Difícil vivir del arte en Puerto Rico

Ante el panorama complicado del arte en la Isla, existen artistas que batallan para mantener viva la profesión.

PUBLICADO : 24 Mayo (Periódico Metro)

Enlace a original: http://www.metro.pr/entretener/dificil-vivir-del-arte-en-puerto-rico/pGXmex!9higUfC6eXck/

KARIXIA ORTIZ @KARIXIAORTIZ

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Para muchos puede ser casi un asunto normal escuchar que el que se dedica al arte “se muere de hambre”. Pero, además, es de conocimiento popular que en Puerto Rico sobra talento.

Entonces, el asunto va mucho más allá y una mirada a la estructura social en relación con el interés por el tema del arte y la cultura se hace cada vez más pertinente.

El economista y gestor cultural Javier Hernández explicó que, en la Isla, al no encargarse de fomentar el interés en el ámbito artístico, las personas no demandarán para consumir arte como quizás pasa en otro lugares.

“En términos económicos, el mercado local es muy pequeño. Las audiencias son bien pequeñas, porque el país es pequeño. Entonces, hay un exceso de oferta, que es bueno, pero hay que estimular esa demanda”, destacó Hernández, quien también es músico.

Además, sobre el hecho de que siempre se mencione que en la Isla hace falta más arte, Hernández explicó que la tendencia a la inestabilidad, tanto en producción como en consumo, se aprecia igual en otras partes del mundo.

“El gran problema es que no hay fuentes de trabajo estables en el arte, y no es porque sea Puerto Rico, sino porque así es la dinámica de trabajo”, destacó el también profesor universitario. Ante esta particularidad de lo inestable, entonces surge la necesidad de diversificarse para poder mantener la actividad artística, porque “antes los artistas eran más reacios a trabajar en lugares fuera del arte, pero ahora no. Ahora hay un interés mayor en voluntariamente moverse a otros sectores, y eso es bueno”, indicó Hernández.

A tono con este análisis, la actriz Anamín Santiago coincidió. “El perfil del artista puertorriqueño es una o un trabajador con formación sólida, que en muchos casos alcanza un grado doctoral, que complementa su labor con varias disciplinas. En ese sentido, resulta un profesional polifacético”. Asimismo, la cantautora Norenid Feliciano se posiciona como un ejemplo de los artistas que  necesitan de un trabajo full time para poder mantener su profesión musical. “Para los músicos independientes, vivir completamente de la música es bien complicado” porque, según la artista,  hacen falta más espacios para presentar el arte y el público que lo sepa apreciar.

Pero la inventiva, el interés y la pasión por que el gremio artístico de la Isla tenga una salida atractiva y mercadeable buscan otras posibilidades más allá de recurrir al apoyo gubernamental. Un ejemplo de ello es la propuesta de la gestora cultural Ruth Torres, quien propone como opción las  cooperativas de arte.

“Frente al capital monopolítico, la opción es el trabajo en grupo y la educación que fomente una nueva forma de vivir”, destacó Torres, quien también es actriz. Torres, en su investigación de las cooperativas artísticas, ha comprobado su funcionalidad y la posibilidad que brindan para vivir del arte porque “es una forma alterna de vivir, porque estamos trabajando de manera distinta. Además, con este modelo, se llega a un acuerdo justo en términos económicos”, aseguró Torres, porque todos cobran lo justo en la medida en que todos aportan al proyecto.

Por otro lado, el ingeniero de grabación de Music Dorks Fabiel Lozada constantemente aprecia cómo los artistas buscan manejarse en círculos correctos, pues ya es imposible “volver a ser solo un aficionado”.

UN EJEMPLO

Realidad actoral

Yo he podido vivir de mi profesión. Pero he tenido que hacer muchas cosas, incluyendo dar clases. Uno tiene que diversificarse. Y yo he sido de las bendecidas y he sido muy afortunada. Pero, en otros países, cuando uno ve que hay teatros en cada esquina, esa no es nuestra realidad.

Nosotros estamos como guerreros dando la batalla, pero no es gracias al apoyo del Gobierno. Nosotros no somos una clase ni favorecida ni protegida. Ahora, cuando hay grandes tragedias, siempre llaman a los actores para que colaboren y siempre estamos ahí. Pero tampoco nosotros tenemos un pueblo culto. ¿Cuándo se ha visto a un gobernante en un teatro? A ellos no les interesa.

Cristina Soler Actriz

Podcast: La economía creativa (Radio Universidad)

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La economía creativa by Radio Universidad-Puerto Rico on Mixcloud

La discusión en esta edición de Hilando Fino se enfoca en el tema de la economía creativa. Esta aborda los sectores de la industria que se basan en la creatividad. Entre ellos, además de las industrias culturales, se incluyen los medios de comunicación masivos, los distintos tipos de ejecución de diseño como el diseño gráfico, el diseño industrial, la moda y la publicidad, más algunos tipos de programación como lo son los video juegos.

Este tema es pertinente a los esfuerzos que han de realizarse para reiventar la economía e impulsar nuevas iniciativas a los problemas de crisis económica. Para conversar sobre esta temática, nos acompañan los economistas la Dra. Indira Luciano Montalvo, directora el programa Graduado del Departamento de Economía del Recinto de Río Piedras, y el Prof. Javier Hernández Acosta, candidato a un grado doctoral en Desarrollo Empresarial de la Universidad Interamericana, conferenciante en Mercadeo en la Universidad del Sagrado Corazón y catedrático en Maestría de Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico.

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Un análisis de temas de sociales, culturales y políticos.  Hilando Fino, todos los martes a las 4:00 pm por el 89.7fm San Juan, 88.3fm Mayagüez y por radiouniversidad.pr.

Celebran evento "Creativos con Empresas: Diálogos sobre economía creativa"

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Presentan evento Creativos con Empresas: Diálogos sobre economía creativa

Durante los días 12, 13 y 14 de noviembre, el Departamento de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón le dedicará la semana mundial del empresarismo a la economía creativa. Durante tres días se presentarán conferencias sobre el tema con especialistas, empresarios creativos y representantes de agencias y proyectos de apoyo. La actividad será en el anfiteatro Barat Norte 321 de la Universidad del Sagrado Corazón. Todas las actividades comenzarán a las 5:30pm.

El martes 12 de noviembre, el fundador de Inversión Cultural, Javier Hernández, dictará una conferencia orientada a las oportunidades de emprender en la economía creativa. Hernández presentó en junio pasado el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”, primer informe que recoge el impacto económico del sector cultural y creativo. “Más allá de atender el tema desde su impacto económico y de política pública, tenemos que empezar a hablarle a los jóvenes y a los empresarios creativos. Ellos son quienes tienen el potencial de transformar la economía del país.”, comentó Hernández, quien también ofrece cursos de mercadeo en la Universidad del Sagrado Corazón. Ese primer día también participará Juan Guillermo Herrans, miembro de la Comisión para el Desarrollo Cultural de Puerto Rico.

El segundo día, empresarios creativos de diversos sectores presentarán sus experiencias profesionales, mientras que el jueves será dedicado a los recursos de apoyo de entidades públicas y privadas. “Es importante que los jóvenes universitarios sepan que existen muchas oportunidades de emprender en la economía creativa y que existen experiencias y recursos para hacerlo.”, finalizó Javier Hernández, quien aplaudió la iniciativa del Departamento de Empresas reconociendo la importancia de que la academia se vincule a estos procesos.

La participación de Inversión Cultural es parte de una serie de eventos con los que colaborará en los próximos meses y que responde a la creación del Centro de Economía Creativa, una iniciativa dirigida a fortalecer el emprendimiento cultural y creativo en Puerto Rico. Para mayor información sobre el evento pueden acceder a www.inversioncultural.com, a través del 787-396-9118 o a través de twitter: @inversioncultur.

Creativos con empresas

 

Comunicado de prensa - Creativos con empresas.docx by Javier J. Hernández Acosta

Ponencia - Ley de industrias creativas (Puerto Rico)

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Ley de industrias creativas - Javier Hernández (Inversión Cultural) by Javier J. Hernández Acosta

 

 

Proyecto del Senado 655

Ley para fomentar las industrias creativas de Puerto Rico

Ponencia presentada por Javier J. Hernández[i],

director de Inversión Cultural[ii] ante la

Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica del Senado de Puerto Rico.

24 de septiembre de 2013, Teatro Ambassador

 

Ministers will generally accept proposals which contain the words simple, quick, popular and cheap. Ministers will generally throw out proposals which contain the words complicated, lenghthy, expensive, and controversial. Above all, if you wish to describe a proposal in a way that guarantees that a Minister will reject it, describe it as courageous.

(Sir Humphrey Appleby, citado en Throsby, 2012)[iii]

 

Saludos a todos. Agradecemos la oportunidad de invitarnos a deponer y participar de este importante proceso. De igual forma, agradezco a los autores del proyecto la oportunidad de comentar sobre el borrador inicial del proyecto, lo que demuestra un nivel de apertura y consulta muy necesario en el proceso legislativo. A partir de la radicación de la medida, hemos realizado un ejercicio de investigación y análisis crítico con el fin de hacer una aportación valiosa a este proceso. Debo comenzar señalando que esta ponencia representa una posición personal y la del proyecto Inversión Cultural.

Cuando hablo en carácter personal, me refiero a mi rol como músico, profesor en las áreas de mercadeo a nivel sub-graduado en la Universidad del Sagrado Corazón y en el área de gestión cultural en la Maestría de Gestión y Administración Cultural en la UPR. Además, mi experiencia con el proyecto de Inversión Cultural ha sido asesorar proyectos culturales y creativos en áreas diversas que incluyen el trabajo comunitario, las artes escénicas, servicios creativos a empresas, publicidad, gastronomía, música y cine, muchos de los sectores que componen las industrias creativas. De igual forma, enmarco mi opinión en carácter de investigador, habiendo realizado estudios empíricos en áreas como el cine, la música, el empresarismo cultural, la política pública para industrias culturales y más recientemente, con la publicación del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”, informe que recoge el impacto económico y dinámicas sectoriales de estas industrias.

Hablar de una política pública para las industrias creativas es un tema que provoca conflictos en términos conceptuales y operacionales. Por un lado está el reconocimiento de la importancia de estos sectores y la oportunidad de que el gobierno asuma su rol en su desarrollo. Por otro lado, está la falta de información y los errores históricos de dejarnos llevar por corrientes sin tomar en consideración la información empírica. Después de todo, tenemos a nuestro alcance malas experiencias de procesos similares. Ahí están la CORCO como monumento a la mala planificación e improvisación, el edificio de Biotecnología, el Puerto de la Américas, las múltiples campañas fallidas de marca país y el eterno abrazo a un modelo de industrialización que colapso hace muchos años y todavía sigue siendo el fantasma detrás de muchas de las acciones gubernamentales en materia económica. De igual forma, ya tenemos experiencias fallidas e incompletas en torno a la relación economía y cultura, como lo es el caso del Programa de Desarrollo Artesanal, el Concilio de Diseño, el programa de Arte Público y la Corporación de Cine, caso que utilizaremos de ejemplo más adelante en el contexto del limitado campo de acción de Fomento Industrial. Por lo tanto, es necesario que nuestros esfuerzos estén fundamentados en información real y no en las noticias y reportes de gobierno que inundan el internet. Después de todo, ningún Ministro de Cultura o Economía va a hablar mal de su gestión en torno a las industrias culturales y creativas.

 

Trasfondo

            Debemos recordar que el concepto de industrias creativas surge como un asunto político, aunque siempre con la buena intención de establecer la importancia de las artes y movilizar mayores recursos para su desarrollo. Primero Australia trajo a la discusión la importancia de incluir los medios como parte de las industrias culturales. Lo hizo el Primer Ministro Paul Keating a través del reporte “Creative Nation” en 1994. Más tarde, en medio de una “crisis existencial” del Reino Unido, el Primer Ministro Tony Blair y el Partido Laborista se aferra al discurso de la creatividad y la innovación como ancla para restablecer una competitividad que había perdido en la región. Uno de sus principales esfuerzos fue crear el concepto de “industrias creativas”, una junte de sectores diversos que van desde las artes y el cine hasta la publicidad y la tecnología. En palabras de Gaëtan Tremblay, se trata de un maridaje perfecto donde la tecnología adquirió el prestigio de las artes y las artes el valor añadido de la tecnología[iv].

La movida del Reino Unido trajo una avalancha de informes, estudios, mapeos, conferencias y políticas públicas alrededor del mundo, incluyendo organismos internacionales como el BID, la UNCTAD y la UNESCO. A esto siguieron discursos y fórmulas de éxito como las propuestas de Richard Florida sobre las ciudades creativas, planteando que atraer talento, tecnología y tolerancia eran suficientes para fomentar el desarrollo económico a nivel local. Los países comenzaron a copiar las “fórmulas de éxito” y destinaron recursos a la creación de “task forces”, concilios, agencias, incubadoras, aceleradoras, programas académicos y otros recursos que no tenían ante la promesa de “las industrias creativas como alternativa de desarrollo”. El resultado, por supuesto, no fue el esperado. Ni siquiera en el caso del Reino Unido, más allá de saber realmente cuánto aporta al PIB y al empleo, se puede determinar a ciencia cierta qué efecto han tenido las políticas públicas. Los países copiaron las definiciones, las políticas, pero también los resultados.

Por ejemplo, mirando la corriente de las “ciudades creativas”, nos topamos con un Florida que había demostrado que existía una relación entre la clase creativa y el desarrollo económico, pero nunca demostró la relación de causa y efecto. ¿Los creativos se mueven a lugares donde hay desarrollo económico, o el desarrollo económico persigue a las “clases creativas”? Un problema de endogeneidad imposible de resolver. El resultado, una avalancha de estudios empíricos cuestionando sus planteamientos y demostrando los efectos nefastos del desplazamiento y la desigualdad. Después de todo, hay que destacar que su “clase creativa” incluye a los abogados, contadores, vendedores, gerentes, legisladores y maestros, entre otros, prácticamente todas las profesiones con un grado universitario, algo que confunde y dificulta el análisis. También es sabido que el sector creativo ha tenido un crecimiento sostenido a nivel mundial por encima del resto de la economía, pero también es importante reconocer que ese crecimiento se debe en gran medida al sector de tecnología. De igual forma, cuando se habla del comercio internacional, gran parte del crecimiento se debe a China, y cuando se hace el ajuste, las tasas no son nada excepcionales. En el contexto Latinoamericano, muchos países terminaron redefiniendo el concepto cuando se dieron cuenta que el desarrollo no venía por osmosis, y empezaron a reenfocar en aquellas áreas donde realmente tenían grandes insumos. Cambiaron la tecnología por los festivales, añadieron la gastronomía y potenciaron el turismo cultural.

Ahora, estas malas experiencias no significan que no hagamos nada, pero requiere entender experiencias dentro y fuera de la isla para no caer en la paradoja de la legislación de incentivos: terminar peor que cuando no estaba legislado. Para esto, podemos ver las experiencias locales de legislación sobre la colegiación de actores, de promotores, la ley de la música autóctona y la ley 108 para descuentos a los espectáculos, entre otros. En todos esos casos, a pesar de la buena intención, la legislación empeoró la condición de los sectores que intentaba potenciar. Por esta razón, es importante discutir algunos puntos en el proyecto de Ley que alertan sobre una tendencia similar.

 

Análisis del proyecto de Ley

El problema conceptual

Dado que el tema surge y se desarrolla en el contexto de la administración pública, no ha sido posible un consenso sobre la definición de industrias creativas. Sabemos que el DCMS (Departamento de Cultura, Medios y Deportes) del Reino Unido lo ha definido como “aquellas que están basadas en la creatividad, talento y habilidades individuales. Tienen el potencial para la creación de riqueza y empleo a través del desarrollo de la propiedad intelectual”, aunque actualmente se está revisando para eliminar la condición de la propiedad intelectual. Lo cierto es que esa definición, por su amplitud, no ayuda mucho.

La creatividad no es un concepto fácil de segmentar y adjudicar,  puesto que prácticamente cualquier trabajo o industria puede tener un elemento creativo. Sin embargo, existe un consenso en ciertos sectores que componen las industrias creativas. Por ejemplo, la mejor forma de verlo son los círculos concéntricos, donde las artes aparecen como el núcleo de la economía creativa. Alrededor de este círculo aparece otro que incluye a las industrias culturales (cine, medios, discos, editoriales, etc.). Un tercer círculo serían las llamadas industrias creativas, incluyendo sectores como el diseño, la arquitectura, aplicaciones digitales, etc.

El problema radica en que obviamente las industrias creativas, por naturaleza, incluyen al arte y las culturales. De hecho, cuando las Naciones Unidas utilizan su definición, están incluyendo al Patrimonio, las Artes, los Medios y la Creaciones Funcionales. Sin embargo, en otros contextos, cuando se habla de industrias creativas se habla solamente de los sectores incluidos en ese círculo exterior, entiéndase todo el contenido digital, aplicaciones, diseño, arquitectura, etc. Por supuesto, es importante señalar, que en los países donde se habla de esta definición, se hace porque ya existe un política pública para las artes y las industrias culturales. Por lo tanto, el ejercicio consiste en expandir esa política a otros sectores. Ese no es el caso de Puerto Rico, donde al día de hoy no existe una política de industrias culturales.

Por esta razón, un proyecto como éste inmediatamente trae confusión porque no se tiene claro lo que busca. Debo decir, que ninguna definición de industrias creativas incluye en su totalidad al sector de programación de computadoras y áreas relacionadas, por lo que hay que ser cuidadosos para no apropiarse de un concepto que no les corresponde. Si el proyecto pretende crear una política pública para las industrias creativas en su concepción más amplia, debe incluir el componente de patrimonio, después de todo, el turismo cultural es probablemente el sector de mayor oportunidad dentro de la realidad puertorriqueña. Sea como sea, el carácter particular de las industrias creativas sigue siendo su capacidad de transmitir contenidos simbólicos; es esto lo que diferencia a la arquitectura de la construcción y a los medios digitales de la industria de tecnología. No es aceptable, y además resulta contradictorio, que el proyecto de ley descarte algunos sectores sin haber determinado su potencial económico. Definir de antemano los sectores de manera tan específica, termina debilitando la justificación de un Concilio.

De igual forma, se debería redefinir la composición del Concilio para incluir representación de la institucionalidad pública cultural del país, quienes están encargados en fomentar la creación cultural. Por ejemplo, no tiene sentido un silla para el Fideicomiso de Ciencia y Tecnología si no hay una silla para el ICP. Este tema lo elaboraremos más adelante pero es un principio básico: para fomentar su crecimiento, primero es necesario fomentar su existencia, y ese trabajo le corresponde al componente cultural público. Finalmente, es necesario fijar un término para las operaciones del Concilio, ya que se no se justifica una estructura paralela una vez se delimite su campo de acción y los responsables de su implementación.

En el caso de Puerto Rico, donde nunca se ha legislado ni para las industrias del arte, culturales o creativas, es necesario una política amplia para todos los sectores y no segmentarla con enfoques específicos, esto es un trabajo necesario en la etapa de implementación, por lo cual es necesario la representación de todos los sectores. El proyecto no puede estar sesgado ni para las artes ni para la tecnología, puesto que sería una apuesta donde aumentan las probabilidades de perder. El secreto está en reconocer los eslabonamientos productivos entre todos los sectores, fortalecerlos con políticas e incentivos no tradicionales con el fin de desarrollar industria en el sentido real de la palabra. A partir de ahí, se podrá potenciar su capacidad de generar riqueza y empleo. Con esto quiero decir, que no es suficiente incentivar empresas, sino incentivar ecosistemas de producción creativa, este es el rol principal de este proyecto de ley. Por lo tanto, no existe precedente para las acciones que hay que tomar. Reconociendo la necesidad de estas dinámicas, la creación de una División de Industrias Creativas bajo Fomento Industrial es contradictoria y peligrosa para los mismos objetivos del proyecto de Ley.

Definiciones

El proyecto específica 16 sectores dentro de su definición de industrias creativas. Estos sectores se agrupan en cuatro categorías que incluyen Artes (música, artes visuales, escénicas y publicaciones), Diseño (gráfico, industrial, moda, interiores), Medios (desarrollo de aplicaciones, videojuegos, medios en línea, contenido digital y multimedios) y Servicios Creativos (arquitectura, educación creativa y redes sociales). Es importante señalar que los Medios tradicionales como el Cine, Prensa, Radio y Televisión, no están incluidos. Estos sectores son los más intensivos en mano de obra, algo que hay que considerar si uno de los objetivos es la creación de empleos. En el resto de los sectores, se estima que sobre el 80% son empleos por cuenta propia o microempresas[v]. También es importante destacar que el proyecto descarta el patrimonio material e inmaterial y el turismo cultural, probablemente los sectores con mayores posibilidades de impactar en términos de riqueza y empleo.

Causa preocupación que algunos sectores incluyen actividades que no están claramente definidas. A pesar de que eso lo puede definir el Concilio, para propósitos de la composición del Concilio resulta importante clarificarlo. Reconociendo que el sector de medios no está incluido, lo correcto sería agrupar al sector de arquitectura bajo la categoría de Diseño y reducirlo a tres categorías, pasando todos los sectores de Medios a Servicios Creativos. Se recomienda eliminar al sector de redes sociales que después de todo es un servicio de administración en ocasiones muy vinculado a la publicidad, un sector que no está en el espíritu del proyecto. Esto le da mayor claridad al proyecto de ley y mayor balance a la composición del Concilio.

Nuevamente, la ausencia de los medios, cine y publicidad, dificulta hablar de una Ley de Industrias Creativas de manera absoluta (dentro de las dos concepciones explicadas anteriormente). La única manera en que esto sería cierto es que se tratase de un sombrilla de toda la política pública relacionada.

Como detalle adicional, se recomienda cambiar el concepto de grupos creativos por empresas creativas.

Industrias Creativas en Puerto Rico

            El pasado 19 de junio de 2013 publicamos el informe sobre el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”. Este informe organiza por primera vez los datos de fuentes oficiales en torno al tema de las industrias creativas. Para su análisis, el informe utiliza los modelos de la UNCTAD, Estados Unidos y un análisis de la Clase Creativa según Richard Florida y una variante con ocupaciones más concentradas en el tema creativo. Utilizando los modelos tradicionales, en Puerto Rico las industrias creativas aportan aproximadamente 14,715 empleos, $1.74 billones en volumen de negocios y un total aproximado de 1,889 negocios. La nómina total asciende a $436 millones y el salario promedio es de $26,632. Esto representa un 4.29% de los negocios en Puerto Rico, 2.65% de la nómina total anual, 1.37% del empleo y un 2.67% del PIB para el 2011. Por supuesto, estos datos tienen la limitación del trabajo por cuenta propia y la economía informal. Sin embargo, también hay que reconocer que estos datos aumentarían la cantidad de negocios y empleos, pero su impacto sería mucho menor en el volumen de negocios. De todas formas, es la misma metodología que se utiliza en los estudios nacionales alrededor del mundo.

Sin embargo, estas clasificaciones incluyen varios sectores que no son pertinentes al caso de Puerto Rico y el proyecto de ley. Por esta razón, el informe incluye un análisis de sectores aplicados al contexto puertorriqueño, utilizando tres categorías que incluyen Artes (patrimonio, visuales, musicales, escénicas y editoriales), Medios (cine, televisión, radio, prensa) y Diseño (moda, industrial, gráfico, interiores, arquitectura, digital y aplicaciones). De todas formas, debemos recordar que el sector de medios no está incluido en este proyecto de ley.

De acuerdo a estas categorías, existen 845 negocios, 399 en las artes, 230 en los medios y 216 en el diseño. En total generan aproximadamente 6,974 empleos, 3,738 en los medios, 1,854 en las artes y 1,382 en el diseño. El volumen total es de aproximadamente $1.2 billones, $277 millones en las artes, $667 millones en los medios y $300 millones en el diseño. En los sectores de artes y diseño, el 70% son microempresas que emplean entre 1-4 empleados. Como se mencionó anteriormente, el sector de medios es el mas intensivo en mano de obra, donde sólo un 47% del total son microempresas. Esta información es de suma importancia cuando el objetivo principal es incentivar la creación de riqueza y empleo.

El Concilio

Hemos mencionado que la creación de un Concilio solamente tiene sentido como ejercicio para diseñar y coordinar una política que integre diversos sectores del ente público y privado. Su gestión pierde sentido una vez definida la implementación de esta ley bajo la Administración de Fomento Industrial. El Concilio podría coordinar entre municipios, agencias el gobierno central, el sector financiero, educativo y la comunidad internacional. Su gestión es viable si está separada, pero representada, por las agencias relacionadas. A pesar de estas responsabilidades, el proyecto de ley le adjudica principalmente funciones tácticas de naturaleza operacional. Es importante reenfocar sus funciones al plano estratégico y dejar aquellas funciones al sector privado y a las agencias. De todas formas, la mayoría de las tareas terminarán sub-contratadas en el sector privado. Sin embargo, esas tareas son producto de las necesidades del ecosistema y no por la determinación automática de un Concilio. Por esta razón, se recomienda limitar la existencia del Concilio a un periodo de 2 años. Luego se esto, las tareas deberán ser implementadas por las agencias pertinentes. No existe necesidad de crear una estructura paralela. Podría existir la legítima preocupación de evitar la politización del tema, pero estructurarlo a términos de 5 años tampoco salvaguarda esa preocupación. Con el alto nivel de politización que existe en el país, más estructuras es igual mayor politización. En ese sentido, “la cura resulta más cara que la enfermedad”.

La composición del Concilio se ve afectada por las definiciones. La estructura de las categorías está desbalanceada y provoca un sesgo en la toma de decisiones. Como hemos mencionado, es necesario reducir las categorías a tres: Artes, Diseño y Servicios Creativos. Con dos representantes de cada categoría, el total de miembros del Concilio se reduce a seis, por lo que el total de miembros se reduce a trece. Habría que reconsiderar la inclusión del Director de la Corporación de Cine y añadir a un representante del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

La División bajo Fomento Industrial

Ya hemos adelantado que destinar la implementación de esta Ley a Fomento Industrial es un error estratégico que será contraproducente. En el corto plazo, se lograrán los incentivos necesarios para proyectos existentes y en desarrollo, incentivos a los cuales de todas maneras tendrían acceso con programas actuales. Sin embargo, lo que sería el objetivo principal de un política pública para el sector creativo, fortalecer el ecosistema de producción cultural y creativa de manera amplia, no será posible. No existe una experiencia anterior en Fomento de crear y fortalecer un ecosistema industrial sostenible y competitivo. Todos los intentos han sido a través de esfuerzos a corto plazo que se vuelven obsoletos a partir de cualquier cambio mínimo en el panorama internacional. Fomento incentiva empresas, no ecosistemas. Una vez se fortalezca la producción de las empresas culturales y creativas, entonces Fomento podría entrar con incentivos específicos para esa realidad. Para dar un ejemplo, podemos utilizar el caso de la industria de Cine. En Puerto Rico no existe una industria de Cine, existe empresas y proyectos de cine. Por más que hablemos del tema, el rol de la Corporación de Cine se limita a atraer inversión extranjera e incentivar producciones locales sobre una base económica. Sin embargo, incentivar una industria requiere mucho más que eso. Por ejemplo, no hay industria competitiva sin una demanda sofisticada, y eso requiere educación y acceso.  Las industrias creativas no van a tener impacto en el empleo si no impactan toda la cadena productiva. Un ejemplo de esto fue planteado por la joven empresaria Anaís Colón, a su vez estudiante del Seminario de Economía Creativa que ofrezco este semestre. Su interés principal no son recursos financieros para su empresa, sino poder contar con suplidores locales para cada uno de los elementos de su línea de accesorios. Esta es una de las cosas que diferencian a las industrias creativas de las demás, pero eso requiere inclusive incentivar industrias “no creativas” para fortalecer las industrias creativas.

La mejor forma es la integración de legislación, agencias gubernamentales, gremios, sistema educativo, sector laboral y empresa privada. Ciertamente, esto requiere un visión que trascienda la de Fomento Industrial. Definitivamente, Fomento es una pieza clave, pero el proyecto le da un protagonismo que no es cónsona a su experiencias, capacidades y cultura organizacional.

El beneficio contributivo

¿A quién le amarga un dulce? El proyecto de ley contiene una cláusula que ofrece beneficios contributivos sobre la propiedad mueble e inmueble. Nadie se quejaría de tal beneficio, aun cuando no le aplique ni le aplicará en el futuro. La gran mayoría de las empresas creativas funcionan con intangibles, con estructuras organizaciones flexibles y muchas veces a base de proyectos, entre otras características. Nuevamente, establecer esto como una prioridad, demuestra el desconocimiento de estas dinámicas y la preocupación del efecto que esto puede tener en la política pública. Aunque no nos oponemos a esta cláusula, lo mencionamos como un ejemplo de los errores conceptuales que fundamentan el proyecto.

Cartografías y Conferencias

Como hemos mencionado, el proyecto adjudica unas tareas que son de naturaleza táctica. No le corresponde a la legislatura establecer cuándo hacer una conferencia. Eso le corresponde al sector. Se trata de un esfuerzo bien intencionado pero innecesario. Ya existen ejemplos anteriores con la Comisión de Desarrollo Cooperativo que establece una conferencia bienal. Esta encomienda de ley lo que hace es obligar una asignación de fondos muchas veces desligada de las necesidades reales del sector, lo que resulta en un gasto oneroso e ineficiente.

En el caso de la Cartografía, el componente estadístico debe ser una encomienda dirigida por el Instituto de Estadística de Puerto Rico. Se recomienda consultar con el Concilio, pero que el Instituto tenga total independencia. Existen dos razones para esto. Por un lado, el Concilio no puede ser juez y parte, y por otro lado, esa Cartografía debe trascender la definición de esta ley para que sea comparable con otros países. Recordemos que esta ley excluye sectores claves como el cine, televisión, radio, prensa, patrimonio y turismo cultural. El Instituto deberá someter la información pertinente para la operación del Concilio pero no debe limitarse a ello.

Además del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, se recomienda la participación de la Universidad de Puerto Rico como principal de centro de producción de conocimiento. Mas allá del ejercicio estadístico, es necesaria la contextualización, análisis e implicaciones de los datos en una concepción amplia de la economía. Se trata de una oportunidad única de destinar esos recursos a la Universidad y fortalecer su aportación a la gestión pública. La Universidad deberá poner a disposición del análisis los componentes de Economía, Administración de Empresas, Comunicaciones y Gestión Cultural. Esta es una práctica colaborativa muy presente en países como Colombia, El País Vasco y Estados Unidos. De esta forma, se hace un mejor uso de recursos, se garantiza la confiabilidad y rigurosidad metodológica.

 

Recomendación final

            Nuevamente destacamos la importancia de un proyecto de esta naturaleza. Entendemos que esta iniciativa es una oportunidad única para el Gobierno provea la infraestructura para que las empresas culturales y creativas continúen y amplíen su aportación al desarrollo económico, social y cultural del país. Como recomendación final, establecemos que la implementación final del proyecto debe recaer en manos del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Existen varias razones para ello. Hemos establecido que ni el ICP ni Fomento Industrial tienen la infraestructura, cultura organizacional y marco estratégico para implementar un proyecto como este. Por lo tanto, en términos de capacidades, ambos están en igualdad de condiciones. Sin embargo, el hecho de que el ICP no tenga a la fecha de hoy una “División de Industrias Creativas” le permite hacerlo desde cero, permitiendo una mejor coordinación con el Concilio para que se de un proceso coherente y conveniente para la economía creativa, algo que no ocurriría en una estructura tan rígida como Fomento Industrial y su sombrilla. Nuevamente, ponemos el caso de la Corporación de Cine y el Programa Artesanal como experiencias donde a pesar de las características de los sectores no se podido implementar programas que trasciendan la mentalidad y cultura organización de Fomento.

Por otro lado, no podemos perder de vista que el Gobernador acaba de nombrar una Comisión para el Desarrollo Cultural cuya encomienda principal es fortalecer las instituciones culturales y sugerir caminos prometedores para el empresarismo y autogestión cultural, enmarcados en una visión renovada de la economía planteada desde la cultura. A esta Comisión ya le fue asignado una tercera parte del presupuesto que plantea este proyecto con el fin de investigar, cartografiar, diseñar y recomendar esos caminos. Esto supone una oportunidad única de coordinar esfuerzos para garantizar su desarrollo. De igual forma, no tendría mucho sentido cancelar esfuerzos cuando ya el Ejecutivo ha expresado la importancia de cultura como motor de desarrollo económico. Como último argumento, utilizamos las tendencias a nivel internacional en la implementación de este tipo de proyectos. Como parte del Seminario Graduado de Economía Creativa de la UPR, hemos comenzado a elaborar un perfil de los distintos países y las instituciones que implementan los programas de economía creativa. Los hallazgos preliminares para 21 países y regiones, se presentan como anejo a esta ponencia. En esta lista se puede identificar que la gran mayoría de los países implementan los programas de industrias creativas bajo los Ministerios de Cultura y Consejos de Arte. En algunos casos, la responsabilidad es conjunta. En el caso de Trinidad y Tobago se trata de una corporación pública y en Holanda e Indonesia interviene el Ministerio de Economía.

Es posible que alguien argumente que la cultura y la creatividad son dos cosas distintas, industrias culturales vs industrias creativas. Como expresamos en un principio. Donde único se ha utilizado esta concepción es en escenarios donde ya las primeras estaban legisladas y se amplio el campo de acción al sector de videojuegos, contenido digital y desarrollo de aplicaciones. A pesar de ser sectores de alto valor añadido, se trata de una actividad relativamente pequeña, atada a las industrias culturales y con poco impacto en el empleo. Por lo tanto, su desarrollo se fortalece cuando todo el ecosistema creativo se fortalece. Sería un error de política pública guiar su implementación únicamente por estos sectores.

Por esta razón, recomendamos su aprobación con las enmiendas propuestas abajo y argumentadas en esta ponencia.

Resumen de enmiendas

  1. Se recomienda enmendar el proyecto para eliminar la creación de la División de Industrias Creativas bajo Fomento Industrial (y el rol de su Director en el Concilio). Se recomienda que la implementación de esta ley pase al Instituto de Cultura Puertorriqueña. El Concilio identificará formas de colaboración y programas específicos que puedan trabajar otras agencias, incluyendo a Fomento Industrial.
  2. La recomendación inicial es que debe ser el Concilio quien defina cuáles sectores deben incluirse. De esta manera, el proyecto tendrá oportunidad de complementar esfuerzos como la Corporación de Cine, Programa Artesanal y turismo cultural, áreas que actualmente no están incluidas, son de gran impacto y requieren acción. Si no procede esta recomendación, entonces se recomienda enmendar las categorías para reducirlas a tres: Artes, Diseño y Servicios Creativos. Para esto habría que cambiar la categoría de Medios por Servicios Creativas, incluir la Arquitectura en Diseño y eliminar Redes Sociales. Esto también supone un cambio en la composición del Concilio, ya que se reducen dos puestos.
  3. Si se determina que el Concilio va a definir los sectores, para propósitos de su composición, se recomienda utilizar las definiciones de Naciones Unidas y nombrar dos representantes por cada sector: Patrimonio, Artes, Medios y Creaciones Funcionales.
  4. Enmendar la composición del Concilio para incluir un representante del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
  5. Limitar la existencia del Concilio a un término de 2 años, razonable para diseñar y coordinar la política pública de industrias creativas.

 


[i] Javier J. Hernández Acosta es candidato doctoral en Desarrollo Empresarial de la Universidad Interamericana, recinto Metro. Posee una maestría en Negocios Internacionales de la Universidad de Puerto Rico y un posgrado en Gestión y Políticas Culturales de la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Ofrece cursos en el área de mercadeo en la Universidad del Sagrado Corazón. En la Maestría de Gestión y Administración Cultural en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, ha ofrecido cursos de gestión musical, administración estratégica y economía creativa. Dirige el proyecto Inversión Cultural que ofrece apoyo empresarial y consultoría a empresas y proyectos culturales y creativos. Durante cuatro años fue administrador de la primera cooperativa en el sector musical, Taller Cé. Ha publicado sobre emprendimiento, industrias culturales y políticas culturales en la Revista Nacional de Administración, el Journal of Arts Management, Law and Society y en el libro sobre empresarismo cultural: Pioneering Minds Worldwide. Como músico ha pertenecido a las agrupaciones de Antonio Cabán Vale “El Topo”, Zoraida Santiago y Kany García, entre otros. Es autor del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico” (http://inversioncultural.com/?page_id=1121).

[ii] Inversión Cultural es una organización cuya misión consiste en ofrecer apoyo y consultoría a empresas culturales y creativas en Puerto Rico. Sus principales áreas son la investigación, el apoyo empresarial y la formación en emprendimiento cultural www.inversioncultural.com.

[iii] Citado originalmente en Jonathan Lynn y Anthony Jay, Yes Minister, 1984. Throsby, D. (2010). The Economics of Cultural Policy. Cambridge Press: United Kingdom.

[iv] Bustamante, E. (Ed). (2011). Industrias Creativas: Amenazas sobre la cultura digital. Editorial Gedisa: Barcelona.

[v] Hernández, J. (2013). Perfil de la economía creativa en Puerto Rico. Inversión Cultural. Disponible en www.inversioncultural.com.

 

Anejo 1

Países e instituciones

  1. Costa Rica – Ministerio de Cultura y Juventud – Proyectos: Centro de Tecnología y Artes Visuales (Animación 3D y mercado audiovisual)
  2. Colombia – Ministerio de Cultura – Programa de Emprendimiento Cultural (incluye sector audiovisual, artes, turismo cultural, gastronomía, juguetes, diseño y tecnología de contenido cultural)
  3. Barbados – Ministerio de Desarrollo Comunitario y Cultura
  4. Santa Lucia – Ministerio de Turismo, Patrimonio e Industrias Creativas
  5. Trinidad y Tobago –Corporación de Industrias Creativas de Trinidad y Tobago – Creada para unir otras corporaciones públicas relacionadas.
  6. Chile – Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Departamento de Fomento de las Artes e Industrias Creativas)
  7. Singapur – Ministerio de Información y Comunicación
  8. Uruguay – Ministerio de Educación y Cultura (Departamento de Industrias Creativas)
  9. Brasil – Ministerio de Cultura (Secretaría de Economía Creativa)
  10. Ecuador – Ministerio de Cultura y Patrimonio
  11. México – CONACULTA  (Consejo Nacional para las Artes y la Cultura). La Secretaría de Economía tiene un proyecto industrias creativas, principalmente de tecnologías de la información
  12. Cuba – Ministerio de Cultura (industrias culturales)
  13. Indonesia – Ministerio de Turismo y Economía
  14. Buenos Aires – Secretaría de Cultura de Buenos Aires (también envuelve al Ministerio de Desarrollo Económico.
  15. Holanda – Ministerio de Desarrollo Económico (Industrias Creativas), Ministerio de Cultura, Educación y Ciencia (Arte y cultura y medios y audiovisual).
  16. Dinamarca – Ministerio de Cultura y el Ministerio de Comercio e Industria
  17. Irlanda – Consejo de Artes, bajo el Ministerio de Artes, Patrimonio y Gaeltacht
  18. Kenya – Departamento de Deportes, Cultura y Artes. Además de las industrias tradicionales, incluyen Salud y Medicina.
  19. Australia – Consejo de las Artes de Australia
  20. New England (Massachussets, Maine, New Hampshire, Vermont, Rhode Island, Connecticut) – “Creative Economy Initiative”, un proyecto del Consejo de Nueva Inglaterra.
  21. Estados del Sur (Alabama, Louisiana, Mississippi, Florida, Georgia, North Carolina, South Carolina, Kentucky, Tennessee, Missouri) – Comisiones de Arte de cada estado.

 

Comentarios iniciales al primer borrador del proyecto que compartió el Senador Ramón Luis Nieves. En la carta se detallas las preocupaciones con las definiciones, exposición de motivos, composición del Concilio y el rol de Fomento Industrial. Este documento es del 28 de mayo de 2013, antes de la publicación del Perfil de la economía creativa en Puerto Rico.

 

Comentarios Proyecto Industrias Creativas PS 655 (Borrador inicial - Mayo 2013 by Javier J. Hernández Acosta

Entrevista a Javier Hernández en Coolturéate

La Dra. Wanda Pacheco entrevista a Javier Hernández en el programa Coolturéate de Bonita Radio. La entrevista gira entorno al informe sobre el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico", documento que recoge los últimos datos disponibles sobre la aportación económica de las industrias creativas. La entrevista discute los conceptos básicos sobre las industrias creativas, su impacto en Puerto Rico y recomendaciones de política pública.

El tamaño de las empresas creativas en Puerto Rico

Por: Javier J. Hernández Acosta

Incluido en el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico".

Disponible en http://inversioncultural.com/?page_id=1121

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            Unas de las características principales de las industrias creativas es que se componen principalmente de microempresas. El objetivo de este informe es describir la composición de las principales industrias creativas de acuerdo al total de empleados por empresa. Este análisis es importante por varias razones. Por un lado, los responsables de política pública tienen una herramienta adicional para entender los subsectores y desarrollar incentivos apropiados para su desarrollo. Por otro lado, las empresas y organizaciones tiene la oportunidad de incorporar este análisis a sus estudios de viabilidad y modelos de negocios.

En el documento principal sobre el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico” se analizó la economía creativa utilizando los modelos de la UNCTAD y del análisis de las industrias creativas en Estados Unidos. Sin embargo, se realizó un análisis adicional inclinado a entender la composición de las principales industrias en el contexto puertorriqueño. Para este análisis se utilizan tres subsectores principales: las Artes (que incluyen el componente de patrimonio), los Medios y el Diseño. En total se incluyeron 45 industrias de acuerdo al código NAICS desagregado a 6 dígitos. En total existen 23 sectores en las Artes, 8 en Diseño y 14 en Medios. En análisis se llevó a cabo utilizando los datos del “County Business Patterns 2011”. De acuerdo a esta información, existen 844 negocios que generan 6,877 empleos con una nómina anual de $243 millones.

Impacto por sector

El sector de las Artes incluye áreas como las artes escénicas, artes musicales, literatura y publicaciones y artes visuales. El sector de Medios incluye prensa escrita, televisión, cine y radio. Finalmente, el sector de Diseño incluye arquitectura, diseño gráfico, de interiores, industrial, internet y desarrollo de “software”. De acuerdo a la información disponible, el sector de las Artes genera aproximadamente 1,847 con una nómina de $39.1 millones. El sector de Medios genera 6,877 empleados con una nómina de $150.1 millones y el Diseño genera 1,382 empleos con una nómina de $53.8 millones.

En términos de la cantidad de empleados promedio, el sector de las Artes es el más pequeño con 7 empleados, Diseño con 9 (aunque en el caso del “Software” son 34 empleados) y en los Medios con 20 empleados (aunque la Televisión tiene un promedio de 57 empleados por empresa).

El tamaño

            La gráfica 1 muestra el tamaño de los negocios en las industrias creativas por sectores. Como se ha establecido, el 63% de los negocios son microempresas que emplean entre 1-4 empleados, mientras que el 19% emplean entre 5-9 empleados. En total, solamente el 2% de los negocios emplea sobre 100 personas, equivalente a 17 empresas. Del total de 45 sectores industriales solamente 10 tienen al menos una empresa grande. Estos sectores son una tienda de libros, una editora de libros, un promotor de eventos con instalaciones físicas, dos empresas de “software”, una de arquitectura, cuatro de prensa escrita, una de producción de cine, una de salas de cine, una de radio y cuatro de televisión.

En términos de los sectores, en las Artes y el Diseño el 70% son microempresas, mientras que en sector de Medios las microempresas representan el 46%. Si analizamos el porcentaje de empresas que tienen menos de 10 empleados, encontramos que representan el 91% en el Diseño, el 87% en las Artes y el 67% en los Medios. En total existen 532 empresas microempresas y 158 que emplean entre 5 y 9 empleados. La gráfica 2 presenta la distribución por sector de los distintos tamaños de empresas.

industrias creativas Puerto Rico

 

 

Comentarios finales

            Este informe confirma que en el caso de Puerto Rico la gran mayoría de las industrias culturales y creativas son micro-empresas. Como se mencionado, es de gran importancia a la hora de diseñar estrategias de apoyo al emprendimiento y administración en áreas como la formación e incentivos económicos. De igual forma, el informe demuestra algunas diferencias entre los sub-sectores principales, siendo el sector de Medios donde existen mayor cantidad de grandes empresas.

Utilizando una análisis de correlación entre el tamaño de las empresas y el cambio en el total de establecimientos entre 2007 y 2011 no se pudo determinar una relación directa. Sin embargo, la literatura empresarial plantea que la presencia de grandes empresas puede suponer una barrera de entrada para nuevos competidores por el factor de economías de escala. Claramente, en el sector de Medios esto se refleja en la industria de la televisión, las salas de cine y la prensa escrita.

La información provista en este informe permite hacer análisis posteriores sobre el nivel de concentración de la producción en las industrias culturales y creativas, algo de gran importancia para definir la política pública. Por ejemplo, en el sector de las salas de cine y la televisión plantean una gran preocupación por su importancia con otros sectores como las artes. Por otro lado, el sector de Diseño demuestra que a pesar de ser un grupo de industrias de alto valor añadido, no resulta ser intensivo en mano de obra. Por esta razón, es necesario establecer los vínculos económicos con otros sectores como la manufactura y ventas al detal.

Datos Tamano

Comentario sobre la presentación del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”

Comentario sobre la presentación del “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico”

Casa de Cultura Ruth Hernández Torres – Río Piedras, Puerto Rico

19 de junio de 2013

Por: Javier J. Hernández Acosta

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La presentación oficial del informe sobre el “Perfil de la economía creativa en Puerto Rico” fue una excelente oportunidad para establecer preocupaciones, reflexiones y una agenda de temas de investigación en torno a las industrias creativas. En este documento pretendo hacer un recorrido por algunos de esos planteamientos y preocupaciones según mi mejor apreciación y memoria. Definitivamente, y en gran medida es uno de los propósitos del estudio, la presentación del informe generó más preguntas que respuestas.

Es importante señalar que la actividad contó con una importante diversidad en la audiencia. Estuvieron presentes emprendedores creativos, académicos, legisladores, investigadores, responsables de política pública, gestores culturales y representantes de otras iniciativas para estimular la agenda en torno a la economía creativa. En términos de los sectores, habían representantes de los sectores de diseño, cine, televisión, prensa, artes escénicas, música, danza y museos, entre otros.

La primera oportunidad de comentar el informe fue de la Dra. Mareia Quintero, directora del programa graduado en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico. La Dra. Quintero destacó la importancia de hacer disponible estos datos y concentró su intervención en poner el tema de la economía creativa en el contexto de la relación entre cultura y desarrollo. Este análisis es de suma importancia porque precisamente, el discurso de las industrias creativas se ha planteado como un “alternativa viable” para los países en desarrollo. Sin embargo, existen grandes críticas a esa visión, algo que la Prof. Quintero discutió desde cuatro vertientes: la cultura como obstáculo para el desarrollo, el paradigma de la preservación, la cultura como recurso y la cultura y capital social. Sobre este recorrido sobre los discursos en torno a la relación cultura y desarrollo, se cuestiona cuáles pueden ser los indicadores de un desarrollo sostenible.

El Prof. Alfredo Nieves comentó la importancia del informe en términos del reconocimiento de una actividad económica real de estas industrias, algo que estaba pendiente por demostrarse. Destacó la importancia de que el sector creativo se reconozca como gremio y la necesidad de entender las dinámicas que se reflejan en el informe. También comentó sobre la importancia de incorporar este tipo de información a los modelos de negocios y análisis de las industrias creativas, logrando llenar esos puntos críticos y debilidades en la cadena productiva de la economía creativa.

A partir de estos comentarios, se plantearon varias inquietudes sobre los datos que de alguna forma de incorporan a la agenda de investigación. Por ejemplo, la Dra. Quintero hizo preguntas relacionadas a determinar que porcentaje de esas industrias son de capital local, cuántas corresponden a conglomerados y cuáles representan empresas privadas con o sin fines de lucro. En esa misma dirección, Jairo Gómez Arcila hizo un planteamiento muy importante sobre la composición del sector creativo. Planteó que por lo general las grandes empresas se convierten en barreras de entrada para el desarrollo de micro y pequeñas empresas, un área que todavía no se ha investigado en Puerto Rico y específicamente en el sector creativo.

El Prof. Angel “Chuco” Quintero hizo una intervención que fue directamente a cuestionar la naturaleza de la composición de las industrias creativas. En términos generales, su planteamiento iba dirigido a reconocer las dinámicas laborales en este tipo de actividad, algo imposible de recoger en los modelos de empleo e impacto económico. También habló sobre la necesidad de utilizar nuestras propias definiciones y ser cuidadosos con el análisis que se genera a partir de esa información. Otros asistentes manifestaron preocupaciones con los sectores, ya que naturalmente no resulta fácil identificarse en categorías agregadas. Esto es uno de los problemas detrás de las estadísticas oficiales pero sobre con un problema de identidad profesional. Las personas difícilmente se identifican como empresarios o trabajadores creativos, sino que esas identificaciones se dan con su sector específico, entiéndase la danza, música, diseño gráfico, arquitectura, etc. Sobre este tema se generaron algunas preocupaciones particulares de los distintos sectores.

Posterior a la presentación, la Dra. Indira Luciano, directora del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico hizo varios comentarios de gran importancia para el proceso de investigación. Primeramente, plantea que es importante mirar la economía creativa como una actividad más allá de una industria. Ocurre algo similar con el turismo, que se compone un grupo de actividades en distintas industrias. Por esta razón, resulta difícil medirlo de esta manera. Esto recuerda el estudio del Profesor Angel Ruiz sobre el tema en 1991. Dicho estudio también habla de la “actividad cultural” y describe este mismo planteamiento. Por ejemplo, en el caso de Colombia, cuando se habla de industrias culturales se incluye todos aquellos emprendimientos donde el contenido principal sea simbólico y de naturaleza cultural. Bajo este escenario, no toda la arquitectura o el diseño se incluyen, solamente en los casos de alto contenido cultural. Adicional a este planteamiento, la Dra. Luciano plantea la importancia de la ubicación geográfica de estas industrias. De igual forma, plantea que un análisis de insumo-producto permite establecer las relaciones del sector creativo con otras industrias.

Todos estos comentarios están siendo analizados para incorporarlos a la agenda de investigación.

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Foto Informe

 

Ecosistema creativo: Un modelo de política pública basado en un portafolio de inversión

Por: Javier J. Hernández Acosta javihernandez@yahoo.com

Incluido en el "Perfil de la economía creativa en Puerto Rico": http://inversioncultural.com/?page_id=1121 

Este informe de alguna manera refleja la complejidad de manejar el concepto  de industrias creativas. Todavía resta segmentar el análisis a través de sectores para poder intervenirlos apropiadamente. Existen diversos modelos y experiencias para incentivar el desarrollo de empresas e industrias creativas. Sin embargo, como se ha comentado anteriormente, es necesario adaptar los modelos al contexto puertorriqueño.

Es un principio, el enfoque de toda estrategia de desarrollo económico es potenciar la creación de empleos y riqueza, sobre todo mediante la exportación como herramienta principal. Esto supone estudiar, identificar e implementar una serie de incentivos para lograr que empresas creativas puertorriqueñas despunten en los mercados internacionales. Pero aunque esto suena lógico y deseable, la realidad de estos sectores en Puerto Rico es muy distinta. Por lo general, estos mecanismos funcionan en economías desarrolladas donde ya existe una infraestructura y una base sólida de ese ecosistema creativo. En Puerto Rico esa no es la realidad, por lo cual es necesario dar un paso hacia atrás y basar la estrategia en el ecosistema en vez de simplemente en las empresas e industrias creativas.

El caso de Puerto Rico presenta un gran problema adicional. Las industrias creativas son probablemente el sector menos regulado por el marco legal de los Estados Unidos, al cual Puerto Rico está sujeto. Esto se debe a que para los Estados Unidos representa uno de los principales productos y servicios de exportación. Por lo tanto, existe una desventaja natural en relación a otras economías emergentes en el tema de la economía creativa, ya que muchos de estos países han logrado establecer mecanismos adecuados de protección y desarrollo de sus industrias creativas, incluyendo el acceso al consumidor final.

Las empresas no operan de manera aislada. Por lo general forman parte de un ecosistema donde distintos participantes aportan a través de diferentes roles. Contrario a la visión tradicional, el crecimiento económico y el volumen no necesariamente son el indicador principal. Partiendo de este análisis, se propone mirar el rol de las empresas creativas dentro del ecosistema como principal indicador de los incentivos a otorgar.

El modelo presenta tres roles principales: empresas de insumo, de competitividad y de innovación. La forma de pirámide permite establecer que lo que normalmente se incentiva es realmente un pequeño grupo de empresas que a su vez se nutre de lo que pasa en los niveles bajos. Esto quiere decir, que surgen cuando se han dado unas condiciones de competitividad en el mercado local, y ese mercado a su vez es el resultado de unas empresas que proveen los insumos creativos con las destrezas necesarias para desempeñarse en los niveles superiores. Entonces, la condición óptima del ecosistema depende de la condición de cada etapa.

modelo industrias creativas

 

Aunque es natural que exista movilidad de las empresas entre cada etapa, no siempre es así, por lo cual su rol puede ser únicamente el de proveer insumos mediante la experiencia y desarrollo de destrezas laborales y emprendedoras. En resumen, el hecho de una empresa no tenga un rendimiento económico sobre el promedio, no significa que no sea elegible para incentivar. Existen varios análisis para fortalecer el modelo. Por un lado, mientras se amplíe la base se fortalece el ecosistema, lo que deberá facilitar las etapas posteriores. Por otro lado, la rivalidad entre las empresas es fundamental para que se dé la etapa más alta de la pirámide. En este caso, si no se hace correctamente, los incentivos podrían debilitar la competitividad del sector en relación con el exterior.

Esto nos lleva a un planteamiento que hemos desarrollado en los últimos años en torno al “rendimiento cultural”, en este caso, el “rendimiento creativo”. Se trata de un modelo de análisis que permite identificar la contribución de una empresa a todo el ecosistema. Y esa contribución es complementaria a su desempeño económico. En el caso de las organizaciones culturales, el modelo opera tanto en la oferta como en la demanda. Para el contexto de las empresas creativas, ese análisis estará concentrado en el lado de la oferta. Las preguntas claves son: ¿En qué medida la empresa contribuye a fortalecer las destrezas laborales y emprendedoras de los empleados creativos? ¿Qué magnitud tienen los eslabonamientos productivos con otros sectores creativos y fuera de las industrias creativas? ¿Cómo contribuye la oferta de la empresa a la diversidad de bienes y servicios creativos? Y finalmente, ¿En qué medida la operación de la empresa contribuye a la aglomeración geográfica de las industrias creativas? Estos criterios pueden convertirse en una rúbrica de evaluación y el modelo provee los indicadores para analizarlo. En cierta medida, se trata de incluir al análisis lo que normalmente se considera como externalidades (spillovers) y no se mide adecuadamente.

 modelo rendimiento cultural

         Además del rol de la empresa en el fortalecimiento del ecosistema creativo, es necesario mirar los tipos de incentivos a otorgar. Un segmento de las industrias tiene grandes necesidades de financiamiento, ya sea a través de inversión o de deuda. Otro segmento tiene una gran necesidad de apoyo técnico a la gestión empresarial, algunos de incentivos que contribuyan a equilibrar los altos costos de operación y otro segmento específicamente sobre el tema de comercialización.

Cuando hablamos de un portafolio de inversión, se busca plantear la necesidad de poner sobre la mesa las propuestas a través de esos indicadores, tanto en el plano estratégico de política pública, como en la demanda de los empresarios. Se debe analizar no sólo el rendimiento individual sino su contribución sobre la sostenibilidad del sector en el cual opera la empresa. En resumen, se pueden utilizar indicadores como el sector creativo, el tipo de incentivo, los eslabonamientos inter o intra-industria, su contribución al mercado laboral (sobre todo cualitativamente), la etapa en la cadena de valor y en el ciclo de vida que se encuentra la empresa. Es necesario buscar herramientas de análisis precisas y convenientes para el difícil contexto de Puerto Rico en materia económica y empresarial.

Hacia un mapa de nuestras industrias creativas

Publicado originalmente en El Nuevo Día - Edición impresa Lunes, 24 de junio de 2013

Cultura, pág. 52-53

 

Por Ana Teresa Toro

Una de las principales críticas que se le han hecho a las distintas administraciones que ha tenido el país es que siempre han observado el sector cultural como un espacio para subvencionarlo y no para estimular su desarrollo como industria. Se habla de cultura como el espacio lúdico que es, pero muy pocas veces se vincula al plan de desarrollo económico del país.

Y si bien es cierto que un Estado está llamado a atender sus instituciones culturales y su patrimonio, también lo es que si la cultura se continúa viendo como un sector que solo puede subsistir si recibe toda su plataforma de apoyo del Estado, cualquier iniciativa empresarial en esa dirección esta avocada al fracaso.

Aun así, en medio de ese panorama, cada año continua surgiendo diversidad de proyectos que desafían esa realidad. Y con el ánimo de que sean más, el músico, profesor y gestor cultural Javier Hernández se ha dado a la tarea de crear un documento vivo – fruto de su investigación – en el que ha sentado las bases para que se comprenda cuál es el rol de las industrias creativas en Puerto Rico. Preguntas como: ¿Cuántas hay? ¿Cuántos empleos generan? ¿Cuál es su aportación al Producto Interno Bruto?, entre otras, son la base de esta exploración que constituye el primer perfil sobre la economía creativa en Puerto Rico que se realiza a tono con las nuevas tendencias y sobre todo en el contexto global.

Pues, cuando se habla de industrias creativas, hace falta entrar en discusiones como: ¿Cuáles son las profesiones que aplican? ¿Cómo compara nuestra realidad con la de otros países y el modo en que sus gobiernos lo han interpretado? En esa línea, Hernández toma los modelos de Austria, Inglaterra y los estados del sur de Estados Unidos, entre otros. Para la recopilación de la información principal se valió del Censo Económico 2007 de los Estados Unidos y el Country Business Patterns 2011 sobre el total de negocios y empleos, el volumen de negocios y la nómina anual.

Utilizó además como referencia el modelo de industrias creativas que elabora el Informe de Economía Creativa 2010 de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo) y el análisis del informe Creative Industries in the South, que agrupa las industrias creativas en seis subsectores para nueve estados del sur de los Estados Unidos.

Según recopila en su investigación, los datos del  Censo y las clasificaciones dela UNCTAD indican que en Puerto Rico existen 2,355 negocios en las industrias creativas que emplean 18,181 personas. La nómina anual fue equivalente a $564 millones, para un salario promedio de $31,011. El volumen de negocios total de las industrias creativas se estima en $2.37 billones. Esto equivale al 3.61% del PIB, el 1.69% del empleo total, un 3.42% de la nómina total privada y un 5.3% del total de negocios en Puerto Rico. Del total de 2,355 negocios en las industrias creativas, 1,378 (59%) corresponde a la categoría de Creaciones Funcionales, 550 (23%) a Medios, 404 (17%) a las Artes y 23 (1%) en el sector de Patrimonio.

“No había una noción clara de cuántas industrias creativas hay. Es querer decir en términos concretos, aquí hay una actividad económica que se genera en estas industrias. La información estaba ahí, pero no nos habíamos sentado a organizarla y esto es  muy importante porque son herramientas para la toma de decisiones informadas”, expresa Hernández, quien ha publicado el contenido de su investigación en el portal de inversioncultural.com, pues es su interés de que la información se continúe integrando al documento de manera que sea un proyecto vivo.

Más allá de esta investigación, Hernández ha laborado durante años en diversos proyectos culturales. Además de ser músico, fue el administrador durante cuatro años de la Cooperativa de Cantautores, Taller Cé, y trabaja con proyectos exitosos como Abracadabra, Teatro Breve y Cambio en Clave.

Organizar el debate

Con relación a la definición y las profesiones que aplican, el modelo cambia de país en país. Algunos integran áreas como la ingeniería y la joyería, mientras que otros se ciñen a especialidades como el diseño, las artes, los medios, la moda, la arquitectura y el desarrollo tecnológico web, entre otros campos.

“La definición de por sí es bien confusa, pero básicamente se trata de todos aquellos sectores que pueden generar empleos y riqueza a través de propiedad intelectual”, define.

Su intención, además de compartir este conocimiento y ponerlo en función, es que esta información sirva de puente entre los dos mundos que están en tensión en estas industrias. “Están los que vienen del negocio puro y los que vienen de las artes puras. Son roles distintos y pueden encontrarse”, dice sobre el debate que se suscitó en la presentación de su investigación, que contó con los comentarios de los profesores Mareia Quintero y Alfredo Nieves.

Igualmente es un llamado al Gobierno para que, antes de proponer nueva legislación, se tenga un panorama claro del sector y sobre todo de romper con las ideas preconcebidas de que los artistas no saben administrar sus proyectos y no tienen nada que aportar al mundo de los negocios tradicional.”

“Los artistas son emprendedores, tienen todas las características de los empresarios, saben manejar escenarios de incertidumbre, toman decisiones con poca información, saben improvisar, tienen un pensamiento no lineal. Es un conocimiento básico que puede ser muy útil y que podría estar al servicio de empresarios en industrias más tradicionales”, finaliza el estudioso del tema, que mañana parte a Bogotá y a Cali para formar parte del AIMAC – XII Congreso Internacional de Administración del Arte y la Cultura, donde espera entablar lazos colaborativos y nutrirse de los modelos económicos y gubernamentales de otros países en torno a este sector.

 

creative economy Puerto Rico, industrias creativas

 

Profile of the Creative Economy in Puerto Rico (Summary)

Summary-Report: Profile of the Creative Economy in Puerto Rico (pdf)

By: Javier J. Hernández Acosta

Creative Economy has become a topic of great interest in Puerto Rico. Its potential contribution to economic development should promote public policies oriented toward this important sector. There is a need to develop research that aims to provide tools to strengthen and promote growth in the creative industries in Puerto Rico. The data obtained through the Economic Census allow establishing a general profile throughout sectors for the case of Puerto Rico.

In order to contribute to the public policy agenda for the creative economy in Puerto Rico, Inversión Cultural have developed the report: “The Profile of the Creative Economy in Puerto Rico” using the latest data from the Economic Census for Puerto Rico. The findings in this report demonstrate the need to initiate a broader research agenda, using a multidisciplinary approach, to help understand the dynamics and contributions of the creative sector in Puerto Rico.

We used data from the 2007 Economic Census and the 2011 "Country Business Patterns", through the UNCTAD classifications (Creative Economy Report 2010) and an analysis by sub-sectors of the creative industries. According to these data, in Puerto Rico there are about 1,889 businesses in the creative industries that employ over 14,715 people. The annual payroll for the creative industries is $436 million, for an average salary of $26,632. The estimated economic contribution of creative industries for the year 2011 was approximately $1.74 billion. This represents 4.29% of total businesses, 2.65% of the total annual payroll, 1.37% of total employment and 2.67% of the GDP for 2011.

From the 1,889 businesses in the creative industries, 36% (726) were in the Film and Media sector, 24% (446) belonged to the Visual Arts and Crafts, 15% (293) in Design, 12% (222) in the Performing Arts, 10% (188) in Literary and Publishing, and 1% (14) in Heritage and Museums. The Film and Media sector generates 47% of the jobs with 6,889, followed by 2,729 in Literary and Publishing, which represents a 19%.

The Visual and Performing Arts sectors represent 24% and 12% of the total creative industries in Puerto Rico; however, in terms of employment, it only generate 14% and 6%, respectively. The total revenue has the same trend, with the Film and Media sector with 48% of the total, equivalent to $832.8 millions. The Literary and Publishing sector has total revenue of $336 million, the Visual Arts and Crafts of $234 million, $214 million for Design and the Performing Arts and Heritage contributed with another $130 million between both.

The main creative industries in terms of employment are Electronic Equipment, Press, Jewelries, Advertising and Television. Between 2007-2011, following the sub-sectors classification, there was a reduction of approximately 11% in the economic activity of the creative industries. The reduction in total businesses was 1%, although the sector of Literary and Publishing had a reduction of 29%, and 10% in Design. The Film and Media sector had an increase of 13%. The Literary and Publishing sector had the highest reduction in employment with 33% and 30% in annual payroll. The Performing Arts sector had a reduction of 29% in the total jobs. The only sector that experiment an increase in the employment indicator was the Film and Media with 4%.

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El rumbo que debe tomar la cultura (artículo Claridad)

Por: Perla Franco Publicado en el periódico Claridad del 13 al 19 de mayo de 2013: http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=434020C1E8B152F7BAB86BBDAEC7FC9A

En medio de la gama de nombres que se manejan para dirigir el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP), habría que preguntarse si el proceso se queda en la lucha por el nombramiento, o si trasciende hacia la meritoria discusión del desarrollo que deben tener las instituciones culturales del país.

Ese debate, que hasta el momento ha mantenido un tono de bajo perfil público, tiene en jaque al gobernador Alejandro García Padilla, de quien se dice que tiene listo un proyecto de ley, -preparado por sus asesores-, que quisiera presentar a la Legislatura pero que parece estar reñido con otras propuestas. El contenido del proyecto es desconocido hasta al momento.

Así las cosas, consultamos a varias personas vinculadas a la gestión cultural del país para que nos dieran su opinión sobre el panorama cultural actual y las necesidades que debería cubrir cualquier legislación al respecto.

 

Necesario el diálogo social para repensar la cultura y su institucionalidad actual

Para la directora de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Mareia Quintero, la percepción que tiene sobre el supuesto proyecto del Ejecutivo es que hay quienes gestionan para que no se presente, con lo que ella está de acuerdo. Y es que no está de acuerdo en que una propuesta como esa deba salir del gobierno y sus asesores, sino de un diálogo social sobre el tema, del que deberá surgir el “repensar totalmente la cultura”.

“La importancia de las políticas culturales es que deben darse como parte de un diálogo social que incida en toda la política pública” afirmó Quintero. Con relación al nombramiento de un director o directora del Instituto de Cultura, para el cual han estado sonando diferentes nombres, opinó que “ese nombramiento estaría enmarcado en ese diálogo social y me parece que eso es lo correcto”.

“A mí lo que me preocupa”, añadió, “son los precedentes”. Se refirió a que bajo las administraciones de los exgobernadores Sila Calderón como Aníbal Acevedo Vilá, se elaboraron sendos informes sobre el tema cultural que nunca trascendieron. Se refirió a ambos informes como “incompletos”, aunque reconoció que tuvieron “elementos importantes. “Pero no se hizo nada con eso. Por eso me parece que fueron insuficientes”.

En el caso del informe que se realizó bajo la administración de Acevedo Vilá, -que fue preparado por el Instituto de Política Pública-, explicó que éste llegó a tener unas 100 ponencias que no se hicieron públicas. En el caso del informe bajo la administración de Calderón, “ése sí se hizo público por el ICP, pero no llegó mas allá”.

Quintero está conciente de que los procesos de diálogo social son intensos, transversales y requieren de mucha participación. Sin embargo, reconoce su vital importancia en este proceso. Por ello, simpatizó con la idea de que se inicie ese “amplio proceso de consulta social y consenso” que permita “reevaluar esa institucionalidad de la cultura”. Identificó su necesidad debido a la inercia gubernamental que existe ante la necesidad de “articular una política cultural coherente” que conecte las diversas agencias culturales. Reconoció en la participación ciudadana el eje vector del proceso de diseño, implementación y evaluación de las políticas culturales. Hizo referencia a la necesidad de una red de puntos de cultura. Habló de alianzas estratégicas con las instituciones educativas para integrar las artes en el proceso educativo. También la inclusión social “a través de la experiencia creativa”. Considera que el proceso se debe dirigir hacia una economía de cultura sostenible. Planteó la necesidad de enriquecer el capital cultural nuestro con políticas de residencias culturales que promuevan creación artística innovadora; que se fomente a nivel internacional y regional, que tenga intercambio con la diáspora boricua y que fomente la documentación, investigación y crítica cultural.

 

Reclamo de un Departamento de la Cultura

Otra de las propuestas culturales importantes es la que insiste en que se cree de una vez y por todas un Departamento de Cultura. Uno de los que viene haciendo ese reclamo hace años es el reconocido artista plástico Antonio Martorell.

Martorell dijo desconocer si el Gobernador tiene o no un proyecto de ley preparado para presentarlo a la Legislatura relacionado a la cultura, pero insistió en que lo que se debe hacer es crear ese Departamento de Cultura a nivel del gabinete del Gobernador “para darle la importancia que amerita” la cultura, y para que “se le asigne un presupuesto igual que se hace con los demás Departamentos como el de Educación, Turismo, o Recreación y Deportes, entre otros. Un Departamento de Cultura con voz, con voto y con presupuesto”, insistió.

Aunque reconoció que hay quienes se oponen a que se cree ese Departamento bajo el argumento de que el gobierno tendría injerencia política directa que le haría perder la “independencia” que le atribuyen al ICP, indicó que “bajo esa supuesta independencia al ICP casi lo destruyen. ¿De qué independencia es que hablan esas personas?”, cuestionó.

 

Por un Ministerio de Cultura

Otro de los que hace años viene haciendo un reclamo relacionado al tema de la cultura Ángel Collado Schwarz, reconocido empresario en la industria de las comunicaciones y quien fuera miembro de la Junta de Directores del ICP en 1985 y del Museo del Barrio en Nueva York.

Collazo Schwarz reconoció la importancia del ICP y “la gran labor que realizó en un país colonizado donde los colonizadores han ignorado la cultura”. Pero opinó que ya es momento de trascender y crear una “Secretaría de la Cultura”, similar al modelo que existe en Francia “para democratizar la cultura, que fue lo que se hizo en ese país. Ese modelo debe incluir el acceso a la cultura”, indicó. Otro de los ejemplos que utilizó para favorecer ese modelo fue la orquesta juvenil de Venezuela, que ha utilizado la música como antídoto a la educación musical elitista y a la delincuencia.

Collado Schwarz dijo estar convencido de que es “absurdo” que en el siglo XXI en Puerto Rico existan ocho instituciones culturales, dos de ellas “independientes”, y que en su lugar debería existir un Ministerio de Cultura. Ese Ministerio de Cultura, señaló, debería tener tres objetivos importantes: educar, maximizar la creatividad del puertorriqueño y su autoestima, y ser herramienta para generar empleo. Lo visualiza como el ente rector de la política pública cultural, con un presupuesto centralizado y que trabaje “bien de cerca” con las secretarías de Educación, con la Universidad de Puerto Rico y con el Departamento de Desarrollo Económico. Porque, añadió, ese modelo puede generar más dinero que lo que le asigne el gobierno, como sucede en la ciudad de Salzburgo (en Austria), según indicó. Por lo tanto, aclaró que ese Ministerio debe verse “como una inversión para generar ingresos y no como un gasto”.

Collado Schwarz opinó que luego de radicado un proyecto como ese en la Legislatura, en el proceso de vistas públicas es donde el tema se abriría a discusión.

 

La cultura como motor económico

Un ángulo novedoso en el tema cultural es el que propone el joven músico, gestor de empresas culturales, trabajador en distintos proyectos de iniciativas privadas de autogestión para generar empleo seguro en la cultura, y quien tiene estudios en Administración de Empresas, Javier Hernández.

Su planteamiento incluye el hecho de que existe una generación que ha trabajado la cultura al margen de la institucionalidad cultural y que por lo tanto ha tenido que gestionar sus propios recursos financieros para desarrollarlo. Por ello, plantea que éste puede ser un buen momento para que todos los sectores relacionados a la cultura comiencen a converger en una mesa y a conversar sobre el tema. Ello, debido a que “se debe entender” que el apoyo de las agencias de gobierno dedicadas a la cultura no necesariamente tiene que ser económico, sino de recursos y facilidades. Cree que el gobierno debe tener un rol directo en la producción cultural, para garantizar una política pública cultural.

Hernández criticó que en los últimos años, “por la situación política que conocemos, el rol del gobierno no ha sido mucho”. Planteó que el diseño de las instituciones culturales que existen no está adaptado al siglo XXI y que es muy rígido. Mencionó que además, se ha creado “mucha legislación que no es cultural, pero que ha afectado la cultura”. Dio como ejemplo el asunto de la colegiación compulsoria de productores de espectáculos y los descuentos de 50 o 75 por ciento en el costo de los boletos para las personas de edad avanzada, “impuestos de manera desorganizada sin pensar en las consecuencias que iba a tener para el sector cultural”, principalmente el emergente que se desarrolla con pocos recursos. “Eso supone que si yo soy un pequeño empresario puertorriqueño que quiere hacer una producción entre artistas independientes, tengo los mismos requisitos de un productor que produce en el Choliseo con un presupuesto millonario. Eso es totalmente desproporcional. Esas son cosas que afectan y yo creo que se debe a que no hay una política cultural que canalice esos esfuerzos y que ayude. Que todo el mundo sepa a la hora de legislar qué es lo que queremos hacer, cuáles son los lineamientos y qué nos propusimos a nivel nacional en cuanto a la cultura”, acotó.

Reconoció que existe la necesidad de convocar a todos los sectores culturales, vinculados a su vez al sector comunitario, para crear un Plan Nacional de Cultura que tome en cuenta las particularidades geográficas y demográficas. Ese plan debe establecer lo que debe ser consenso de lo que se quiere proteger, incentivar y lograr a nivel cultural. Igualmente propuso trabajar con el acceso a la cultura y con lo que llamó los tres ejes de un nuevo diseño organizacional que deben darle flexibilidad a la institucionalidad gubernamental cultural. Éstos ejes son: el patrimonial, que debe encargarse de la conservación y preservación; el de la vinculación cultural a la educación, y el de las industrias culturales y cómo en ellas se estimula la demanda cultural que a su vez se utilice como motor de desarrollo económico.

Será la creación clara y coherente de un proyecto cultural de país en el que aporten todos los sectores vinculados a la cultura, los que a su entender logrará conformar la institucionalidad necesaria. “Y así, quien dirija esa institucionalización deberá seguir esos lineamientos”, argumentó.

A report on the creative economy in Puerto Rico

The creative economy is an issue of great interest in Puerto Rico. At a time when we discuss its importance and development potential, you need to make a snapshot of these industries to understand their dynamics and economic contribution. As part of that effort, Inversión Cultural will present the first report on "The profile of the creative economy in Puerto Rico". This will be done by a presentation on Wednesday, June 19 at the Casa de Cultura Ruth Hernández in downtown Río Piedras. The activity will be held at 7:00 pm and will feature the participation of Professor Javier Hernández Acosta, author of the report and the comments of Professor Alfredo Nieves, Associate Dean in Communications from Metropolitan University and Dr. Maria Quintero, Director of the Master in Cultural Agency and Administration at the University of Puerto Rico.

Creative industries are defined as "those activities which have their origin in individual creativity, skill and talent and which have the potential to generate wealth and employment through the generation and exploitation of intellectual property".

The concept include the activities in the arts and culture and add sectors such as architecture, design and advertising. "This is a group of very large and diverse sectors. For that reason it is necessary to understand its composition to design incentives properly" says Javier Hernandez, author of the report.

"There are no generic formulas. Puerto Rico has a particular political, economic and social situation that needs to put in context when discussing the issue. "

The discussion is part of a series of activities aimed at facilitating access to information and discussion on the topic of creative industries organized by Inversión Cultural (Cultural Investment), a project to promote cultural and creative entrepreneurship in Puerto Rico.

For more information about the event and the report access www.inversioncultural.com, through 787-396-9118 or via Twitter" @inversioncultur.

Presentan informe sobre las industrias creativas en Puerto Rico

  Flyer

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La economía creativa es un tema de gran interés en Puerto Rico. En momentos en que se discute su importancia y potencial de desarrollo, es necesario hacer una radiografía de estas industrias para entender sus dinámicas y contribución económica. Como parte de ese esfuerzo, se presentará el primer informe sobre “El perfil de la economía creativa en Puerto Rico”. Esto se llevará a cabo mediante un conversatorio el miércoles, 19 de junio de 2013 en la Casa de Cultura Ruth Hernández en el pueblo de Río Piedras. La actividad se llevará a cabo a las 7:00pm y contará con la participación del Prof. Javier Hernández, autor del informe y los comentarios del Prof. Alfredo Nieves, Decano Asociado en Comunicaciones de la UMET y la Dra. Mareia Quintero, Directora de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la UPR.

Las industrias creativas se han definido como “aquellas actividades que tienen su origen en la creatividad individual, destrezas y talento, y que tienen el potencial de generar riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual”. El concepto parte de las actividades en las artes y la cultura y añade sectores como la arquitectura, el diseño y la publicidad. “Se trata de un grupo de sectores muy amplio y diverso. Por esa razón es necesario entender su composición para poder incentivarlo adecuadamente”, comenta Javier Hernández, autor del informe. “No existen fórmulas genéricas. Puerto Rico tiene unas particularidades políticas, económicas y sociales que es necesario poner en contexto al discutir el tema”.

El conversatorio es parte de una serie de actividades que buscan facilitar el acceso a la información y discusión sobre el tema de las industrias creativas que organiza Inversión Cultural, un proyecto orientado a fomentar el empresarismo cultural y creativo en Puerto Rico. Para mayor información sobre el evento y el informe pueden acceder a www.inversioncultural.com, a través del 787-396-9118 o a través de twitter: @inversioncultur.

 

 

Hoja resumen - informe: Perfil de la economía creativa en Puerto Rico. Por. Javier J. Hernández Acosta by Javier Hernandez

Comunicado de Prensa by Javier Hernandez

Hacia una política nacional para la economía creativa

Hacia una política nacional para la economía creativa

Por Javier J. Hernández Acosta[1]

Publicado originalmente en la primera edición impresa de la revista de cultura PRVoice: http://prvoice.com.pr/nota-tapa/hacia-una-politica-publica-nacional-para-la-economia-creativa

Es momento de hablar de economía creativa en Puerto Rico. Sabemos que se trata de una corriente que se discute alrededor del mundo pero hasta hace muy poco no habíamos decidido adentrarnos en el tema. Sin embargo, comenzar la discusión requiere establecer unos supuestos y diagnóstico del contexto puertorriqueño para lograr un enfoque efectivo que realmente contribuya a fortalecer las áreas relacionadas a este concepto. Ya sabemos que la copia directa de otros modelos casi nunca funciona, y esta no es la excepción.

Antecedentes y fundamentos

El concepto de economía creativa se utiliza por primera vez en Australia en 1994, cuando el primer ministro Paul Keating presenta el informe Nación Creativa, el primer esfuerzo amplio del gobierno australiano para desarrollar una política cultural. Más allá de la promesa de inversión económica en la cultura, el informe definía al sector cultural de manera más amplia, incluyendo industrias como la radio y el cine y destacando su potencial de desarrollo económico e impacto en el turismo. Posteriormente, en el año 2001, el Departamento de Cultura, Medios y Deporte del Reino Unido publica un informe definiendo las industrias creativas como “aquellas actividades que tienen su origen en la creatividad individual, destrezas y talento, y que tienen el potencial de generar riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual”.

Las Naciones Unidas, a través de la UNCTAD, ha puesto una gran atención sobre este sector económico, publicando dos importantes informes sobre el alcance internacional de la economía creativa. Según este organismo, el sector creativo se compone de cuatro categorías: patrimonio (arqueología, museos, bibliotecas, festivales, etc.), artes (plástica, música, teatro, danza, etc.), medios (libros, prensa, cine, televisión, radio, etc.) y creaciones funcionales (moda, diseño, artes gráficas, arquitectura, publicidad, etc.). De acuerdo a este informe, se trata de una economía que representa $592 billones en el comercio internacional. Entre el 2002 y el 2008, el sector creció a un ritmo del 14.4% anual.

Una vertiente importante del fenómeno de la economía creativa es el desarrollo del concepto de ciudades creativas. A partir del trabajo de Richard Florida, se comenzó a identificar indicadores que facilitaran y promovieran una concentración geográfica de la actividad creativa. Florida estableció su modelo a base de las 3T (talento, tecnología y tolerancia). Bajo este modelo, los gobiernos locales deberían hacer diagnósticos de sus recursos y modificar aquellos con deficiencias para tener un balance que promueva la atracción de ese talento. La idea de las ciudades creativas, en términos de desarrollo económico, consiste en aglomerar la producción industrial y empresarial en sectores de alto valor añadido. De igual forma, se plantea la importancia de atraer a estos espacios geográficos a personas con las características de lo que llama “clase creativa”.

 

Algunos debates o conflictos

No existe consenso sobre el fenómeno de la economía creativa. Como gran parte de los debates en las ciencias sociales, el problema radica en la pertinencia de los modelos producidos en economías desarrolladas y su aplicación a los países Sur. El primer debate parte de las razones detrás de la utilización del concepto en el Reino Unido. Definitivamente, incluir sectores como el diseño, videojuegos, publicidad y arquitectura en el sector cultural inflaría las estadísticas y serviría para justificar las inversiones en el sector. Por supuesto, el gran miedo está en que poner toda la atención en el impacto económico de lo cultural, hace perder el enfoque en su principal valor: fortalecer las identidades, modos de vida, cohesión social, diversidad y libertad de creación. Por eso algunos académicos como Stuart Cunningham ha llamado a la precaución por el efecto del “caballo de troya”.

Otro debate muy fundamentado plantea que gran parte de las políticas y medidas que proponen los organismos internacionales responden a las condiciones e infraestructura de las economías desarrolladas. Por lo tanto, pedir a países con economías más débiles que implementen este tipo de políticas puede ser un error y tener los resultados opuestos a lo esperado. De igual forma, se ha hecho un alerta al peligro de las políticas de liberalización y apertura de los mercados y los mecanismos de protección de la propiedad intelectual como requisito para entrar en la economía creativa. Sobre este particular corresponden algunas palabras. En términos del comercio internacional, ha quedado demostrado que las economías desarrolladas no han abierto sus mercados a los países en desarrollo y cada vez más implementan mecanismos no arancelarios para proteger sus industrias locales, en clara contradicción a los acuerdos internacionales. Por otro lado, en términos de la propiedad intelectual, también se ha demostrado que el alto nivel de concentración entre los grandes conglomerados, así como las dificultades que representa para los países en desarrollo proteger y beneficiarse del conocimiento tradicional y colectivo, ya que los únicos mecanismos reconocidos protegen únicamente la creación individual.

Otro debate importante sobre la economía creativa está relacionado a los planteamientos de Florida sobre las ciudades creativas y la clase creativa. A pesar de su reconocimiento en la academia y entre los países que ha consultado, este discurso ha sido muy cuestionado porque no atiende el desarrollo local desde las comunidades y la ciudadanía. A pesar de que sus indicadores son pertinentes e importantes en el desarrollo urbano, lo cierto es que se trata de un análisis muy simplista que puede llevar a acciones erróneas como desplazamientos urbanos, encarecimiento del costo de vida y desarrollo de infraestructuras que no se integran a su complejo entorno social y económico.  Por esta razón muchos expertos en el tema han destacado la importancia de hablar de comunidades y sociedades creativas en vez de ciudades creativas.

 

El contexto puertorriqueño

Sobre estas complejidades del discurso de economía creativa nos corresponde hacer un diagnóstico de nuestras condiciones y capacidades. Solamente adaptando estos fenómenos a nuestra realidad podremos ser efectivos en los resultados finales. Puerto Rico es un país con unas condiciones muy complejas y únicas. Se trata de una economía con un nivel de consumo de economía desarrollada y un nivel de productividad de país en vías de desarrollo. El resultado neto es que el país tiene un alto nivel de endeudamiento, y la ausencia del ahorro y la inversión hacen imposible el crecimiento. De igual forma, la condición política tiene efecto adverso en ese desarrollo. Un país con una fuerte cultura latinoamericana, pero bajo un marco legal, político y comercial estadounidense enfrenta constantes conflictos que incluyen en gran medida al sector cultural y creativo. Todas estas condiciones ha resultado en altos niveles de desigualdad, algo que ha acentuado la terrible relación marginación-violencia.

En el caso de las artes y la cultura, hemos tenido una política pública errada por estar sujeta a los vaivenes políticos. Las instituciones culturales se encuentran fragmentadas y en muchas ocasiones duplicando esfuerzos. Sobre todo, no existe ninguna coordinación con otras áreas donde lo cultural tiene gran pertinencia como el turismo, desarrollo económico, urbanismo, educación y vivienda. A pesar de este escenario, es importante destacar la abundancia de talento en distintas disciplinas artísticas y creativas. A pesar de que las artes son el núcleo e insumo principal de esa producción creativa, hemos visto una mayor movilidad hacia otros sectores de la economía creativa. Por ejemplo, técnicos, músicos, escritores, artistas visuales y actores que se movilizan a sectores como el cine, el diseño, el multimedia y la publicidad. En muchos casos, estos recursos creativos transitan por ambas avenidas, generando valor en distintos sectores de la cadena. Esa abundancia de talento es probablemente la mejor noticia que tenemos y sobre la cual debemos actuar para potenciar sus capacidades de impacto en distintas áreas del desarrollo.

 

El rol del Estado    

Sobre estas bases es preciso entender el rol del estado a la hora de promover el sector creativo. Un primer paso consiste en evaluar el rol y estructura de las instituciones públicas. Nos merecemos un debate en torno al rol del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), que a pesar de su importante rol en décadas pasadas, nunca ha estado exenta del dirigismo y debate político. Debemos tener un profundo debate en torno al modelo de los Ministerios o Secretarías vs los Consejos de Arte como entes cuasi-públicos. Eso sí, no debemos malinterpretar los discursos de economía creativa con el ejercicio de mover la cultura bajo el componente de desarrollo económico. Por el contrario, yo rescataría industrias como el turismo y el cine del brazo de desarrollo económico y los integraría con la cultura, que es después de todo la finalidad del desarrollo y crecimiento económico. Por supuesto, la importancia de las instituciones culturales está en que puedan influenciar y cooperar directamente con esas áreas de desarrollo económico y social, educación y urbanismo.

Bajo una Secretaría de Arte y Cultura se podrían trabajar divisiones como educación, desarrollo comunitario, patrimonio, industrias culturales e innovación. Sobre todo, es importante que el Estado entienda su rol de mantener un balance en el acceso y participación, creación y producción. Su rol principal es fortalecer e intervenir en aquellos segmentos de la cadena de valor con mayor riesgo económico y cultural como la formación, creación y la producción. Por ejemplo, en el área de innovación, que incluye los sectores de creaciones funcionales (videojuegos, arquitectura, publicidad, multimedios, etc.), existe una gran necesidad de apoyar la investigación y desarrollo a través de laboratorios, incubadoras, divulgación de investigación y patentes.

 

El rol del sector creativo

            El sector creativo también tiene la responsabilidad de contribuir a la sostenibilidad del ecosistema en el que opera. Es necesario entender que los “clusters” no se crean mediante legislación ni estructuras sino mediante la cooperación y difusión del conocimiento. Es necesario que se desarrollen proyectos que atiendan cada etapa de la cadena de valor y cada uno de los sectores creativos. También podrían funcionar estructuras de segundo grado que atiendan las preocupaciones colectivas. Si no se dan estas dinámicas, será muy difícil que se pueda desarrollar un sector creativo competitivo. También es necesario que las organizaciones culturales y creativas, independientemente de su orientación o no al lucro, analicen su impacto y contribución a la sostenibilidad del propio sector a través de análisis equivalentes al balance social, como se ha propuesto con el modelo de “rendimiento cultural”. Una vez fortalecidas estas relaciones económicas, sociales y culturales, se podrá generar riqueza a través de la internacionalización, ya sea mediante el turismo cultural o a través de la exportación directa de bienes y servicios creativos. En términos del desarrollo urbano, es necesario entender el rol de la arquitectura como acción cultural mediante la integración de los espacios con la participación y creación artística.

 

Conclusiones

Es necesario discutir lo que esperamos de nuestras industrias creativas, pero antes es mandatorio debatir a nivel nacional el rol que deberá tener el Instituto de Cultura Puertorriqueña dentro de la política pública. Es  vital entender que industrias como el cine, arquitectura, diseño, el turismo y la música tienen la ventaja de generar riqueza a través de la difusión de nuestras identidades y modos de vida. Pero esa es la dirección correcta: transmitir qué somos y cómo hacemos las cosas. Por lo tanto, estas industrias no pueden desarrollarse a partir de campañas publicitarias y ejercicios de “marca país” diseñadas en agencias de publicidad de cuatrienio en cuatrienio. “Somos lo que somos” y la autenticidad es la mejor contribución que podemos hacer al mundo.

Cualquier ejercicio, sea desde el ejecutivo y/o el legislativo, para insertar a Puerto Rico dentro del movimiento mundial de industrias creativas requiere un profundo análisis del estado de nuestras industrias culturales, su potencial de desarrollo y una dirección sobre las estrategias a seguir. Para esto sería importante trabajar sobre una Ley de General de la Cultura que incluya claramente el componente económico y comprometa a otros sectores y agencias que en la actualidad ejercen un papel importante, aunque indirecto, en la política cultural.

Estos esfuerzos y discusiones deben tener la participación activa de las instituciones culturales públicas, el sector cultural privado y esas agencias que intervienen indirectamente en la política pública para la cultura como el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) y el Departamento del Trabajo. Si los esfuerzos del Estado no contemplan esta integración, estaríamos perpetuando las malas prácticas de las pasadas décadas. Es hora de aceptar que la Cultura es un componente dinámico que tiene la capacidad de influenciar positivamente las áreas esenciales para promover el bienestar: lo económico, lo educativo y lo social. Por lo tanto, es inaceptable que la política partidista y el favoritismo definan y delimiten su desarrollo.

 

Premisas en torno a la economía creativa

Aunque se trata de un sector complejo con necesidades complejas, lo más conveniente es elaborar sobre las premisas más simples.

  1. La economía no lo es todo – Como ha planteado Alejandro Grimson, la cultura es la finalidad del desarrollo. Por lo tanto, la economía es un medio y no un fin. Ya ha quedado demostrado que indicadores como el PIB y el empleo no son suficientes para medir el bienestar y la felicidad,  y no podemos cometer el mismo error con la economía creativa. Por lo tanto, el análisis económico debe combinarse con indicadores como la diversidad, acceso, participación y educación.
  2. El peligro de la estructura – Es natural pensar que uno de los esfuerzos iniciales consistiría en darle forma y estructura a este fenómeno. Nada más lejos de la verdad. Ya sabemos por experiencia que el exceso de estructura mata la creatividad. La economía creativa propone unas interacciones interesantes entre artes, educación, urbanismo, globalización, empresarismo, ciudad, democracia, comunidad, innovación, investigación, diversidad y economía. Es imposible crear una estructura que agrupe estos esfuerzos y encontrar profesionales con un trasfondo tan amplio. Para evitar la burocracia y el dirigismo es necesario reconocer y aceptar su naturaleza orgánica y transversal.
  3. Divide y vencerás – La economía creativa agrupa una gran cantidad de industrias con dinámicas de producción y consumo muy diversas. Sería un grave error traducir este discurso en políticas públicas, programas educativos y prácticas empresariales genéricas. Es imposible establecer estructuras únicas para su fomento, por lo que hablar de economía e industrias creativas es sólo una forma de canalizar la discusión. Es necesario atender de manera individual el patrimonio, las artes, los medios y las creaciones funcionales. De igual forma, existen estructuras de segundo grado como la ciudad y el turismo donde se entrelaza la actividad creativa. Además de las diferencias entre sectores, cada segmento de la cadena de valor (Diagrama) requiere esfuerzos, incentivos y políticas distintas.
  4. De adentro hacia fuera – Una vez más es necesario recalcar que el desarrollo de la economía creativa se fundamenta en la participación ciudadana y en la libertad de creación. Se trata de crear espacios para la diversidad creativa desde las comunidades y grupos de interés. Sólo a partir de ahí tiene sentido y será atractivo exportar esos ecosistemas de creación a través del turismo y otras exportaciones directas. Hay que ser precavidos con el exceso de concentración de los sectores y sus efectos en la capacidad emprendedora de los ciudadanos.
  5. Mientras más se mida, mejor – Por primera vez necesitamos un sistema de indicadores, cuentas satélites y estadísticas actualizadas y confiables. Es necesario fortalecer y unificar bases de datos que contribuyan a medir el empleo, los multiplicadores, índices de concentración, crecimiento, etc. Y sobre todo, es necesario trascender el análisis puramente cuantitativo y probar modelos híbridos de sostenibilidad y participación cultural.
  6. Hacia una competitividad criolla – Podemos hablar de competitividad si definimos el concepto a nuestra manera. Es necesario analizar nuestras fortalezas y debilidades y poner énfasis en ciertos sectores que demuestren abundancia en los insumos, siempre y cuando esto no afecte la sostenibilidad de otros sectores. Para establecer y fortalecer un ecosistema de economía creativa es necesario entender las interacciones entre los sectores, que muchas veces se intercambian recursos y producen efectos en cadena. Es necesario entender que la educación artística es la base de todo, de ahí salen los insumos para sectores de alto valor añadido como el diseño, los videojuegos y la arquitectura. También es necesario entender que es importante desarrollar la demanda y audiencia local. Sólo de esta manera se podrá ser competitivo a nivel internacional y potenciar sectores como el turismo cultural.

[1] El autor es consultor de empresas culturales, profesor universitario y director del proyecto Inversión Cultural. Email: javihernandez@yahoo.com

 

Convocatoria de Incubadora Creativa en Mayaguez

CONVOCATORIA PROYECTOS DE ACELERACIÓN EN INDUSTRIAS CREATIVAS La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez, mejor conocida como la Incubadora Creativa, anuncia que el 30 de abril abrió oficialmente su Primera Convocatoria para Proyectos de Aceleración.

Esta Convocatoria está abierta para proyectos en una de las siguientes industrias

creativas: diseño de modas, diseño industrial, cine, televisión, industria de la música, industria editorial, diseño gráfico, diseño de vídeo juegos, neo-artesanías y turismo cultural.

Para más detalles los interesados deben acceder a www.incubadoracreativa.org

Qué es la Incubadora Creativa

En Puerto Rico no había ninguna plataforma de desarrollo empresarial diseñada específicamente para las industrias creativas, hasta ahora. La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez es una iniciativa pionera en Puerto Rico que busca apoyar y promover el desarrollo empresarial y económico de diez industrias creativas: industria de la moda, diseño industrial, cine, televisión, diseño gráfico, diseño de video juegos, industria editorial, industria de la música, neo-artesanías y turismo cultural.

Las industrias creativas son aquellas que conjugan creatividad, producción y comercialización. Están cobijadas por las leyes de los derechos de autor y propiedad intelectual. Se enmarcan en el concepto de economía creativa ya que además de generar ingresos y empleos, promueven la inclusión social, el desarrollo humano y la diversidad cultural. Su impacto puede ser local, nacional y global.

La Incubadora de Empresas e Industrias Creativas en Mayagüez, cuyo nombre se abrevia simplemente a la Incubadora Creativa, nace entre el 2009 y el 2010 como un proyecto académico de post-grado de Silvia A. Aguiló. Luego, con el apoyo económico del Gobierno Municipal de Mayagüez, se comenzó un proceso de estudio e investigación de estas diez industrias creativas en Puerto Rico. En cada una de las diez Mesas Redondas que se llevaron acabo entre el 2011 y 2012 se identificaron las fortalezas, debilidades, necesidades y oportunidades de las industrias creativas en la Isla.

Desde su inicio, se han estado tejiendo redes de buena voluntad, a través de colaboraciones y alianzas con Instituciones Académicas, Agencias de Gobierno y Corporaciones Privadas a nivel nacional e internacional. La Incubadora Creativa es miembro de la Red Lationamericana de Emprendedores Creativos y miembro de la National Business Incubators Association.

El periodo de incubación incluye apoyo técnico en áreas empresariales como finanzas, contabilidad, desarrollo de plan de negocio, investigación de mercado, plan de mercadeo, diseño de prototipos, producción, empaque y distribución entre otros. Las alianzas que estamos concretando le permitirán a nuestros creativos beneficiarse de la experiencia de la industria y del conocimiento de la academia. Creemos que con esta estrategia, Puerto Rico puede añadir suficiente ventaja competitiva para entrar al mercado internacional de las industrias creativas.

La Incubadora Creativa ya tiene presencia cibernética como Incubadora Virtual a la cual se puede acceder a través de www.incubadoracreativa.org. Acaba de lanzar su Campaña "Aplauso Creativo" el 15 de abril y a finales de abril  abrirá oficialmente su Primera Convocatoria para Proyectos de Aceleración. Entre el 2014 y 2015, una vez establecida en un edificio propio en la Zona Industrial de Guanajibo en la ciudad de Mayagüez, la entidad ofrecerá servicios  de incubación y aceleración para las industrias creativas de Mayagüez, la Región Oeste y de toda la Isla. La Incubadora Creativa operará como una Corporación Sin Fines de Lucro con el apoyo económico del Gobierno Municipal de Mayagüez.

Persona Contacto:

Silvia A. Aguiló

Fundadora Incubadora Creativa

(787) 432-5018

silvaguilo@prtc.net

Hacia la economía creativa

Hacia la conomía creativa

JAVIER J. HERNÁNDEZ ACOSTA

Publicado originalmente en El Nuevo Día el 2 de febrero de 2012: http://www.elnuevodia.com/columna-economiacreativa-1439333.html

Durante los próximos meses veremos un mar de propuestas y alternativas de desarrollo económico. Probablemente veremos una mezcla de repetición, enfoques absurdos y una que otra buena idea que nos dará esperanza de no seguir empeorando. Mucho de la discusión girará en torno a la calidad de los empleos y el rendimiento de los incentivos otorgados. Mientras, seguimos abogando por dirigir la atención hacia la economía creativa, porque aunque sea pertinente incentivar la agricultura y el sector industrial, sabemos que ninguna de ellas será esa punta de lanza que nos ponga en el nuevo mapa de la competitividad internacional.

La economía creativa, que incluye todos esos sectores que se fundamentan en la creatividad, contenidos simbólicos y protegidos por el derecho de autor, brinda una oportunidad única de desarrollar una economía que combina ser de alto valor añadido e intensiva en mano de obra. Se trata de un sector con grandes eslabonamientos con el resto de la economía y en la que existe abundancia de su insumo principal: el talento. Fomentar la economía creativa, haciendo énfasis en ciertos sub-sectores, requiere entender la lógica detrás de su cadena de valor. Sobre esto el gobierno puede hacer las intervenciones necesarias para garantizar y potenciar la calidad de los insumos.

Por ejemplo, en los últimos años hemos hablado de la industria de cine como un sector importante de una nueva estrategia de desarrollo económico. Sin embargo, no acabamos de entender que la mayor parte del valor se genera en la etapa de creación/producción y no necesariamente en la filmación. Para esto necesitamos entender de donde salen los insumos principales de esta industria. ¿De dónde surgen los actores, directores, guionistas, técnicos especializados y personal de apoyo? Esos talentos son el producto de los programas de arte y humanidades de las principales instituciones de educación superior y de la experiencia profesional.

Así como se propone incentivar la producción a través de la compra de acciones preferidas en empresas de capital local, el equivalente para fomentar la competitividad en las industrias creativas consiste en fortalecer esas instituciones e incentivar la producción artística en todos los niveles. Es hora de pensar en un política pública concisa y coherente sobre la inversión cultural. Este es el momento de buscar soluciones distintas a través de iniciativas distintas.

La Cultura Emprendedora

Javier J. Hernández Acosta Publicado originalmente en El Nuevo Día - 26 de agosto de 2010

http://www.elnuevodia.com/columna-laculturaemprendedora-767088.html

En días recientes el economista Gustavo Vélez comentaba sobre el caso de Ruanda como ejemplo de un país que ha logrado crecer gracias a su enfoque hacia el empresarismo. Si bien es cierto que es necesario establecer las políticas adecuadas que permitan facilitar la forma de hacer negocios en Puerto Rico, también esto nos lleva a plantearnos otra interrogante enfocada en el largo plazo: ¿Aumentará la actividad emprendedora con estas políticas económicas, o tendremos que modificar una cultura que nunca ha estado enfocada en esa dirección? Si el individuo emprendedor identifica oportunidades en el mercadeo pensando de manera creativa y generando valor, entonces resulta necesario revisar qué estamos haciendo para fomentar esa cultura emprendedora.

Sabemos que la necesidad es una fuente natural de empresarismo y la autogestión, y por lo que estamos viviendo en términos económicos esto ya ha estado surgiendo en Puerto Rico. Pero además de la “cultura del resuelve”, necesitamos un empresarismo innovador. Para esto son necesarias características como la perseverancia, la tolerancia al riesgo y el pensamiento creativo. ¿Acaso es esto parte de lo que promueve el sistema educativo puertorriqueño? Son muchos los países que han reconocido la importancia de incorporar la cultura emprendedora a su sistema de educación desde grados primarios, no para que los estudiantes aprendan a hacer un negocio, sino para empezar a pensar de otra manera a la hora de resolver los problemas y necesidades de la sociedad, incluyendo el ofrecimiento de productos y servicios en el mercado.

Como hemos mencionado, el pensamiento creativo es un aspecto fundamental del empresarismo innovador. Y no hay duda que las artes son la fuente principal de la creatividad. En ese sentido, en vez de recortar presupuestos en estas áreas, corresponde incorporar las artes, las ciencias y matemáticas, como pilares de una educación que nos ayude a competir a nivel global. Muchas veces perdemos de vista los enfoques apropiados por la distorsión que genera la política partidista. En momentos en que se discute y cuestiona la dirección del sistema de educación pública en Puerto Rico, es importante reflexionar sobre cómo queremos formar a nuestros estudiantes, y ciertamente, al final se trata de un individuo con la sensibilidad de entender y atender las necesidades de su entorno, algo que indudablemente también tendrá su impacto positivo en la economía.

Construyendo una industria cultural sostenible

En los últimos años las grandes economías del planeta han comenzado a destinar recursos para el fomento de sus industrias culturales. De igual forma, importantes organismos internacionales han reconocido el impacto que el desarrollo de este sector puede tener en reducir la pobreza en las economías en desarrollo. ¿Qué son las industrias culturales? Según la UNESCO estas “representan sectores que conjugan creación, producción y comercialización de bienes y servicios basados en contenidos intangibles de carácter cultural, generalmente protegidos por el derecho de autor” Partiendo de esta definición, podemos enumerar sus principales sectores, que incluyen el editorial, audiovisual, fonográfico, mutimedios, artes visuales, escénicas y el turismo cultural. Estos sectores muy pocas veces son analizados desde el punto de vista económico, e inclusive, algunos prefieren evitarlo por miedo a que se afecte la integridad de la producción artística. Lo cierto es que la cultura es un elemento esencial en la vida de los seres humanos. Además, está directamente relacionado con la calidad de vida del país, algo que cada vez es un criterio más importante a la hora tomar decisiones sobre donde hacer inversión extranjera. Por cierto, el índice de calidad de vida del “Mercer Human Resource Consulting” ubica a San Juan en la posición número 72 de 215 ciudades. ¿Acaso no es una industria con valor cultural, histórico, social, estético, espiritual, simbólico y económico la ideal para desarrollar? Mientras todo el tiempo somos capaces de identificar las deficiencias sociales y ambientales de las propuestas de desarrollo económico, muy pocas veces sabemos reconocer las oportunidades de las que carecen de estos “efectos secundarios”. Aún con la escasez de datos que existe, se estima que las industrias culturales aportan entre un 7 u 8% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, lo que parece ser relativamente alto si se compara con la poca inversión que recibe.

Como es de imaginarse, a nivel político no existe mucha voluntad para establecer una política pública que promueva el desarrollo de esta industria. Entre los intentos aislados podemos mencionar la Ley num. 161 del 2004 conocida como la “Ley para la promoción y el Desarrollo de la Industria de las Comunicaciones y las Producciones Artísticas”. Esta ley ordenó la elaboración de un Plan Estratégico para el sector, pero según la Compañía de Comercio y Exportación, ya habían advertido que no contaban con los recursos para llevar a cabo el estudio, por lo tanto, no lo hicieron. Más allá de esto, seguimos navegando contra la corriente haciendo grandes recortes a los presupuestos de las pocas instituciones vinculadas a la actividad cultural, mientras que los recientes despidos en la televisora del estado demuestran que los planes son mantenernos en la dirección equivocada.

Es preciso diseñar un plan a largo plazo que involucre a los distintos agentes de la industria. Fortalecer la educación artística en todas áreas y niveles. Proveer, junto a la empresa privada, la infraestructura de producción, difusión y promoción de la actividad cultural. Incentivar y fomentar la gestión empresarial cultural y el desarrollo de las industrias de apoyo. Y mientras las instituciones públicas cumplen con su misión de garantizar el acceso a la cultura, que no es otra cosa que un derecho de todos los seres humanos, los artistas tienen las responsabilidad de profesionalizar su trabajo y diseñar estrategias que fomenten la autogestión y una colaboración que redunde en una innovación constante. De esta forma, podremos comenzar a construir una industria cultural sólida, fundamentada en la accesibilidad, sostenibilidad, diversidad y competitividad.

Por: Javier J. Hernández Acosta