Las oportunidades del turismo cultural

Por: Javier J. Hernandez Acosta javihernandez@yahoo.com

Publicado originalmente en El Vocero, el 2 de marzo de 2011, pag. 27

Las oportunidades son circunstancias favorables o conveniencia de tiempo y espacio. Pero también son como la presencia de una autoridad divina, sabemos que están ahí aunque no necesariamente las veamos. Y el emprendimiento se trata de eso, de verlas y capitalizarlas. El desarrollo económico se basa en oportunidades, donde la importancia radica en cómo y cuándo las identificamos y, sobre todo, que hacemos con ellas.  Ya hemos visto el potencial de la economía creativa o cultural, pero me llama la atención la llamada economía de experiencias. Y es que el recién celebrado Festival del Acabe del Café en Maricao provocó una reflexión sobre el potencial de este tipo de actividad como ejemplo de turismo cultural, pero también de intercambio comercial.

Quienes han participado de este Festival tienen que haber pensado en su potencial, tanto a nivel de turismo interno como en un plano internacional. Los elementos naturales de su ubicación y el montaje escénico, sumado a la oferta artística, artesanal y culinaria, son atractivos suficientes para elaborar una promoción efectiva.  Sin embargo, su temática principal como celebración del cierre del periodo de cosecha del Café, permite una oportunidad de integrar su potencial como experiencia cultural a la actividad comercial. Y es que la presencia de tantos microempresarios del café, con productos de alta calidad, permite convertirlo a su vez en una feria comercial.

Lo único que pienso es en lo que representa el Festival de Cannes para el cine independiente, o el MIDEM en el caso de la música. Se trata de eventos de encuentro, donde emprendedores muestran al mundo talentos y obras artísticas de alta calidad, poniéndose en contacto con empresarios que buscan importar bienes artísticos para distintos públicos en los distintos países.  Eso podría representar el Festival del Acabe si se elabora la visión y estrategias adecuadas.  Y a su vez recordemos que en Puerto Rico deben celebrarse cerca de 100 festivales al año. Como dijimos al principio, se trata de ver oportunidades por más pequeñas que sean, ese debe ser el ejercicio constante y responsabilidad de todos.