Los excesos de la prensa

Por: Javier J. Hernández Acosta (javihernandez@yahoo.com) Publicado originalmente en http://www.elnuevodia.com/columna-losexcesosdelaprensa-1172993.html

Los últimos días me han hecho recordar el cuento “Las babas del diablo” de Julio Cortázar y todo lo que pueden esconder las imágenes. Toda esta novela de las fotos de Gricel Mamery, las buenas y malas interpretaciones, juicos y prejuicios, deben obligar a cuestionarnos sobre el rol y alcance de la prensa.

¿Desde cuándo la prensa se convirtió en ese poder intocable a cargo de definir la moralidad, opinión pública o voz del pueblo? ¿Cómo, cuándo y bajo qué criterio se estableció que eso era una noticia? Y sobre todo, ¿qué responsabilidad tiene ese fotógrafo que montó una noticia a su conveniencia o a la del medio?

Sin entrar en las profundidades del tema ético, siempre recuerdo una entrevista a Paul McCartney en la cual le preguntaron si había usado drogas, a lo que contestó que sí. Entonces el periodista le cuestionó si no creía que eso pudiera tener un impacto negativo en la juventud. Con mucha tranquilidad McCartney le respondió: “Tú me hiciste una pregunta y yo te contesto. Si tú piensas que puede afectar negativamente entonces no lo publiques”.

Éste es un asunto del alcance ético que la profesión tiene que discutir. La libertad de prensa no puede ser un subterfugio para eludir ni la responsabilidad social, ni la integridad, y mucho menos los intentos de dirigir el país desde las salas de redacción. Sobre todo, en momentos donde las redes sociales aumentan la adrenalina que provoca ser los primeros, muchos periodistas dejan en la gaveta el principio de la corroboración para esconderse tras “las fuentes de entero crédito”.

Me parece que la premisa de la prensa como cuarto poder ha culminado en prácticas similares a los otros tres; como todo poder, se abusa del poder. La prensa juega un papel fundamental en construir las imágenes del país que asumimos y que guían la discusión pública, y la falta de sensibilidad o los intentos por sacarle palabras de la boca a la gente para hacer titulares no puede ser parte del proceso.

Sobre todo, los ciudadanos tienen una gran responsabilidad de ser selectivos y críticos. Después de todo, el negocio del periodismo no es informar si no venderte a los anunciantes. Nadie nos está haciendo un favor.