejidades del discurso de economía creativa nos corresponde hacer un diagnóstico de nuestras condiciones y capacidades. Solamente adaptando estos fenómenos a nuestra realidad podremos ser efectivos en los resultados finales. Puerto Rico es un país con unas condiciones muy complejas y únicas. Se trata de una economía con un nivel de consumo de economía desarrollada y un nivel de productividad de país en vías de desarrollo. El resultado neto es que el país tiene un alto nivel de endeudamiento, y la ausencia del ahorro y la inversión hacen imposible el crecimiento. De igual forma, la condición política tiene efecto adverso en ese desarrollo. Un país con una fuerte cultura latinoamericana, pero bajo un marco legal, político y comercial estadounidense enfrenta constantes conflictos que incluyen en gran medida al sector cultural y creativo. Todas estas condiciones ha resultado en altos niveles de desigualdad, algo que ha acentuado la terrible relación marginación-violencia.

En el caso de las artes y la cultura, hemos tenido una política pública errada por estar sujeta a los vaivenes políticos. Las instituciones culturales se encuentran fragmentadas y en muchas ocasiones duplicando esfuerzos. Sobre todo, no existe ninguna coordinación con otras áreas donde lo cultural tiene gran pertinencia como el turismo, desarrollo económico, urbanismo, educación y vivienda. A pesar de este escenario, es importante destacar la abundancia de talento en distintas disciplinas artísticas y creativas. A pesar de que las artes son el núcleo e insumo principal de esa producción creativa, hemos visto una mayor movilidad hacia otros sectores de la economía creativa. Por ejemplo, técnicos, músicos, escritores, artistas visuales y actores que se movilizan a sectores como el cine, el diseño, el multimedia y la publicidad. En muchos casos, estos recursos creativos transitan por ambas avenidas, generando valor en distintos sectores de la cadena. Esa abundancia de talento es probablemente la mejor noticia que tenemos y sobre la cual debemos actuar para potenciar sus capacidades de impacto en distintas áreas del desarrollo.

 

El rol del Estado    

Sobre estas bases es preciso entender el rol del estado a la hora de promover el sector creativo. Un primer paso consiste en evaluar el rol y estructura de las instituciones públicas. Nos merecemos un debate en torno al rol del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), que a pesar de su importante rol en décadas pasadas, nunca ha estado exenta del dirigismo y debate político. Debemos tener un profundo debate en torno al modelo de los Ministerios o Secretarías vs los Consejos de Arte como entes cuasi-públicos. Eso sí, no debemos malinterpretar los discursos de economía creativa con el ejercicio de mover la cultura bajo el componente de desarrollo económico. Por el contrario, yo rescataría industrias como el turismo y el cine del brazo de desarrollo económico y los integraría con la cultura, que es después de todo la finalidad del desarrollo y crecimiento económico. Por supuesto, la importancia de las instituciones culturales está en que puedan influenciar y cooperar directamente con esas áreas de desarrollo económico y social, educación y urbanismo.

Bajo una Secretaría de Arte y Cultura se podrían trabajar divisiones como educación, desarrollo comunitario, patrimonio, industrias culturales e innovación. Sobre todo, es importante que el Estado entienda su rol de mantener un balance en el acceso y participación, creación y producción. Su rol principal es fortalecer e intervenir en aquellos segmentos de la cadena de valor con mayor riesgo económico y cultural como la formación, creación y la producción. Por ejemplo, en el área de innovación, que incluye los sectores de creaciones funcionales (videojuegos, arquitectura, publicidad, multimedios, etc.), existe una gran necesidad de apoyar la investigación y desarrollo a través de laboratorios, incubadoras, divulgación de investigación y patentes.

 

El rol del sector creativo

            El sector creativo también tiene la responsabilidad de contribuir a la sostenibilidad del ecosistema en el que opera. Es necesario entender que los “clusters” no se crean mediante legislación ni estructuras sino mediante la cooperación y difusión del conocimiento. Es necesario que se desarrollen proyectos que atiendan cada etapa de la cadena de valor y cada uno de los sectores creativos. También podrían funcionar estructuras de segundo grado que atiendan las preocupaciones colectivas. Si no se dan estas dinámicas, será muy difícil que se pueda desarrollar un sector creativo competitivo. También es necesario que las organizaciones culturales y creativas, independientemente de su orientación o no al lucro, analicen su impacto y contribución a la sostenibilidad del propio sector a través de análisis equivalentes al balance social, como se ha propuesto con el modelo de “rendimiento cultural”. Una vez fortalecidas estas relaciones económicas, sociales y culturales, se podrá generar riqueza a través de la internacionalización, ya sea mediante el turismo cultural o a través de la exportación directa de bienes y servicios creativos. En términos del desarrollo urbano, es necesario entender el rol de la arquitectura como acción cultural mediante la integración de los espacios con la participación y creación artística.

 

Conclusiones

Es necesario discutir lo que esperamos de nuestras industrias creativas, pero antes es mandatorio debatir a nivel nacional el rol que deberá tener el Instituto de Cultura Puertorriqueña dentro de la política pública. Es  vital entender que industrias como el cine, arquitectura, diseño, el turismo y la música tienen la ventaja de generar riqueza a través de la difusión de nuestras identidades y modos de vida. Pero esa es la dirección correcta: transmitir qué somos y cómo hacemos las cosas. Por lo tanto, estas industrias no pueden desarrollarse a partir de campañas publicitarias y ejercicios de “marca país” diseñadas en agencias de publicidad de cuatrienio en cuatrienio. “Somos lo que somos” y la autenticidad es la mejor contribución que podemos hacer al mundo.

Cualquier ejercicio, sea desde el ejecutivo y/o el legislativo, para insertar a Puerto Rico dentro del movimiento mundial de industrias creativas requiere un profundo análisis del estado de nuestras industrias culturales, su potencial de desarrollo y una dirección sobre las estrategias a seguir. Para esto sería importante trabajar sobre una Ley de General de la Cultura que incluya claramente el componente económico y comprometa a otros sectores y agencias que en la actualidad ejercen un papel importante, aunque indirecto, en la política cultural.

Estos esfuerzos y discusiones deben tener la participación activa de las instituciones culturales públicas, el sector cultural privado y esas agencias que intervienen indirectamente en la política pública para la cultura como el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) y el Departamento del Trabajo. Si los esfuerzos del Estado no contemplan esta integración, estaríamos perpetuando las malas prácticas de las pasadas décadas. Es hora de aceptar que la Cultura es un componente dinámico que tiene la capacidad de influenciar positivamente las áreas esenciales para promover el bienestar: lo económico, lo educativo y lo social. Por lo tanto, es inaceptable que la política partidista y el favoritismo definan y delimiten su desarrollo.

 

Premisas en torno a la economía creativa

Aunque se trata de un sector complejo con necesidades complejas, lo más conveniente es elaborar sobre las premisas más simples.

  1. La economía no lo es todo – Como ha planteado Alejandro Grimson, la cultura es la finalidad del desarrollo. Por lo tanto, la economía es un medio y no un fin. Ya ha quedado demostrado que indicadores como el PIB y el empleo no son suficientes para medir el bienestar y la felicidad,  y no podemos cometer el mismo error con la economía creativa. Por lo tanto, el análisis económico debe combinarse con indicadores como la diversidad, acceso, participación y educación.
  2. El peligro de la estructura – Es natural pensar que uno de los esfuerzos iniciales consistiría en darle forma y estructura a este fenómeno. Nada más lejos de la verdad. Ya sabemos por experiencia que el exceso de estructura mata la creatividad. La economía creativa propone unas interacciones interesantes entre artes, educación, urbanismo, globalización, empresarismo, ciudad, democracia, comunidad, innovación, investigación, diversidad y economía. Es imposible crear una estructura que agrupe estos esfuerzos y encontrar profesionales con un trasfondo tan amplio. Para evitar la burocracia y el dirigismo es necesario reconocer y aceptar su naturaleza orgánica y transversal.
  3. Divide y vencerás – La economía creativa agrupa una gran cantidad de industrias con dinámicas de producción y consumo muy diversas. Sería un grave error traducir este discurso en políticas públicas, programas educativos y prácticas empresariales genéricas. Es imposible establecer estructuras únicas para su fomento, por lo que hablar de economía e industrias creativas es sólo una forma de canalizar la discusión. Es necesario atender de manera individual el patrimonio, las artes, los medios y las creaciones funcionales. De igual forma, existen estructuras de segundo grado como la ciudad y el turismo donde se entrelaza la actividad creativa. Además de las diferencias entre sectores, cada segmento de la cadena de valor (Diagrama) requiere esfuerzos, incentivos y políticas distintas.
  4. De adentro hacia fuera – Una vez más es necesario recalcar que el desarrollo de la economía creativa se fundamenta en la participación ciudadana y en la libertad de creación. Se trata de crear espacios para la diversidad creativa desde las comunidades y grupos de interés. Sólo a partir de ahí tiene sentido y será atractivo exportar esos ecosistemas de creación a través del turismo y otras exportaciones directas. Hay que ser precavidos con el exceso de concentración de los sectores y sus efectos en la capacidad emprendedora de los ciudadanos.
  5. Mientras más se mida, mejor – Por primera vez necesitamos un sistema de indicadores, cuentas satélites y estadísticas actualizadas y confiables. Es necesario fortalecer y unificar bases de datos que contribuyan a medir el empleo, los multiplicadores, índices de concentración, crecimiento, etc. Y sobre todo, es necesario trascender el análisis puramente cuantitativo y probar modelos híbridos de sostenibilidad y participación cultural.
  6. Hacia una competitividad criolla – Podemos hablar de competitividad si definimos el concepto a nuestra manera. Es necesario analizar nuestras fortalezas y debilidades y poner énfasis en ciertos sectores que demuestren abundancia en los insumos, siempre y cuando esto no afecte la sostenibilidad de otros sectores. Para establecer y fortalecer un ecosistema de economía creativa es necesario entender las interacciones entre los sectores, que muchas veces se intercambian recursos y producen efectos en cadena. Es necesario entender que la educación artística es la base de todo, de ahí salen los insumos para sectores de alto valor añadido como el diseño, los videojuegos y la arquitectura. También es necesario entender que es importante desarrollar la demanda y audiencia local. Sólo de esta manera se podrá ser competitivo a nivel internacional y potenciar sectores como el turismo cultural.

[1] El autor es consultor de empresas culturales, profesor universitario y director del proyecto Inversión Cultural. Email: javihernandez@yahoo.com

 

Rendimiento Cultural: Modelo de análisis para empresas culturales

Aun existen muchos debates en torno a la relación economía y cultura. Quizá ya nadie cuestione su existencia e importancia, pero sí la naturaleza del discurso y las interacciones constantes entre ambos. Sobre todo, en los últimos años se ha ampliado el alcance del sector buscando incluir actividades empresariales e industriales que se alejan de las artes como insumo principal. El discurso de la “economía creativa” fortalece la importancia de lo económico, algo que podría ser un alma de doble filo.

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Convocatoria de Incubadora Creativa en Mayaguez

CONVOCATORIA PROYECTOS DE ACELERACIÓN EN INDUSTRIAS CREATIVAS La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez, mejor conocida como la Incubadora Creativa, anuncia que el 30 de abril abrió oficialmente su Primera Convocatoria para Proyectos de Aceleración.

Esta Convocatoria está abierta para proyectos en una de las siguientes industrias

creativas: diseño de modas, diseño industrial, cine, televisión, industria de la música, industria editorial, diseño gráfico, diseño de vídeo juegos, neo-artesanías y turismo cultural.

Para más detalles los interesados deben acceder a www.incubadoracreativa.org

Qué es la Incubadora Creativa

En Puerto Rico no había ninguna plataforma de desarrollo empresarial diseñada específicamente para las industrias creativas, hasta ahora. La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez es una iniciativa pionera en Puerto Rico que busca apoyar y promover el desarrollo empresarial y económico de diez industrias creativas: industria de la moda, diseño industrial, cine, televisión, diseño gráfico, diseño de video juegos, industria editorial, industria de la música, neo-artesanías y turismo cultural.

Las industrias creativas son aquellas que conjugan creatividad, producción y comercialización. Están cobijadas por las leyes de los derechos de autor y propiedad intelectual. Se enmarcan en el concepto de economía creativa ya que además de generar ingresos y empleos, promueven la inclusión social, el desarrollo humano y la diversidad cultural. Su impacto puede ser local, nacional y global.

La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez, cuyo nombre se abrevia simplemente a la Incubadora Creativa, nace entre el 2009 y el 2010 como un proyecto académico de post-grado de Silvia A. Aguiló. Luego, con el apoyo económico del Gobierno Municipal de Mayagüez, se comenzó un proceso de estudio e investigación de estas diez industrias creativas en Puerto Rico. En cada una de las diez Mesas Redondas que se llevaron acabo entre el 2011 y 2012 se identificaron las fortalezas, debilidades, necesidades y oportunidades de las industrias creativas en la Isla.

Desde su inicio, se han estado tejiendo redes de buena voluntad, a través de colaboraciones y alianzas con Instituciones Académicas, Agencias de Gobierno y Corporaciones Privadas a nivel nacional e internacional. La Incubadora Creativa es miembro de la Red Lationamericana de Emprendedores Creativos y miembro de la National Business Incubators Association.

El periodo de incubación incluye apoyo técnico en áreas empresariales como finanzas, contabilidad, desarrollo de plan de negocio, investigación de mercado, plan de mercadeo, diseño de prototipos, producción, empaque y distribución entre otros. Las alianzas que estamos concretando le permitirán a nuestros creativos beneficiarse de la experiencia de la industria y del conocimiento de la academia. Creemos que con esta estrategia, Puerto Rico puede añadir suficiente ventaja competitiva para entrar al mercado internacional de las industrias creativas.

La Incubadora Creativa ya tiene presencia cibernética como Incubadora Virtual a la cual se puede acceder a través de www.incubadoracreativa.org. Acaba de lanzar su Campaña "Aplauso Creativo" el 15 de abril y a finales de abril  abrirá oficialmente su Primera Convocatoria para Proyectos de Aceleración. Entre el 2014 y 2015, una vez establecida en un edificio propio en la Zona Industrial de Guanajibo en la ciudad de Mayagüez, la entidad ofrecerá servicios  de incubación y aceleración para las industrias creativas de Mayagüez, la Región Oeste y de toda la Isla. La Incubadora Creativa operará como una Corporación Sin Fines de Lucro con el apoyo económico del Gobierno Municipal de Mayagüez.

Persona Contacto:

Silvia A. Aguiló

Fundadora Incubadora Creativa

(787) 432-5018

silvaguilo@prtc.net

¿Qué hacemos con el ICP?

Por: Javier J. Hernández Acosta Publicado originalmente el 12 de abril de 2013 en la Revista Digital 80 Grados.

http://www.80grados.net/que-hacemos-con-el-icp/

Llegar a los primeros cien días de un nuevo gobierno sin nombramientos en las principales instituciones culturales públicas es preocupante. El tema del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) sigue siendo una gran preocupación para diversos sectores vinculados a la producción cultural. Muchos han perdido la esperanza de que esta institución tenga las capacidades y estructura para asumir su rol, por lo que el debate gira en torno a su eliminación, redefinición o creación de una nueva estructura. Es normal escuchar y leer comentarios en las redes sociales pidiendo que se elimine la institución y se cree una nueva, pero también se plantea que el “nombre no hace la cosa”, en relación a la posibilidad de crear una institución de mayor rango. Hay algo de razón en ambas lados del debate, aunque el análisis debe ser mucho más profundo, incluyendo las dimensiones políticas, administrativas y de visión.

Uno de los grandes problemas del ICP ha estado presente desde el primer día: la política. La creación del ICP es uno de esos maridajes entre el PPD y los intelectuales de la época. En ambos lados había un interés genuino, unos por defender la identidad puertorriqueña y otros que vieron en la cultura una herramienta vital para sostener el proyecto del ELA en un momento de grandes cambios a nivel local y en la región. No corresponde aquí profundizar sobre ese proceso, que muy bien ha sido documentado por varios académicos. Sin embargo, esa movida fue inmediatamente cuestionada por la oposición del PNP, quienes en nombre de una cultura “universal y dinámica” tomaron acciones que afectaron a la institución. A partir del 1968, comenzó la crisis del ICP mediante la creación de instituciones paralelas que fueron poco a poco fraccionando la acción cultural pública.

¿Qué hacemos con el ICP? Nos merecemos un honesto y profundo debate al respecto. Uno de los aspectos más importantes en la discusión es la nueva relación economía-cultura, o economía creativa, que tiene a muchos países poniendo dinero a última hora en un sector que descuidaron por años. Por eso hay que ser cuidadosos con las acciones a tomar. No podemos esperar de la noche a la mañana que las empresas culturales y creativas despunten creando empleos y actividad económica. Se trata de un sector muy débil donde el monopolio de los grandes conglomerados ha debilitado su capacidad emprendedora. Sin embargo, este es el momento de hacer un gran inversión en esa base productiva para que a mediano plazo se convierta en un sector económico importante, siempre reconociendo que esa estrategia no debe obstaculizar los objetivos de política cultural, específicamente aquellos de democracia y democratización, libertad de creación, acceso y participación. No olvidemos que en nombre el derecho de autor (el principal mecanismo de creación de riqueza del sector creativo), perdimos por años a Tite Curet de la radio puertorriqueña. Por esta razón, la economía debe ser un recurso para la cultura y no lo contrario. Para potenciar su desarrollo es necesario conocer las dinámicas de esa economía creativa, algo que no se puede hacer únicamente desde la lógica económica. Las instituciones relacionadas deben responder a esta nueva realidad para cumplir con sus funciones de manera eficiente.

Yo apuesto a una Secretaría de Cultura que tenga rango de gabinete, permitiendo que se den las interacciones necesarias entre los componentes de desarrollo económico, educación, familia, turismo, etc. Una Secretaría de Cultura, además del rango de gabinete, debe tener la capacidad de agrupar a las distintas instituciones culturales y eliminar el terrible problema de la fragmentación, algo que por años ha debilitado al sector cultural. Entre esas instituciones independientes yo rescataría a la Corporación de Cine, el programa de artesanos, WIPR, el Conservatorio y demás instituciones culturales. Y aunque suene atrevido, ¿por qué no?, a la Compañía de Turismo. Demasiado dinero se ha perdido por el grave error de construir una imagen de país desde las agencias de publicidad y no desde la cultura.

Atendiendo el grave problema de diseño organizacional, es necesario establecer una estructura matriz que responda a los sectores artísticos pero también a las principales áreas de desarrollo. Esa nueva Secretaría podría tener cinco divisiones que respondan a esos ejes: Patrimonio, Desarrollo Comunitario, Educación, Industrias Culturales y una división de Innovación. Esto significa que un sector como el teatro puede tener proyectos asociados al trabajo comunitario, a la preservación de alguna manifestación particular, a la educación, etc. De esta forma, se podrán atender las propuestas y proyectos con el enfoque correcto. Lo mismo ocurrirá con el cine, la música, las artes visuales y la literatura. La división de innovación será la responsable de la investigación y desarrollo a través de los laboratorios de creación. En otras palabras, se trata del insumo principal para el área de industrias culturales y creativas. Una estructura como esta crea un balance entre la flexibilidad, el enfoque y la continuidad. De igual forma, se pueden crear grupos inter-agenciales para atender proyectos específicos.

Por supuesto, de nada sirve cambiar el diseño si no se cuenta con el presupuesto adecuado, y la recomendación de la UNESCO de un 1% del presupuesto total es un buen inicio. Sin embargo, todavía nos falta descifrar cómo vamos a mantener la política partidista fuera de la cultura. En ese sentido, podrían servir los mecanismos de asignación de fondos a través de entidades cuasi-públicas como los Consejos de Arte. De esta manera se identifican personas de prestigio y respeto en la comunidad artística y otras áreas. De igual forma, es necesario exigir indicadores híbridos como evidencia de impacto y establecer niveles para las organizaciones de acuerdo a sus capacidades y experiencia. Y sobre todo, cumplir con los reglamentos para que no sean letra muerta.

Por alguna parte debemos comenzar la discusión, y el diseño organizacional es un área fundamental.  La integración de las instituciones, un presupuesto adecuado, un rango de gabinete que haga justicia a la transversalidad de lo cultural y una dinámica organizacional eficiente son los componentes necesarios para que la acción cultural tenga la importancia que merece.

Siete décadas de impacto cultural

Por: Javier J. Hernández Acosta Publicado originalmente en la edición marzo-abril 2013 del periódico Diálogo.

http://dialogodigital.com/index.php/Siete-decadas-de-impacto.html

La Facultad de Estudios Generales cumple 70 años y existe una infinidad de razones por las cuales celebrarlo. También es un gran momento para reflexionar sobre su contribución a la Universidad y al País. Vale recordar aquellos años donde se llegó a discutir su eliminación en función del supuesto “conocimiento útil”. Aquella discusión dejó entrever la falta de un análisis profundo y transversal sobre la importancia de la Facultad. Las dinámicas de producción y consumo cultural que se dan en Estudios Generales son únicas y ameritan dedicarle unas palabras.

La Universidad es un espacio natural de intercambio de ideas y creación; es parte fundamental de su misión. Y por supuesto, una de las formas a través de la cual se manifiesta esa dinámica es mediante la creación artística. La historia ha dejado evidencia de la gran cantidad de proyectos y movimientos artísticos que se han gestado desde el Recinto. Sabemos que la Facultad de Humanidades podría ser el principal foco de creación artística. Sin embargo, me atrevo a argumentar que Estudios Generales es el de mayor impacto, probablemente por la importancia del factor diversidad contenido en sus aulas.

POLÍTICA CULTURAL UNIVERSITARIA

Hace unos años, y a raíz del conflicto con la reapertura del Teatro, la Universidad realizó un impor tante esfuerzo para desarrollar una política cultural para el Recinto. Aquella investigación presentaba valiosa información sobre los hábitos de consumo cultural estudiantil. Y aunque no se pueda separar estadísticamente el efecto de ese primer año en los estudiantes de Generales, los hallazgos nos permiten hacer inferencias sobre su importancia. Por ejemplo, sobre el 20 por ciento de estos asistió a un museo o a un concierto de música clásica luego de entrar a la Universidad.

Pero resulta más interesante que estos números aumentan entre aquellos con el nivel socioeconómico más bajo, lo que representa que se materializa el objetivo de mayor acceso y participación en las artes y la cultura. También se destaca que a un 68 por ciento le asignaron asistir a alguna actividad cultural como parte del curso y el 42 por ciento se enteró de estas actividades gracias a que el profesor u otro alumno la anunció en el salón. Finalmente, sobre un 30 por ciento destacó pertenecer a alguna asociación estudiantil y/o agrupaciones artísticas. Todos estos datos van dirigidos a fundamentar el análisis que sigue.

UN “CLUSTER” CULTURAL

Voy a tomarme el atrevimiento de traer uno de esos análisis que se ponen de moda en la literatura empresarial. Los llamados “clusters” no son otra cosa que ecosistemas naturales en una industria o sector. Es un contexto donde se dan todas las condiciones para potenciar una actividad particular. En el caso de las artes y la cultura podríamos mencionar varios requisitos: concentración de recursos humanos, infraestructura, asociaciones, proximidad a la audiencia y colaboradores y la diversidad de esa audiencia. Sobre todo, estos ecosistemas son efectivos en la medida en que promueven el derecho al acceso, participación y creación cultural. Y quizá la forma más simple de demostrar que la Facultad de Estudios Generales cumple todas estas dimensiones, más allá de los datos, es describirlo desde mi experiencia.

MI EXPERIENCIA COMO ESTUDIO DE CASO

Cuando piensas que durante ese primer año universitario tuviste la experiencia de formarte con profesores como Liliana Ramos Collado, Margarita Mergal, Jorge Rodríguez Beruff e Isabelo Zenón, entiendes la magnitud del talento que abunda en ese espacio. Quizá para algunos esto no sea una sorpresa, pero si tu destino final son facultades como Naturales o Empresas, eso hace una gran diferencia.

Además del recurso intelectual, se me ocurre pensar en la importancia de la infraestructura y función de laboratorio de ideas y producción creativa. Aun tengo el gran recuerdo de los anfiteatros, donde asistí a una infinidad de foros, talleres, presentaciones artísticas y conferencias. Ese primer año me dio la oportunidad de integrarme a agrupaciones artísticas, enterarme de gran parte del quehacer cultural independiente (bastaba la parada obligada a los “bulletin boards” en una época sin Facebook) y de relacionarme con personas con las mismas inquietudes artísticas y culturales. A través de esos primeros cursos visité el Museo de Historia, Antropología y Arte del recinto, asistí a varias obras en el Teatro y descubrí propuestas artísticas, locales e internacionales que cambiaron mi perspectiva sobre muchas cosas.

COMENTARIOS FINALES

Ese panorama no ha cambiado mucho desde mis años en Generales y cada vez la Facultad se involucra más en esa experiencia. Allí tenemos una joya en el programa de estudios musicales, la experiencia de eventos de gran alcance como El maratón de La Iliada y La Odisea, y mejoras a la infraestructura que facilitan la estadía en sus pasillos y alrededores. De igual forma, contribuye a fortalecer la actividad cultural que se genera desde otros espacios del recinto. Estudios Generales es un gran ecosistema de producción y consumo cultural, y lo hace en un momento oportuno para el estudiante, lo atrapa en esa transición hacia la “formación profesional”. Es probablemente el último intento de que la creatividad individual no desaparezca por completo.

Conferencia: “El cooperativismo como alternativa de desarrollo ante la crisis global” - La Habana, Cuba

Durante los días del 5 al 7 de marzo se estará celebrando en La Habana la Conferencia Internacional“El cooperativismo como alternativa de desarrollo ante la crisis global”, organizada por la Universidad de Pinar del Río en Cuba. Estas actividades forman parte del XI Convención Internacional COOPERAT 2013. La Conferencia incluirá discusiones y perspectivas entorno al cooperativismo en países como Cuba, República Dominicana, Haití, El Salvador, Brasil, Estados Unidos, España, Puerto Rico, Angola y México.

Como parte de las conferencias, Javier Hernández presentará la ponencia “El cooperativismo cultural como modelo de gestión en las artes”.  El trabajo está basado en la Cooperativa de Cantautores Taller Cé que operó en Puerto Rico durante los años 2003 al 2010. Se trata de un proyecto que sirve de base para la discusión de esta alternativa de organización y gestión ante los retos de las industrias culturales en Puerto Rico y el resto del mundo.

En medio de discursos de desarrollo entorno a las industrias culturales y creativas, resulta necesario que esas empresas cuestionen y presenten alternativas a las prácticas tradicionales en el sector musical. Más allá de los cambios en la estructura organizacional, se trata de encontrar nuevas formas de generar valor y comunicarlo de manera sostenible. La presentación discute como la cooperativa Taller Cé atendió problemáticas de la gestión musical como la escasez de acceso a herramientas de mercadeo, las limitaciones y desigualdades a través del componente legal y el acceso a financiamiento. La discusión propone explorar el cooperativismo como alternativa a nivel formal e informal, y plantea la necesidad de cambios en la regulación gubernamental y la forma de medir el desempeño en estos proyectos para incluir la importancia del valor cultural.

Enlace al programa del evento:

Programa de la XI Convención Internacional COOPERAT 2013 (PDF)

Hacia la economía creativa

Hacia la conomía creativa

JAVIER J. HERNÁNDEZ ACOSTA

Publicado originalmente en El Nuevo Día el 2 de febrero de 2012: http://www.elnuevodia.com/columna-economiacreativa-1439333.html

Durante los próximos meses veremos un mar de propuestas y alternativas de desarrollo económico. Probablemente veremos una mezcla de repetición, enfoques absurdos y una que otra buena idea que nos dará esperanza de no seguir empeorando. Mucho de la discusión girará en torno a la calidad de los empleos y el rendimiento de los incentivos otorgados. Mientras, seguimos abogando por dirigir la atención hacia la economía creativa, porque aunque sea pertinente incentivar la agricultura y el sector industrial, sabemos que ninguna de ellas será esa punta de lanza que nos ponga en el nuevo mapa de la competitividad internacional.

La economía creativa, que incluye todos esos sectores que se fundamentan en la creatividad, contenidos simbólicos y protegidos por el derecho de autor, brinda una oportunidad única de desarrollar una economía que combina ser de alto valor añadido e intensiva en mano de obra. Se trata de un sector con grandes eslabonamientos con el resto de la economía y en la que existe abundancia de su insumo principal: el talento. Fomentar la economía creativa, haciendo énfasis en ciertos sub-sectores, requiere entender la lógica detrás de su cadena de valor. Sobre esto el gobierno puede hacer las intervenciones necesarias para garantizar y potenciar la calidad de los insumos.

Por ejemplo, en los últimos años hemos hablado de la industria de cine como un sector importante de una nueva estrategia de desarrollo económico. Sin embargo, no acabamos de entender que la mayor parte del valor se genera en la etapa de creación/producción y no necesariamente en la filmación. Para esto necesitamos entender de donde salen los insumos principales de esta industria. ¿De dónde surgen los actores, directores, guionistas, técnicos especializados y personal de apoyo? Esos talentos son el producto de los programas de arte y humanidades de las principales instituciones de educación superior y de la experiencia profesional.

Así como se propone incentivar la producción a través de la compra de acciones preferidas en empresas de capital local, el equivalente para fomentar la competitividad en las industrias creativas consiste en fortalecer esas instituciones e incentivar la producción artística en todos los niveles. Es hora de pensar en un política pública concisa y coherente sobre la inversión cultural. Este es el momento de buscar soluciones distintas a través de iniciativas distintas.

San Juan para Todos... desde la Cultura

Por Javier J. Hernández Acosta (javihernandez@yahoo.com) No existe duda de que algunos estamos contentos con la idea de que San Juan pueda servir de modelo para una “nueva forma de gobernar”. Pero gran parte del problema radica en convertir esa filosofía en políticas concretas que produzcan cambios. Después de todo, la autogestión requiere acción, y no necesariamente la gente está acostumbrada a eso. Como parte de ese proceso me interesa hacer una reflexión sobre el rol de las artes y la cultura en esa transformación. Por años el componente cultural no ha recibido la atención que muchos esperamos, ni en el plano estatal ni en lo local. Más allá de hacerle justicia, se trata de ubicarlo en el rol protagónico que merece en una coyuntura como esta. Inclusive, se hace imposible ocultar que San Juan debe ser un laboratorio de políticas culturales, tanto para otros gobiernos locales como para el escenario nacional. De igual forma, la propia reflexión busca servir para el análisis en otros contextos locales, añadiendo un toque de emplazamiento a no dejar la cultura en un segundo plano.

La discusión sobre políticas públicas para el campo cultural de entrada plantea un asunto de definición. Se trata de la cultura en su concepción más amplia, como modos de vida y acción, y la cultura como sinónimo de las artes. En este caso, es meritorio pensar la cultura desde ambas concepciones, sobre todo por su relación con la visión propuesta. A pesar de todas las posibilidades desde donde orientar la discusión, propongo estructurar la discusión sobre los ejes temáticos que aparecen en el diagrama abajo. La idea de presentarlo como círculos concéntricos permite entender que todas parten de un núcleo, que no es otra cosa que la visión de gobernanza propuesta, desarrollando enfoques que requieren intervención desde adentro hacia fuera, porque la falta de claridad y estrategias en uno de los círculos no permitirá ver el efecto en el próximo. Ese enfoque de adentro hacia fuera es precisamente la principal crítica (o gravísimo error), del modelo de intervención cultural de la pasada administración municipal: Partir desde macro de la ciudad, lo que obliga a orientar los proyectos hacia una infraestructura carente de andamiaje. Ese es precisamente el gran reto (o miedo) de conceptos de moda como la “ciudad creativa”, que en muchas ocasiones resulta una contradicción por su carácter excluyente. En resumen, el modelo plantea la importancia de que las instituciones culturales asuman su rol con la visión de gobernanza propuesta (y sus interacciones con otros sectores), que la unidad principal de intervención sea la comunidad, y que a partir de ahí se incorporé la economía cultural como prioridad para mejores las condiciones de la ciudad. Por supuesto, existen algunos objetivos y tareas que tradicionalmente realizan las instituciones culturales municipales que no se discuten en este trabajo, principalmente la actividad recurrente de administrar el patrimonio y auspiciar eventos culturales. Lo que se propone no elimina esas facultades pero reorienta las prioridades para impactar otras áreas.

La visión

Hablar de un "San Juan para todos", fundamentado en la autogestión y la democracia participativa requiere reconocer y entender la dinámica cultural. No tan sólo permitiendo los espacios y mecanismos de participación, sino desde el mismo proceso de estructurar cómo la gente contempla esa participación. Parte de pensar en las Comunidades como unidad básica de acción y reconocer la idiosincrasia de muchas de estas comunidades. Si pensamos en la diversidad cultural que caracteriza la ciudad, las “fórmulas” se convierten en un obstáculo para su implementación. Por lo tanto, la cultura debe convertirse en el hilo conductor de cualquier plan de desarrollo, ya que la mayoría de las propuestas se fundamentan en cambiar marcos mentales y no solamente en un cambio de estrategia o enfoque. Para ello la cultura deben estar presente en la “mesa grande” donde discuten las distintas áreas del plan de ciudad.

Las instituciones

Por su carácter transversal, la cultura es necesaria en la discusión sobre desarrollo económico, urbanismo, educación, turismo, familia y vivienda, entre otros. Y aquí ya estamos hablando de la cultura en todas sus concepciones. Si no se parte de la transversalidad de lo cultural, tendremos instituciones aisladas, como lo han estado siempre en todos los niveles, coordinando actividades sin mayor impacto o interacción con las necesidades apremiantes de los ciudadanos.

Para delinear las funciones de un Departamento de Cultura, es preciso tener claro cuáles son los componentes en la cadena de valor de la actividad cultural, incluyendo la formación, creación, producción, promoción y consumo.

Cada uno de estos componentes requiere actividades y alianzas específicas, y sobre un todo, un buen balance entre ellos. Por lo general, la mayoría de los recursos se destinan a las áreas de mayor visibilidad como la producción (o presentación), sin tomar en consideración los efectos reales sobre los objetivos de política cultural. Sobre este elemento de rendición de cuentas he propuesto un modelo de análisis bajo el concepto de “rendimiento cultural”, una herramienta para entender el impacto de ciertos proyectos sobre la propia actividad cultural.[i] El modelo, que incluye efectos sobre la oferta y la demanda, consiste en indicadores cualitativos y cuantitativos para cada uno de los objetivos de política cultural. En el lado de la oferta cultural, los proyectos deben entender el impacto sobre el desarrollo profesional (mano de obra), la diversidad en la oferta y los eslabonamientos con otros sectores. En el lado de la demanda, las variables de impacto son la educación, el acceso, la participación y la diversidad de la demanda. Como variable unificadora está el efecto de aglomeración, lo que en palabras sencillas se trata de la “vida cultural” de un área geográfica determinada.

Antes de discutir algunos ejes temáticos que podrían ser útiles para ese proyecto de cultura es necesario entender (y lo mismo ocurre con las instituciones estatales), que el diseño y estructura organizacional actual no es capaz de manejar estos enfoques, por lo que sería necesario una reestructuración hacia un modelo más flexible que permita la gerencia de proyectos.

Desarrollo Comunitario

Como se ha mencionado, la intervención prioritaria del municipio en el área de cultura debe ser a través de las comunidades. Los últimos doce años, además de todos los retos que conocemos, han servido para fortalecer ese sentido de identidad comunitaria, lo que definitivamente supone un punto de partida. Es necesario identificar los focos de liderazgo y el rescate de espacios físicos cuyos símbolos faciliten el que se conviertan en ejes de la actividad cultural. Sobre esas rutas se podrán implementar pequeños pero ambiciosos proyectos de residencias artísticas, talleres, espacios de creación y presentación y proyectos de consumo cultural auto-gestionado. Una vez más, ese impacto debe darse en todos los segmentos de la cadena de valor que se describe en el segundo diagrama. En términos de patrimonio, es importante poner atención “a lo pequeño”, creando proyectos de “memoria comunitaria” que se entrelacen con la producción audiovisual, literaria y turística.

Por ejemplo, para el componente de formación y educación es necesario establecer alianzas con las principales instituciones de educación artística de nivel superior, todas ubicadas en San Juan, con quienes se pueden establecer los proyectos de intervención. Con estas alianzas, el impacto puede llegar hasta la última etapa de la cadena, que es el consumo cultural. Otro ejemplo de entrelazar la gestión cultural y la autogestión se llevó a cabo en Caguas por algunos años, donde las comunidades se encargaban de producir los festivales en los barrios. En vez de los mega-eventos que atraen publicidad y reconocimiento, se segmentó la oferta para convertir a los barrios en co-productores de la actividad cultural y no solamente en audiencias pasivas. Siguiendo el modelo de “rendimiento cultural” tenemos un ejemplo de impacto sobre el desarrollo profesional, diversidad en la oferta, aglomeración y acceso, por dar algunos ejemplos.

Estas formas de organización deben servir de apoyo o consolidación de estructuras formales de acción comunitaria, al tiempo que se insertan en la toma de decisiones sobre el campo cultural. A partir de las comunidades como ejes, se debe fomentar la cooperación para lograr estructuras de trabajo de segundo grado como pueden ser los barrios, pensando en Río Piedras, Miramar, Santurce, Viejo San Juan, Puerta de Tierra, Condado, etc. Ya a este nivel se permite una interacción más profunda con sectores como el comercial, sin fines de lucro y el laboral. Por cierto, no sería un mal momento para plantear una idea que me ha perseguido desde Taller Cé, sobre posibilidad de organizar cooperativas de consumo cultural como proyecto para auto-gestionar el acceso y participación en la “canasta básica” de la actividad cultural. Definitivamente, existe un sinnúmero de posibilidades sobre cómo implementar programas bajo el enfoque comunitario. Sin duda, esta es la única manera que nos permite movernos al próximo paso de orientar la cultura como alternativa de desarrollo económico.

Desarrollo económico

El discurso sobre las industrias culturales y la economía creativa ha cobrado gran importancia en los últimos años. Se habla de su aportación al Producto Interno Bruto (aprox. 7% del PIB mundial) y al empleo (entre 3-5%), y se plantea la importancia de estas empresas como determinante de innovación y competitividad.[ii] Por supuesto, se trata de un discurso proveniente de grandes economías, y como muchos otros discursos sobre el “desarrollo”, su implementación forzada nunca trae los resultados esperados.  Por esta razón  hay que invertir la fórmula, ya que los famosos modelos de la “clase creativa” no garantizan que esos beneficios lleguen a los niveles más bajos. Precisamente, una de las grandes críticas a las propuestas de Richard Florida es que atraer “talento” a través de la regeneración urbana no necesariamente promueve la creatividad ni atrae personas con sentido de “compromiso comunitario”.[iii] En este caso, hablamos de “comunidades creativas” que provean insumos para el desarrollo de una economía cultural.

Los principales retos de promover una economía cultural en el plano local es que ni siquiera existe una base de política pública a nivel nacional para estos propósitos. No existe un sistema de indicadores adaptado a la realidad del sector cultural y la fragmentación de las instituciones vinculadas a la cultura dificulta una política cultural coherente. El Municipio tiene la oportunidad de hacer ajustes a través del mecanismo de Patentes y el CRIM (si finalmente pasara a manos del Municipio), lo que sería un adelanto para la medición del impacto. Por supuesto, uno de los grandes problemas de medir el impacto económico está en el gran segmento de la actividad que se mantiene en la economía informal. Y aunque muchos lo justifiquen con el argumento de la desproporcionalidad de la carga contributiva y el alto costo de vida, al final del día trae consecuencias negativas para el artista y trabajador cultural. A pesar de tener en promedio mayor preparación académica que el resto de la población, los artistas (en promedio) reciben una compensación menor.[iv] A esto hay que sumarle que dicha “informalidad” no les permite participar de los sistemas de seguridad social y de empleo tan necesarios para este sector. Al Municipio le corresponde implementar incentivos que inserten esta fuerza trabajadora en la economía formal, dándole acceso a estos beneficios. El efecto de estos incentivos se cancela en la medida en que estos trabajadores aportar a través de patentes, y tomando en consideración que obliga a algunos “patronos” a reportar mayores ingresos, algo que no ocurre en la actualidad cuando se esconden a través del pago directo a artistas.

Este plan de desarrollo económico cultural pueden aprovechar el debate sobre los códigos de orden público para traer a la discusión el concepto del “negocio cultural”. Si bien el debate de los horarios debe tomar en consideración diversos factores, uno de los principales argumentos es la propia actividad cultural que algunos de estos negocios generan. Esto podría ser un buen momento para estructurarlo con parámetros claros que a su vez sirvan para trabajar con la preocupación de la economía informal. Como parte de ese plan es importante atender el tema de la creación y fortalecimiento de empresas culturales. El Municipio debe revisar sus procedimientos y permisología para atemperarlos a la realidad de este sector y crear (y auspiciar) programas de apoyo al sector. Aquí será importante las alianzas que se logren con la Universidad de Puerto Rico, la Escuela de Artes Plásticas, y otras instituciones que por su naturaleza son focos de emprendimiento cultural. Sin embargo, ese apoyo a la incubación, aceleración y consultoría directa debe trascender la academia y llegar a todos los grupos. Sobre esto el Municipio puede proveer infraestructura física a través de la rehabilitación de espacios (hoteles de empresas culturales) y las alianzas con el sector privado y sin fines de lucro.

Finalmente, y no menos importante es el factor de financiamiento, uno de los retos tradicionales del sector cultural. Existe una responsabilidad del gobierno en contribuir a financiar la actividad cultural, principalmente porque la forma en que se genera valor en estas industrias no necesariamente se refleja en los precios. Por lo tanto, la intervención directa debe ser en función de los objetivos de política cultural como la diversidad, el acceso y la participación. Es importante que el componente de financiamiento trascienda la intervención directa a través de la oferta. Ya existen muchos mecanismos de incentivar a través de la demanda, algo que garantiza que las organizaciones y empresas orienten sus esfuerzos a la producción y comunicación y no tan sólo a cumplir con el gobierno para allegar más fondos, algo que se traduce en un círculo de dependencia. Existen algunas experiencias con los sistemas de “vouchers” que podrían adaptarse a la realidad puertorriqueña. Por supuesto, el área de financiamiento no puede ser menos creativo que la misma producción, por lo que se podrían explorar proyectos que integren a los ciudadanos y la empresa privada.

Ciudad Cultural

Hablar de ciudad cultural es darle coherencia a todo el programa y proyectarlo a nivel local, nacional e internacional.[v] Lo que quiero plantear es que normalmente la actividad cultural a nivel municipal destina todos sus recursos a comunicar “lo que tiene para ofrecer”, sin preocuparse por diseñar esa oferta. Por eso, una “Fiesta Patronal” no tendrá mayor efecto que el inmediato en la medida en que no crea continuidad a lo que allí se presenta. Es como poner todos los recursos en la fachada sin preocuparse por los interiores. Es aquí donde las rutas de “patrimonio histórico-cultural comunitario” pueden convertirse en recursos para el turismo, y donde los producción artística se vuelve la cara de la ciudad. Ya en este nivel pueden entrar todos los recursos publicitarios y de relaciones públicas. Inclusive se puede hablar hasta del “branding de la ciudad” si se prefiere, pero sólo cuando el trabajo de base está hecho. En esta etapa también es importante la cooperación internacional, lo que de por sí implica un balance óptimo con la producción local.

A manera de conclusión

A parte de un desahogo, está reflexión es un intento de bosquejar algunas posibilidades de intervención en el campo de la cultura. Son años de discusiones, intentos de gestionar proyectos(unos con mejores resultados que otros), pensar y repensar la importancia de la cultura, no sólo porque nos gusta sino porque es nuestro trabajo. Entre la motivación de conocer experiencias de otros países y la decepción con la falta de apoyo en mi experiencia trabajando en San Juan, se generan unas esperanzas automáticas. Pero somos responsables de convertir esas esperanzas con propuestas concretas y pensaría que esta coyuntura es única para esos propósitos. Sin embargo, es importante reconocer que al igual que en la economía, en la administración pública las ventanas de oportunidades de abren por cortos periodos de tiempo. Por esto los próximos meses son cruciales para que nos insertemos en ese proceso y aportemos con un toque de la iniciativa emprendedora que caracteriza a las artes. Después de todo, siempre he pensado que el sector cultural produce algunas de las mejores mentes, que simplemente han asumido a través de sus proyectos toda la carga de implementar un política cultural y social desde lo privado. Y a pesar de que lo puede seguir haciendo, la presencia del sector público como contrapeso permite fortalecer la creación y la producción cultural, con todos los beneficios que eso genera para la visión de ciudad y gobernanza que se está proponiendo.


[i] Javier Hernández. Cultural Return: Toward a Preliminary Framework. http://www.jace.gr.jp/ACEI2012/usb_program/pdf/4.7.4.pdf

[ii] UNCTAD. Creative Economy Report 2010. http://unctad.org/es/Docs/ditctab20103_en.pdf

[iii] Ann Markusen. Urban Development and the Politics of a Creative Class: Evidence from a Study of Artists. http://www.hhh.umn.edu/img/assets/6158/266%20Creativity%20Class%20Politics%2011.05WEB.pdf

[iv] NEA. Artists in the Workforce: 1990-2005. http://www.nea.gov/research/ArtistsInWorkforce.pdf

[v] Javier Hernández. William Miranda Marín y el Modelo de Ciudad Cultural. http://inversioncultural.com/?p=313

Planificación estratégica: ¿cuándo y para qué?

La planificación es un recurso de gran importancia en todas las organizaciones. La crisis económica mundial ha puesto una gran presión sobre los presupuestos gubernamentales y el sector de las artes y la cultura siempre ha sido uno de los más vulnerables. De igual forma, aquellas instituciones que tradicionalmente han dependido de donativos o subscripciones también han visto alteradas sus fuentes de ingresos debido a recortes en el gasto personal, donde el entretenimiento suele ser una de las primeras partidas que reducen los ciudadanos. Por esta razón, es necesario maximizar todos los recursos disponibles, ya sean recursos humanos, financieros o de otro tipo. Inclusive, es necesario entender que las redes de apoyo con colaboradores o audiencia y los esfuerzos de comunicación también son limitados y requieren una administración eficiente.

El proceso de planificación debe responder a una necesidad de definir y clarificar todos esos esfuerzos, principalmente bajo una misión y estrategia para llegar a ella. Al igual que muchos otros temas de la administración de empresas y organizaciones, la planificación estratégica pudo haber sufrido el fenómeno de la “moda”, donde la literatura y los consultores exageran sus virtudes y esconden sus defectos como parte de su estrategia de ventas. La planificación estrategia es mucho más que la redacción de un documento. Es probable que el valor principal esté en los hallazgos del proceso, en los cambios de mentalidad y en la capacidad de comunicar una misión a todos los componentes de la organización. Además del peligro de entender la planificación estratégica como la producción de un documento, existe el reto de permitirle la flexibilidad adecuada para enfrentar el alto nivel de incertidumbre del panorama económica actual. Podríamos decir que el exceso de planificación puede ser dañino para la organización, lo que para algunos podría ser una contradicción porque el ejercicio mismo de la planificación estratégica se piensa a largo plazo. Finalmente, es importante destacar que el ejercicio de planificación estratégica requiere una reflexión y trabajo de los componentes de la organización, por lo que la contratación de consultores externos puede ser un arma de doble filo. En todo caso, la figura de un mentor es la más conveniente para sacarle provecho al proceso.

Es importante entender la diferencia entre el componente estratégico y lo táctico. Una forma fácil de verlo es pensar en el componente táctico como actividades concretas, visibles al exterior y que sustentan la estrategia. La estrategia es más abarcadora, define la finalidad de las acciones y por lo general, no es visible a los demás. Y para utilizar el arte mismo para explicarlo, nada mejor que un poema de Mario Benedetti:

Táctica y estrategia

Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos

mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible

mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos

mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos

mi estrategia es en cambio más profunda y más simple

mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites.

En este sentido, es importante entender si lo que necesitamos es un Plan Estratégico (aprox. 5 años en adelante), Plan de Negocios (1-3 años) o un Plan Operacional (1 año). Los planes operacionales pueden ser sobre áreas específicas como el mercadeo, las finanzas, recursos humanos, operaciones, etc. Por lo general, las organizaciones que necesitan un proceso de Planificación Estratégica presentan algunos de estos síntomas: no existe consenso sobre los valores y/o misión de la empresa, se identifica una situación que está afectando el desempeño de la empresa, existen conflictos internos sobre las decisiones, existen problemas para comunicar la misión, es difícil establecer prioridades, la estructura interna no funciona adecuadamente y el ambiente externo experimenta cambios constantes que afectan la organización. Estas situaciones requieren una atención especial para definir el plano macro de la actividad u objetivos que persigue. Es necesario que exista un grupo de personas dentro de la organización con el interés, tiempo y autoridad para comenzar este proceso. Aunque se trata de un ejercicio interno, se puede considerar la presencia de recursos fuera de la organización que puedan traer una perspectiva diferente de los esfuerzos de la organización. Esto puede incluir, clientes, suplidores, distribuidores, colegas, etc.

En muchas ocasiones las organizaciones culturales no tienen una estructura formal muy definida. Las operaciones giran en torno a proyectos y la estructura tiene capacidad de transformarse dependiendo de las necesidades del momento. Este tipo de estructura no es negativa. Por el contrario, en muchas ocasiones ayuda a manejar los retos de una industria inestable y turbulenta. En todo caso, el esfuerzo de planificación estratégica podría muy conveniente cuando se adquiere un nivel de consistencia que requiere formalizar el camino a seguir. Lo importante está en ponderar los beneficios con los costos de involucrarse en este proceso. Es muy probable que un proceso de planificación estratégica no tenga unos costos económicos directos, pero sí en términos de esfuerzos, dedicación y tiempo. En un próximo artículo describiremos la importancia del análisis del ambiente externo e interno como primer paso de la planificación estratégica.